INTERNACIONALES: POR JORGE AZAR GOMEZ, EX REPRESENTANTE DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY ANTE LAS NACIONES UNIDAS

Ni unidad, ni resultados

El presidente Mujica -en el encuentro que sostuviera recientemente con la Presidenta Cristina Kirchner- manifestó su interés por lograr unidad. La oposición le pidió al mandatario uruguayo resultados concretos.

21 de Julio de 2010
Ante una primera lectura de lo que se pudo saber de esta reunión, ni uno ni otro lograron que sus aspiraciones se concretaran. La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fiel a su costumbre, vino, conversó, almorzó y -para finalizar- habló. Al igual que su marido, habló de más. El Presidente José Mujica la recibió, la escuchó, la invitó con un buen almuerzo. Firmaron unos "papelitos" parecidos a los de México -al decir de Mujica-. Para finalizar, como siempre y como le pasó a Vázquez, tuvo que soportar las ironías y los reproches de su interlocutora. El rostro del Presidente Mujica, mientras ella hablaba, dejaba entrever su asombro: uno podía leer en su mirada su tradicional dicho de: "¿Esta se habrá pensado que soy nabo?", cuando -sin ningún pudor- Cristina le decía que el Poder Ejecutivo argentino no tenía facultades para terminar con el piquete de los sediciosos de Gualeguaychú y, al igual que su marido, endilgó responsabilidades y culpa a la justicia argentina, por no haber procesado a ningún piquetero. Luego, para que Mujica volviera en sí y reaccionara, lo señaló de ser el culpable de las trabas que tenían los pollos argentinos para ingresar a Uruguay... En esos "papelitos" que firmaron, existe un punto que me llama la atención y que seguramente va a traer inconvenientes. Y, posiblemente, la suspensión del diálogo. Se da cuando se manifiesta que los presidentes acordaron llevar a cabo a través de la CARU un "PLAN DE VIGILANCIA PARA LA PLANTA DE BOTNIA-UPM, DE ACUERDO A LO ESTABLECIDO EN LA SENTENCIA". La Argentina -otra vez- introdujo el elemento discordante, pues ahora va a reclamar sobre la base de esa cláusula una vigilancia dentro de la planta de Botnia-Upm y no de las aguas del río Uruguay. No se entiende cómo es que el Presidente Mujica pudo acordar sobre semejante punto, no contemplado en la sentencia de La Haya. Tampoco se comprende la pasividad de la diplomacia uruguaya en aceptar el mismo, y no haberlo redactado de una forma más clara, a efectos de evitar en un futuro las interpretaciones kirchneristas de la fatua redacción que se exhibe en este literal. Han pasado pocos días desde aquella reunión, y ya hay discrepancias en relación a este punto. Por un lado, el canciller Almagro asegura que no habrá ningún plan de vigilancia dentro de la planta, y por otro lado los piqueteros sediciosos, manifiestan hoy que están satisfechos con los resultados de la reunión. Pues aseguran que su presidenta triunfó en su postura de establecer la vigilancia dentro de la planta y si se revisan las palabras de la presidenta Kirchner de la posterior conferencia de prensa, ella manifestó que se acordó la vigilancia dentro de la instalación. Hasta los regalos que se hicieron los presidentes demostraron cierta ironía en su relación. Esto quedó plasmado en el significado e intención de los mismos. La Presidenta Kirchner le regaló a Mujica un bandoneón y varios discos de música clásica y ópera, y al entregárselos le expresó: "Te los regalo, Pepe, para que puedas escucharlos en tu chacra con Lucía y no tengas que ir al Colón y acompañar a Macri". Mujica, a su vez, le regaló un candelabro de plata adornado con "guampas vacunas". Realizó la entrega en silencio y con mirada de "retruco". Se hace difícil comprender la escena rioplatense después del inicio del conflicto de la planta de celulosa. Sucede lo mismo al elaborar una teoría sobre las relaciones actuales y pasadas entre el Uruguay y la Argentina, sobre todo al analizar la maléfica estrategia del matrimonio Kirchner. Para algunos, las relaciones evolucionan en línea recta e ininterrumpida. Otros consideran que lo hacen en forma de espiral. Con el escenario posterior a la explosión del conflicto, no resulta fácil señalar el principio central que lo inició y el que lo mantiene pues, ¿qué mueve ahora al nuevo diálogo entre el Presidente Mujica y la Presidente Kirchner? Respuesta: la anarquía de los piqueteros de Gualeguaychú, las necesidades de conflictos externos de los gobiernos populistas para lograr consensos póliticos y populares, la seria preocupación y protección de las inversiones extranjeras, la sincera lucha por el medio ambiente, o un maquillado buen "relacionamiento" que avale la política del "abrazo" del Presidente José Mujica? No hay dudas, eso sí, de que este conflicto marcó en el gobierno de Uruguay una nueva era en el pensamiento de la estrategia nacional, para proteger su soberanía, su seguridad, sus inversiones, sus principios y sus intereses. Muchos señalan al gobierno pues consideran que la posición adoptada por el Uruguay significa una ruptura con el pasado anquilosado del Frente Amplio, especialmente por los métodos que emplea Mujica para salvar la situación de la mejor manera y no exponer más al país al descrédito internacional ni al desplazamiento intencional de los socios "ricos" del MERCOSUR. Solo queda esperar, y nuevamente recordarle al Presidente Mujica que, para el matrimonio Kirchner, la cuestión de Botnia-Upm fue (y es) una "cuestión nacional". Nada nos hace pensar que en Olivos hayan modificado mayormente su visión. Por Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas. e-Mail: azarjorge (arroba) hotmail.com.
Por Jorge Azar Gómez, ex Representante de la República Oriental del Uruguay ante las Naciones Unidas