POLITICA: POR GABRIEL MARTIN, PARA EL OJO DIGITAL

Las eternas indefiniciones del "Peronismo Disidente" y la necesidad de un retorno al bipartidismo, con la UCR y el PJ como protagonistas

En mis tiempos jóvenes había una canción que rezaba "¿A qué estamos jugando? Yo no lo sé. Damos vueltas y vueltas...". Los más "veteranos" se acordarán. Y eso se estarán preguntando los peronistas disidentes que siguen a una u otra rama de este peronismo que confronta con la actual conducción "pejotista". Pero los disidentes no terminan de definirse.

21 de Julio de 2010
Fuentes muy confiables me comentaban que en el mes de septiembre próximo pasado no sucedería nada, porque se trataba de "la calma que precede la tempestad". Esa tempestad tendría lugar en el mes de octubre. Mes que está transcurriendo con más penas que glorias. Se hablaba de un llamado a los referentes del Congreso Nacional Justicialista, con el fin de intervenir los distritos "perdedores" durante la última elección del 28 de junio. Que Gerónimo "Momo" Venegas, Secretario de las 62 Organizaciones Peronistas, iba impulsar este llamado, al cual iban a adherir casi todos los caciques disidentes. Que allí iba hacer su aparición Eduardo Duhalde, para transformarse, primero en el jefe del peronismo de la provincia de Buenos Aires, para luego avanzar sobre la conducción nacional "pejotista" -hoy en manos de Daniel Scioli-. A la postre, Duhalde se convertiría en el capo di tutti capi del "pejotismo". Pero, al hablar de los incorregibles peronistas -como le gustaba llamarlos a Jorge Luis Borges-, siempre existe un pero... Una jugada de esta envergadura provocaría que don Francisco de Narváez viera esfumado ese halo de vencedor y capo peronista en la provincia que Don Francisco y muchos de sus allegados creen que ganó por obra y gracia de los millones invertidos para mostrarlo como "un tipo común". Y quizá también le debe ese triunfo a los seguidores de PRO y los ciudadanos independientes que lo eligieron. Don Francisco debe reconocer que ganó con el grueso de un Voto Peronista, descontento con este kirchnerismo prepotente y mentiroso, ese sciolismo inoperante y soberbio y todos los ismos locales de cada uno de los 134 distritos que componen el mapa político de la provincia más rica de la Argentina. Provincia que -durante el próximo mes de noviembre- empezará a pagar a los proveedores del Estado provincial con bonos emitidos por La Plata, y apoyándose en la Ley de Endeudamiento votada hace muy poco en el Congreso Nacional Kirchnerista. Por fortuna, desde ahora puede entreverse que este "congreso" verá su final el 9 de diciembre de 2009. Como es dable suponer, los empresarios bonaerenses que comenzarán a recibir aquellos bonos, se verán obligados a imponérselos a su planta de empleados, en sus respectivos sueldos y aguinaldos. En esa instancia, toda Buenos Aires acusará el impacto de esos vientos de tempestad cuya llegada se anunciara para el mes de octubre, con apenas un mínimo retraso... Volviendo a Don Francisco de Narváez, está claro que a éste en modo alguno le conviene un peronismo unido bajo el mando y conducción de Eduardo Duhalde y la reaparición de muchos "buenos muchachos" que se encontraban haciendo la plancha y esperando ver cómo se venía en picada el kirchnerismo, para luego ponerse a las órdenes del Piloto de Tormentas. Eduardo Duhalde resulta ser el verdadero "hacedor", junto con Roberto Lavagna -el último Ministro de Economía que vio el país- de la milagrosa recuperación de la Argentina. Lógicamente, Duhalde contó con el apoyo del sector agropecuario y sus retenciones, como así también de muchos industriales que no veían otro camino que ponerle el pecho a la situación, si acaso tenían la intención de salvar sus empresas. También puso el hombro ese sufrido Pueblo que contemplaba, resignado, la manera en que -de la noche a la mañana- sus salarios se devaluaban hasta en un 50% de su valor, que perdían capacidad de pagar deudas y hacerse de lo mínimo necesario para vivir. De la verborragia duhaldista, tal vez lo más criticable haya sido aquella frase que declamaba que aquel que depositó dólares, tendrá dólares.... Muchos tenedores de bonos se vieron forzados a malvender, tiempo más tarde. Retomemos los comentarios sobre don Francisco de Narváez, pues. Ante las versiones que hablaban de un regreso a la política activa de Don Eduardo Duhalde -¿se había ido alguna vez?-, Don Francisco -aconsejado por los picasesos adulones que tiene de su mal construído círculo- dio inicio a su coqueteo con el ingeniero tecnológico Julio César Cleto Cobos, probable candidato del panrradicalismo o de la Coalición Cívica para los albores de 2011. Esta suerte de noviazgo enfureció notablemente a los duhaldistas y sus aliados. Quien esto escribe está en condiciones de asegurar que, si hubiera elecciones en breve- Don Francisco no sería el candidato de un Partido Justicialista normalizado y con la jefatura de Eduardo Duhalde. Sin espacio para la duda, la candidata para la Gobernación sería la señora "Chiche" Duhalde. Debo referir que, durante una cena con empresarios bonaerenses, comenté este rumor y grande fue mi sorpresa al observar que el ciento por ciento de los presentes se manifestó de acuerdo con el escenario, e incluso se produjo un brindis en pos de esa chance: "Duhalde Presidente, Roberto Lavagna jefe de ministros -con el manejo del Ministerio de Economía- y Doña "Chiche" Duhalde Gobernadora... Esto nos hará renacer de las cenizas y salir de los desastres a los que fuimos arrastrados por los Kirchner y sus amigos". También, un importante número de los presentes -que me perdonen- eran gorilas en tiempos añejos, y antiperonistas, mientras que allí me encontraba yo, asistiendo a un cálido reclamo por la figura de Duhalde. Por eso, de más está decir que, si Don Francisco de Narváez se propone conquistar la consideración del nuevo escenario peronista, tendrá que confirmar y reafirmar su condición de peronista, acatando lo que el Pueblo vote, primero en una elección interna y luego en una elección general. Mi mención de este tópico no es casual: se ha dicho que, si a De Narváez se le ocurre ir con otra boleta que no sea la de un PJ democráticamente normalizado y comandado por Duhalde, no debería crearse muchas expectativas para salir victorioso. Ahora se aproxima la temporada estival. Esperemos que en estos meses, en los que seguramente el Congreso Nacional no trabajará -discrepo con aquellos que reportan que se convocará a sesiones extraordinarias-, los caudillos peronistas disidentes puedan llegar a un gran acuerdo, para normalizar el escenario por la vía del voto de todos los afiliados del Movimento, distrito por distrito, provincia por provincia, para así llegar a componer un Congreso Nacional Justicialista Federal, con los mejores hombres y mujeres que el peronismo promueve en las 24 provincias que componen la geografía de nuestro país. Descreo de las sesiones extraordinarias pues la Presidente Cristina Fernández se encuentra en posición ideal para continuar llevando adelante sus caprichos por la vía de los Decretos de Necesidad y Urgencia. ¿Para qué arriesgar votaciones ajustadas en los recintos? No pocos lectores me caracterizan de utopista sin remedio, cuando me refiero a la probable conjunción de las fuerzas peronistas disidentes. La reflexión es, que si el Movimiento no pudo cerrar acuerdos básicos para la convocatoria a un acto en la fecha del 17 de octubre, no se puede esperar demasiado en aras de objetivos más elevados. "Sos un iluso -me comentaron recientemente-. Cada uno arrastra agua para su propio molino. El peronismo como lo conocíamos murió". De todas maneras, es mi convencimiento que, comenzando por los vencedores del 28 de junio, Francisco de Narváez, Felipe Solá, Mario Das Neves, Carlos Reutemann y los caciques provinciales Jorge Busti, Ramón Puerta, Juan Carlos Romero, José Manuel de la Sota, Juan Schiaretti, Carlos Saúl Menem -con su núcleo duro de seguidores, a pesar de todo-, los referentes sindicales Gerónimo "Momo" Venegas, Luis Barrionuevo y sus colegas de la CGT Azul y Blanca, comienza a percibirse la necesidad del abandono definitivo de los personalismos y, junto a Eduardo Duhalde, trabajar por la unidad y reorganización del Justicialismo. Cuando digo Justicialismo, hablo del Partido Justicialista, herramienta política del Movimiento Nacional Justicialista. Pues, el Movimiento Nacional Peronista jamás perderá la vida, dado que sus integrantes saben que "el Peronismo es un sentimiento". Como también lo es el Radicalismo, ese otro movimiento realmente Nacional, creado por Leandro N. Alem y llevado a su más alta expresión por Don Hipólito Irigoyen -dos veces presidente democrático- que aportó hombres de la envergadura de Marcelo Torcuato de Alvear (líder de la facción antipersonalista de la U.C.R.). Más tarde, aquel otro gran líder y referente don Ricardo Balbín, y las adhesiones que normalmente conjuntan los ex mandatarios Don Arturo Frondizi, Don Arturo Illia y el recientemente fallecido Don Raúl Alfonsín. El radicalismo también debe retomar su cauce; los argentinos necesitamos reforzar el sistema de partidos políticos fuertes, representativos y federales con presencia en todo el país. El radicalismo está llamado a aportar a sus mejores hombres y mujeres para el bien de toda la Nación, para así terminar con los egoísmos unipersonales y los liderazgos circunstanciales de grupos que terminan tratando de imponer de facto ideologías que nada tienen que ver con los sentimientos nacionales de peronistas y radicales. Los argentinos ya han demostrado holgadamente que desprecian al socialismo castrista o el de corte chavista, Imposible intentar convencer con Marx, Lenin o Ernesto Guevara en la retórica: no porque la sociedad no los "quiera", sino porque han demostrado con creces su fracaso en el mundo moderno. Baste observar que hasta la República Popular China ha mutado, ni qué decir de la España de Felipe González o de la actual República Federativa del Brasil, cuyos destinos conduce el Presidente Ignacio Lula da Silva. Lo que con prontitud precisa la Argentina es una verdadera Reforma Constitucional que realmente siente las bases para la refundación de una Nueva y Gloriosa Nación Argentina, con una Ley Electoral adecuada para el tipo de gobierno que elijamos, en donde los Diputados Nacionales sean realmente representativos del Pueblo, los Senadores de la Nación sean consumados referentes de sus provincias y no de sus partidos de pertenencia o de caudillejos circunstanciales. Nos queda mucho trabajo por delante si nuestra intención es recuperar el tiempo perdido, tal como lo dijera aquel escritor, filósofo y ensayista español José Ortega y Gasett, quien no ocultaba su deseo de ser argentino. El mencionado arengaba, palabras más, palabras menos: Argentinos, ¡A las cosas!. El hombre conoció a la Argentina en época de crisis. Su invitación a construir surgió de una relación íntima con el país que muchos argentinos aún no hemos podido descubrir, pero que deberíamos explorar pronto, antes de que nos devoren los de afuera, como supo ilustrar José Hernández en su eterno Martín Fierro. Por Gabriel Martin, para El Ojo Digital Política. E-mail: gabriel (arroba) martin.net.ar.
Por Gabriel Martin, para El Ojo Digital Política