POLITICA: POR EL DR. LUCIO CATANO (H), PARA EL OJO DIGITAL POLITICA

La "Pacifikación" Nacional

Son decenas, los correos arribados a nuestros servidores en estos ultimos días, propendindo a una pronta anmistía a los militares detenidos en distintas unidades carcelarias, con miras al aniversario del Bicentenario, el año entrante.

21 de Julio de 2010
Muchos, por no incluirlos a todos, mencionan la ponderable actitud de un tal Labraña, supuesto terrorista arrepentido, que concurrió a estrechar su diestra con algunos de los reclusos. Creo que quienes intercambiamos correos coincidimos plenamente que a nuestros Soldados, Marinos y Aviadores hay que liberarlos a como dé lugar. Porque, entre muchas otras razones, están bajo juzgamiento por jueces, que no son sus magistrados naturales. La jurisdicción castrense, hoy desaparecida, es la que constitucionalmente debería haber revisado todos los casos. Pero, con Alfonsín primero y Menem después, la Institución Castrense toda se ha transformado en lo que es hoy en día: Un Holograma de Fuerzas Armadas. Con Jefes de Estados Mayores, totalmente subordinados al gobierno de turno, por la concesión de una mísera tarjeta de crédito con un cargo de hasta treinta mil pesos mensuales. Los Comandantes se eligen en consonancia con dicho mendrugo. Desde 1983 hasta la fecha, ningín titular de alguna de las tres fuerzas ha solicitado su relevo portazo mediante. Todos han abrevado del calorcito oficial sin ambajes, hasta que les metieron un "voleo en el trasero". Mal que nos pese, la mayor cuota de responsabilidad subjetiva sobre la triste suerte de nuestros Oficiales y Jefes privados con inogminia de sus libertades ambulatorias, no ha sido por obra y gracia de esta demoKracia populista de fácil e inmediato arraigo. Sino de quienes integraron en este último cuarto de siglo, las cúpulas que deberìan de haberse negado a que sus Camaradas, se entregaran mansamente al sacrificio. Y trataré de ir aún más lejos todavía. Los civiles que desde hace más de 25 años, hacen lo que les viene en gana, incluyendo las coimas y los peculados más inimaginables cuando muchos de nostros eramos jóvenes, se suceden ininterrumpidamente por la ausencia de lo que se conoce como el temor reverencial. Procuraré redondear el concepto. Si Carlos Menem, que era un supino ignorante, pero quizás como nadie más, conocía la debilidad, los defectos y los puntos débiles de sus semejantes, por esa herencia musulmana que concede una cuota inexplicable de cierta sabiduría, se dispuso a erradicar el servicio militar, ordenar la voladura de los arsenales de Rìo III y exportar como un vil buhonero, nuestras piezas de artillería a Ecuador, burlando nuestra centenaria alianza con el Perú, con la concuspicencia de Martín Balza y sus secuaces de ese Ejército, la derrota Militar quedó sellada. Cuando la corporación política advirtió que la mutilación sistemática de nuestros Compatriotas de uniforme, no solo le redituaba crédito político, sino el aventamiento cada vez más implacable de un contralor militar sobre la cosa pública, en poco menos de veinte años, lograron la desarticulación de un extrapoder, que no deja de tener su importancia respecto de los tradicionales como el Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Los Presidentes cambian, los legisladores dejan de ser reelectos y a los jueces -en un sistema coherente- se los remueve mediante el remedio del juicio político. Pero una Nación sin estructura militar queda a expensas de sus vecinos. Ninguno de los cuáles ha desfortalecido a sus ejércitos. Más bien todo lo contrario: a poco que observemos que Brasil recibirá el próximo año, una flotilla de de 5 sumergibles de propulsión nuclear y que Chile modernizará su FACH con 4 escuadrillas de cazas F-16 de generación moderna. Estamos así de postrados frente a un universo que ya ha salido de la incredulidad, para observarnos con desdén, porque los políticos tienen todas las cartas del mazo. Para no explayarme demasiado sobre un ítem, del que no soy precisamente un especialista, solo advierto algo, que a mi juicio es tan temerario como inconducente. La Familia Militar, que no es otra distinta a la que arenga nuevas marchas a la que nadie concurre -léase, ni sus propios miembros- debe abandonar esa actitud mendicante y suplicona de reencontrarse con sus seres queridos, merced a un decreto o a alguna otra liberalidad de estos políticos abiertamente abyectos y antipatriotas. Si se aferran a esa peregrina idea, es porque junto con los encarcelados, han abdicado a la lucha y algo mucho peor: han admitido la derrota. Porque incentivar una amnisitía es, cuanto menos, reconocer culpabilidad. Sería como legitimar al bombista Jorge Taiana, al doble agente Horacio Verbitsky, al asesino de Soldaditos Carlos Kunkel y a otros de sus layas, que también quedarían indemnes de castigo. Reitero, a nuestros Hermanos encarcelados por vestir el Uniforme de la Patria, deberemos de liberarlos nosotros mismos. Para que no pierdan definitivamente sus dignidades, expuestas hoy a un alto riesgo. ¿Qué PacifiKación Nacional? Por Lucio Catano (h), para El Ojo Digital Política. Email : lcatano -arroba- yahoo.com.ar.
Por el Dr. Lucio Catano (h), Abogado, para El Ojo Digital Politica