POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

Jorge Capitanich, José Alperovich, Mario Das Neves y José Luis Gioja, los nombres que el peronismo debería eliminar. La necesidad de asestar ya mismo un golpe definitivo a Néstor Kirchner

Anticipar la muerte del kirchnerismo todavía puede sonar prematuro. El ex presidente aún no se resigna a aceptar la contundente derrota electoral, a pesar de que haya renunciado a conducir al PJ. Y peleará por imponer a sus fieles laderos mientras se recupera de las heridas. Néstor tiene un plan.

21 de Julio de 2010
Desgraciadamente para la Argentina, a la hora de remover la tierra en la búsqueda de soluciones, siempre se termina -necesariamente- enhebrando un análisis sobre la realidad del Partido Justicialista. Por estas horas, demasiados analistas políticos retoman el sendero del error y braman en todo medio habido y por haber que Néstor Kirchner -o el kirchnerismo- son cosa del pasado. El punto de partida para la hipótesis tal vez no sea incorrecto, dado que nadie puede desconocer lo sucedido el pasado domingo 28 de junio. Pero lo cierto es que el esposo de Cristina Fernández es una persona hábil y resulta que es el más perfeccionado aprendiz de Maquiavelo. En este esquema, ¿cuál es la estrategia de Néstor Carlos Kirchner? No debería costarle tanto a los colegas averiguarlo. Este hombre, aún cuando para muchos se le ha "apagado la luz", ha iniciado una suerte de retiro espiritual a los efectos de desviar la atención pública frente a la feroz golpiza que le propinó la ciudadanía en las elecciones legislativas. Por suerte aconteció lo de Honduras -país del cual pocos argentinos saben cuál es su ciudad capital- para que el decadente gobierno de la señora Fernández Wilhelm pueda aferrarse. Ciertos medios que aún no le han soltado la mano al poder y un puñado de columnistas dirán que el ex presidente Zelaya ha sido derrocado por un núcleo de militares y opositores golpistas. Pero jamás dirán que la supuesta víctima iba camino de construir un esquema que le permitiera quedarse en el poder por un tercer período consecutivo, y que fue la corte suprema de justicia de aquella pequeña nación la que intentó poner un freno a sus ambiciones. En este escenario, la Presidente Cristina Fernández encontró la excusa perfecta para ir a tomar baños de sol en otras latitudes y promocionar para la prensa que se ocupará "de restablecer la democracia en Tegucigalpa". No le faltarán jornadas completas de shopping. Verdad de perogrullo. Y hay otro detalle : los seguidores del "presidente de facto" Micheletti se cuentan por cientos de miles. El martes pasado se preocuparon por llenar las plazas y todos los espacios públicos lindantes con la casa de gobierno en la capital. Aunque chillen y pataleen Barack Obama y ese conglomerado de políticos desocupados y con demasiado tiempo libre que es la Organización de Estados Americanos que preside el chileno Insulza. Algún trasnochado también intentará decretar que, con el viaje a Tegucigalpa, Cristina Fernández "cambió el rumbo" para volver a ponerse en la vereda de los norteamericanos y el "mundo occidental". Nada más alejado de la realidad : la señora Presidente se está escapando de su responsabilidad y de la nueva oportunidad que tiene para ser protagonista, que es lo que, ni más ni menos, le exige una mayoría de argentinos. Se sube a un avión porque es incapaz de hacer nada. Punto. Pero Kirchner también se aferró al affaire hondureño. Para antes de que su mujer retorne de sus vacaciones centroamericanas, Néstor ya tendrá aceitada y completa la faena a través de sus operadores en la jotapé. ¿Quiénes son los aliados del ex presidente en esta cruzada? Algunos son ya, tristemente célebres para la ciudadanía -y en especial para el interior-. Otros comienzan a sonar más fuerte recién ahora que los comicios han finalizado. Los fieles soldados del kirchnerismo y que ahora pretenden pasar por opositores son el chaqueño Jorge Milton Capitanich Popovich, el sanjuanino José Luis Gioja, el tucumano José Alperovich y el insípido chubutense Mario Das Neves. Todos ellos han estado entre los más fieles arquitectos del reinado de corrupción y vicio que Néstor Kirchner supo administrar con látigo desde su llegada a Balcarce 50 en 2003. Todos ellos son cómplices del desastre que se ha venido manufacturando con hilado fino desde aquel año que la historia catalogará, indefectiblemente, como el startup o inicio de uno de los peores derrumbes que ha conocido esta atribulada nación. Entre estos nombres, destaca el sanjuanino Gioja por ser uno de los armadores principales del teatro de complicidad del otrora Honorable Congreso de la Nación para con las torpezas del saliente matrimonio presidencial. En gran parte gracias a las iniciativas, presiones y aprietes de Gioja es que los Kirchner supieron mantener a raya y de su lado a un congreso con minúscula, abundante en fascinerosos de bajísima estofa y que, en momentos de duda, dejaban traslucir que precisaban un "empujoncito" para levantar la mano. Empujón que se traducía en billetes contantes y sonantes. Cientos de miles de pesos en la mayoría de los casos. Millones de ellos en casos menores y que ni siquiera son secreto. Como los jugadores estrella del equipo que ganan diez veces más que los que le tiran los pases. Todos lo saben, pero la condición de estrella todo lo permite. Todo lo tolera. Para saber más sobre Jorge Milton Capitanich solo hay que recurrir a los buenos oficios del histórico Adam Pedrini, quien oportunamente detalló para este medio los desaguisados cometidos por el máximo hacedor chaqueño. Desde las cuentas en el exterior que sí posee -no como quisieron endosarle a Enrique Olivera-, pasando por su relación con el oscuro financista de la corporación política Aldo Ducler, y llegando a ejecutar operaciones de violencia armada contra ruralistas, Capitanich lo tiene todo. Hasta de Sandra Mendoza, su mujer, podría decirse que "está con quien tiene que estar". Detrás de todo gran hombre.... La esposa de Capitanich llegó al extremo cuando, en cierta localidad del interior chaqueño, envió en un vehículo 4x4 registrado a su nombre, a una patota que respondía a su marido para apalear sin piedad a trabajadores del campo que se manifestaban al borde de un camino rural. Luego, tenemos el bizarro episodio en que, furiosa porque su esposo quiso quitarle espacio político, montó en su automóvil para estrellarlo en un muro, con las cámaras de tevé como testigos. Capitanich y su séquito son una suerte de clon kirchnerista, pero en versión chaqueña. Si los chaqueños lo han votado, sabrán por qué. Pero lo más probable es que nadie en aquella provincia quebrada financieramente y olvidada de Dios se animará a denunciar la forma en que Capitanich se ha apropiado de Diario Norte y todos los medios influyentes de la zona para disimular su abierta incapacidad. José Alperovich es otro pequeño Néstor Kirchner, pero en versión tucumana. El asistencialismo barato y la contratación de militantes y patotas para apalear opositores han sido desde siempre sus hobbies favoritos desde que llegó a San Miguel con el esposo de Cristina Fernández como padrino. Mario Das Neves es el nuevo gran simulador que ahora pretende -tal vez, más que sus competidores- promocionarse en los medios como el primer candidato a presidente por el Justicialismo en 2011. Insólitamente, cree poder convencer a la sociedad de que jamás estuvo del lado de los pingüinos que azotaron a la Argentina con sus políticas fallidas y plenas de odio. Das Neves tuvo un fugaz y malogrado paso por la Aduana Argentina y, ya desde ese momento, exhibió su fiebre mediática en cada oportunidad que se le presentó. Luego es encaramó cual garrapata como el ladero kirchnerista para la provincia de Chubut. A pesar de la mala experiencia que los argentinos tuvieron con presidentes patagónicos, pide de rodillas espacio en los medios de prensa para sumar loas y lo lancen hacia la carrera presidencial. Pero la pregunta prevalece : ¿alguien sabe quién es Mario Das Neves más allá de las fronteras del Chubut? La respuesta es que no. El error de interpretación de Das Neves es que la presidencia está más al alcance de aquel que anticipa su pelea por ella ante la sociedad. Pero, bajo las circunstancias, lo último que quisiera ahora la opinión pública es oir a candidatos de papel que, en medio de una de las peores crisis económicas y sociales del país, prtenden pelear por el puestito principal para asegurarse suculentos negociados, billetera llena y el siempre redituable tráfico de influencias. Resulta risible la intención de Mario Das Neves de congraciarse con el Partido Justicialista, vistas sus recientes expresiones al respecto de que "la ciudadanía le dijo no a los Kirchner pero no al peronismo". Craso error del chubutense, habida cuenta de que, por estas horas, "peronismo" es mala palabra y el concepto está asociado con lo peor de la Argentina. Las pruebas para corroborar esta percepción son contundentes y los argumentos sobran. En definitiva, se dice que un país copia los vicios del mandante saliente y que ha fracasado en su tarea. Esta máxima puede aplicarse al partido peronista que, a la luz de los hechos y las frases de estos días, pretende negar que el fracaso de los Kirchner es, también, su propio fracaso. Porque la sociedad también se plantó con un rotundo no al asistencialismo, al tráfico de drogas, a los desarmaderos, a las patotas, al crimen organizado en general y a la corrupción. Precisamente, variables que han caracterizado a la gloriosa jotapé en todos estos años de neodictadura kirchnerista. Lo peor que podría sucederle a la Argentina es que el decadente partido gobernante ignore -al igual que lo hizo la Presidente- la derrota sufrida en las legislativas que se le hace extensiva. Tal como lo sentencia el estudioso Jorge Asís cuando dice que "Kirchner chocó la calesita y estrelló al PJ". Cabe agregar, con la anuencia de una fila intermiable de gobernadores, intendentes y concejales corruptos que marchaban hacia adelante con los ojos tapados como los caballos que tiran de los carruajes de los cartoneros en el conurbano bonaerense. Toda una postal para ilustrar la podredumbre de un subsistema canceroso que quiere subsistir a toda costa, pero sin renovarse. Daniel Scioli ha quedado al frente de la conducción del partido, y algunos dicen que el gobernador bonaerense todavía pretende acopiar oxígeno para ser candidato en 2011. Lo que le faltaba al país es este comportamiento tan típico de los caracoles que se encierran en su carcasa e ignoran lo que sucede afuera. En la ruina del PJ, sus seguidores terminan recurriendo a las bondades de un perdedor de primera línea como Scioli. Otros lo catalogan de dialoguista pero, ¿de qué sirve dialogar si detrás no existe gestión para exhibir? Si el patético elemento compuesto por Daniel Scioli, Mario Das Neves, José Luis Gioja, Jorge Milton Capitanich Popovich y José Alperovich insiste en rearmar al peronismo con sus "aportes", Dios salve a la Argentina. Pues todos ellos han sido y siguen siendo kirchneristas de la primera hora. Los que lo han tolerado todo en pos de la conservación del poder. Los responsables directos e indirectos de las decenas de miles de muertos que deja la inseguridad en su reguero de sangre, los tres millones de nuevos pobres que nos ha legado el planeta K, la golpiza a ciudadanos y opositores en sitios públicos y el saqueo indiscriminado de los fondos de los pensionistas, entre otras muchas cosas. En fin, los coautores, ideólogos o responsables directos del apocalipsis argentino del que ahora somos mudos testigos. Que este artículo sea el puntapié inicial para un "escrache" masivo de kirchneristas, sus cómplices y secuaces. Se tienen bien ganado el no poder dormir en paz. Néstor Kirchner falseó una imagen de pobre cordero degollado en su pseudoconferencia unipersonal donde renunciaba a la conducción del escudito cuando, tras bambalinas, en realidad "tiene un plan". Ese plan se encuentra en plena ejecución, pero los medios de prensa aún no lo perciben. Los nombres a que se refiere este artículo son, no solo sus aliados sino también sus socios de negocios. Kirchner luchará por imponer a algunos de ellos, y en el peor de los casos pugnará por posicionar a Carlos Reutemann, que es otro kirchnerista disfrazado. Tal vez el peor de todos, pues constituye una suerte de caballo de Troya. Hugo Moyano también camina entre las sombras, y espera el éxito de su amigo para, llegado el momento, avanzar sobre Barrionuevo y Cavalieri -que no le pierden pisada y que lo acosan en el ámbito de la CGT-. Dice Sun Tzu con respecto al enemigo que no se le debe permitir una vía de escape. El enemigo debe ser destruído, y nunca deberá conservar la oportunidad de huir, pues podría reagruparse y retornar con mayor fuerza. Tal vez sea la hora de que la oposición que se alzó victoriosa en las pasadas elecciones nacionales deba abandonar por un momento su discurso conciliador y completar la faena que ha iniciado. Esto es, la destrucción definitiva de ese peligro -aún no desvanecido- que se llama Néstor Carlos Kirchner. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política