POLITICA: POR RICARDO WHITE, PARA EL OJO DIGITAL POLITICA

Día de furia en Olivos : la marcha de D Elía quita votos al tándem Kirchner-Scioli. Un concepto instalado: si gana el oficialismo en Buenos Aires, será por fraude

En concreto, Néstor Kirchner sí bajó línea a Luis D Elía para movilizarse a Plaza de Mayo en las postrimerías de la elección legislativa del 28 de junio. Pero el ex presidente dio marcha atrás ante el dato ya confirmado de que la convocatoria generó un amplio rechazo en la opinión pública. La iniciativa ya le resta intención de voto a la candidatura oficialista en provincia.

21 de Julio de 2010
Ya se pierden los medios en una discusión sin sentido : ¿fue Néstor Kirchner el que dio la orden al piquetero D Elía para organizar una marcha a la Plaza durante el atardecer del 28 de junio? Conviene no darle más vueltas al asunto. Fue el propio ex presidente el que atizó a su tropa para que se movilice. La iniciativa no tiene nada que ver con la proverbial anécdota del soldado fiel que pergeña planes en solitario para agradar al jefe. D Elía jamás hubiera considerado promover a una manifestación pro K frente a la Casa Rosada sin la aprobación del hombre fuerte del poder. Punto. Esto no significa que, en el pasado reciente de la historia K, el piquetero favorito no haya operado en forma autónoma. La toma de la comisaría de la Boca y el esfuerzo denodado por criticar a la comunidad judía por la represión israelí en los territorios ocupados fueron proyecciones de su propio deseo. El problema allí reside en que el activista cruzó la línea. Desde luego, en Balcarce 50 siempre supieron que gran parte de las finanzas de Luis D Elía han sido sostenidas por el bolivariano Hugo Chávez y por elementos de la embajada iraní -sin incluir el dinero mal habido que le reporta el manejo de planes sociales locales-. Existe cierta autonomía, pero nunca en cuestiones tan relevantes como la tratada aquí. En cualquier caso, Néstor Carlos Kirchner puso el grito en el cielo apenas se enteró de los números más recientes que le acercaron encuestadores de su riñón. Uno de ellos lo dejó bien en claro : "Néstor, la movida de la Plaza está ayudando a la consolidación de Francisco De Narváez. Si se confirma la manifestación, estamos en condiciones de afirmar que la oposición se hará de, por lo menos, dos puntos más y esto le serviría para estirar la ventaja". Un día antes, un puñado de medios revelaba que un encuestador cercano al oficialismo presentaba números en extremo favorables al poder pero, en privado, revelaba estadísticas muy diferentes. A tal punto que los números reales proyectan ganador a De Narváez por algo más de cuatro puntos. Ese encuestador es Ricardo Rouvier, quien no ha escatimado en sostener la mentira un tanto provocadora de que Kirchner mantenía una ventaja de al menos 7 puntos en intención de voto para la provincia de Buenos Aires, frente a la sociedad entre Francisco De Narváez y Felipe Solá. El esposo de Cristina Fernández Wilhelm no perdió el tiempo : pocas horas después de conocidas las proyecciones y los datos de control de daños frente a la posible manifestación en la Plaza de Mayo, mandó cortar las piernas a la idea de D Elía. Si la organización del acto continuaba desfilando por las primeras planas de los diarios tradicionales, el efecto sería aún más catastrófico. A la luz de las tácticas fallidas del kirchnerismo de cara a las legislativas -todas han fracasado-, la novedad permite corroborar una cuestión no menor : nada de lo que está haciendo Néstor Kirchner funciona para intentar torcer el resultado del próximo domingo. El tropiezo más reciente : el elogio que el insufrible Daniel Scioli realizara de las candidaturas de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín. Si acaso Néstor pretendía obtener algún rédito de la situación, lo que correspondería hubiera sido criticar a esos candidatos con dureza. Pero el ex presidente desperdició un tiempo precioso en otra estrategia visiblemente errónea. La pérdida de la brújula se ha visto acentuada también en las declaraciones de Scioli y que apuntan a criticar las expresiones de las voces opositoras que, al parecer, coinciden con reprivatizar Aerolíneas Argentinas. Primera reflexión : el Gobernador no tiene material para los discursos; solo se sube al tren de la crítica perjudicial para con los candidatos opositores. Segunda observación : Daniel Scioli y Néstor Kirchner deberían tener cuidado. Pudiera ser que muchos votantes aprueben un traspaso de Aerolíneas a algún grupo privado eficiente -o a una entidad mixta-, dado que las pérdidas asociadas a la estatización son groseras. Tercera alternativa : ¿a quién le importa realmente el destino de Aerolíneas Argentinas? Solo tal vez al gremialismo impune que -agarrapateado allí gracias a la mano del poder K- hoy hace fabulosos negociados con la empresa, o a los legisladores que tienen pasaje gratis para ir a cualquier parte del mundo, todos los días del año. Pérdida que es asumida por los electores -Ud. y yo- con el pago de impuestos. Otra lógica deducción que los hechos corroboran a fuego : el electorado le rehuye groseramente al oficialismo, especialmente cuando observa cambios violentos de discurso en el esposo de la Presidenta y el Gobernador Daniel Scioli. La prueba más contundente de que Kirchner teme perder -y que, por momentos, está convencido de ello- son los recurrentes retrocesos en cuanto a las tácticas implementadas desde la retórica. El gobierno oscila, por estas horas, entre un abanico de alternativas que solo pueden etiquetarse como ensayo y error. Existe, incluso, otro factor importante, y que ya está siendo desmenuzado por los medios : aún los referentes más entusiastas del poder K confirman en estricto off the record que ya no hay vuelta atrás. Dicen que, incluso si Kirchner y Scioli se impusieran -en un escenario que solo puede ser ajustado-, ya está instalada en la opinión pública la idea de que solo habrán podido lograrlo a través de maniobras indisimulablemente fraudulentas. En este sentido, la oposición ha sido inteligente. Pasando por De Narváez y llegando hasta Elisa Carrió, todos los referentes opositores se han aprovechado del dato de fuerte rechazo que genera el matrimonio presidencial. A estas alturas, cualquier afirmación o sentencia de sospechas de cara a los comicios tienen mayores chances de ser creídas si provienen de la boca de la oposición, que si fueran pronunciadas desde el kirchnerismo. Tal es así que no existe forma de que el ex presidente pueda imponer su fórmula sin sufrir un gravísimo daño colateral. Desde lo político, esto evidencia que Kirchner ni siquiera podrá sacar el rédito que buscaba en un escenario de victoria, esto es, sentarse en la mesa grande del PJ para hacer valer voz y voto de cara al 2011. Irremediablemente, los históricos del peronismo lo echarán a patadas de cualquier meeting. Néstor solo buscaba salir airoso de las legislativas, al efecto de garantizarse -mínimamente- un conductor de su riñón para el período 2011-2015. Cuando menos, alguien que le garantizara no tener que desfilar por los tribunales hasta gastar las suelas de los zapatos. En aras de este objetivo, su intención era posicionar como candidatos idóneos a Daniel Scioli o Carlos Reutemann. Ya no puede contar con el primero, pues aquel está planificando con detalle su huída de La Plata, dejando un déficit histórico de $12 mil millones, más la casi garantizada implementación de cuasimonedas para que "el muerto lo agarre otro". Y sin considerar que una derrota en los comicios acabaría con su imagen. Los sueños de Daniel Scioli para ser presidente en 2011 ya son propios de un toxicómano o de un loco de atar. Carlos Reutemann, por su parte, ya ha negociado en privado con el ex presidente los ribetes de una pelea que solo es mediática. Si el ex piloto de Fórmula Uno saliera indemne de la competencia y llegara a 2011 con chances, Kirchner podría volver a la política, digitarlo todo como en los mejores años y dejar que sus amigos y testaferros continúen administrando sus acciones en las veinte empresas más grandes del país. Pero si Reutemann pierde a manos de radicales y los inocuos socialistas del insípido Hermes Binner el domingo, Néstor estaría un paso más cerca de los barrotes. Escenario que no disgustaría a muchos peronistas nerviosos, incluyendo Eduardo Duhalde. Aunque, en la práctica, que un peronista mande preso a otro, puede ser temario digno de alguna fábula. Retomando la áspera cuestión de la marcha de piqueteros K, ¿cuál puede decirse que era el objetivo? Existían varios, como ya se ha analizado oportunamente. En principio, presionar al Grupo Clarín y sus periodistas estrella para que no se "hagan los vivos", despedazando sin remedio al kirchnerismo y al matrimonio presidencial apenas confirmada su derrota. Por esta razón, La Cámpora aún tiene planeado bloquear los estudios de TN y trasladarse hacia Diario Clarín, de tal suerte que las marchas no se han suspendido finalmente. La otra justificación era "celebrar el triunfo". Pero lo que pocos dicen es que ciertos allegados al kirchnerismo duro, a sabiendas de una posible derrota en puerta, se regodeaban con la posibilidad de convertir al espacio público en un campo de batalla con ataques a políticos opositores y medios -quema de comercios mediante-. Los ideólogos de la iniciativa saldrían rápidamente a capturar la atención mediática para denunciar un "golpe institucional de la derecha, bancado por elementos reaccionarios del campo y ex militares". Cuando lo cierto es que de la vereda de enfrente solo habría empobrecidos ciudadanos de clases medias y bajas, hartos de esta suerte de dictadura familiar que los ha relegado a la alternativa de cartonear, mendigar en las puertas de las iglesias o nutrir las filas de los que pugnan por una porción de la gran olla popular argentina. Nadie desde la oposición convocó a cacerolazos. Las invitaciones, como ya es costumbre, provienen de cadenas de correos electrónicos de fuente no identificada. En estos últimos días de campaña, una porción de la prensa tradicional se aferra al vedettismo y al tráfico de chismes políticos, perdiendo el tiempo para dilucidar quién ordenó marchar a Plaza de Mayo. Otros trabajadores de medios -algo más serios- ya se han encargado de ventilar que, después del 28 de junio, el dólar y otros índices podrían explotar irreversiblemente. Esa prensa ya ventila los acuerdos que oportunamente tejiera Guillermo Moreno con sectores industriales y financieros. Allí, el polémico Secretario consensuó permisos para que las empresas incrementen los precios de todos los productos habidos y por haber en el porcentaje que juzguen necesario, luego de finalizadas las elecciones. Las companías que comercializan alimentos ya aseguraron que, desde el 29 de junio, incrementarán los precios de sus productos en no menos de un 5%. Las prepagas harán lo propio. Los combustibles, incontestablemente, subirán con brusquedad, pues Moreno viene maltratando y amenazando a las petroleras desde hace más de tres años para que primara el status quo en materia de precios finales. El petróleo ha sabido crecer en más de un 20% en las últimas dos semanas -sin contar el arrastre de años- y Kirchner pretendía que el litro de nafta sin plomo siguiera costando menos de setenta centavos de dólar. Ridículo. Gane o pierda Néstor Carlos Kirchner en provincia, los mecanismos de control se habrán relajado y los aumentos llegarán en cataratas. Otro tema será el análisis de qué harán el ex presidente y su esposa si se confirma la derrota del domingo en el primer distrito del país en número de votantes. Difícil saberlo. Lo único que puede asegurarse sin temor al error es que tendrá lugar algún amago de renuncia, aunque tal vez no tan real sino que sería exagerado, a los efectos de generar una suerte de "operativo clamor" para que les pidan quedarse. Sin embargo, hoy no existe margen semejante para instalar operativos de esa magnitud, como todavía quedaba -y muy leve- luego de la derrota en el combate legislativo por la 125. Hoy, el matrimonio podría encontrarse con una respuesta categórica de parte de la ciudadanía y de los lectores más hábiles de la opinión pública que hoy hacen y deshacen en el seno de la gloriosa jotapé : "Si se quieren ir, váyanse. Pero se harán cargo de pagar la fiesta". Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política