POLITICA: POR EL DR. LUCIO CATANO (H), PARA EL OJO DIGITAL POLITICA

Volkssturm : "El Pueblo al ataque" o "Tormenta del Pueblo"

Compatriotas, les hablaré hoy sobre el intitulado en el epílogo de la nota. Antes, desearía traer a nuestra memoria una reflexión, que acaso sea el principio de todos nuestros irresolutos acertijos.

21 de Julio de 2010
De corrupción, negociados y escándalos de toda índole, nos da cuenta la prensa internacional, sino todos, la mayoría de los días de una semana. Berlusconi, que se inició hace 30 años como un vendedor ambulatorio de aspiradoras, hoy atesora una fortuna de más de seis millones de euros, con el añadido de infidelidades, impropias de su avanzada edad y condición de Jefe de un gobierno. Nicolas Sarzoky, más compatible con un obrero polaco que se ganó el Loto, es químicamente lo mismo. George Bush, la cara visible de la golbalización de la economía mundial, que cumplía prolijamente los indicativos de los Popes de Wall Street, alcanzará la eternidad como un mero bufón de los republicanos y como asesino de millones de neoyorquinos, cuando aconteció lo del 911. Lula da Silva, que es un borracho de tablón, en unos años presidirá el Banco Mundial. Hugo Chávez, con esos arrebatos de un malevo de barrio, sorprende al mundo con esa megalomanía propia de un mestizo new rich. Pero sin desdeñar la ironía de la cita, cada uno de ellos y otros menos sugerentes, a su manera, defienden sus intereses nacionales. Dictadores de fuste como Franco y Oliveira Salazar, que erradicaron la pobreza de España y Portugal respectivamente, y que eyectaron sus economías hacia el capitalismo moderno, son piezas de museo. Nadie se acuerda de ellos, ni de la frugalidad y decencia con las que administraron la suma del poder absoluto durante décadas. Hoy todo es democracia participativa. Mediante la cual, un perdulario como cualquiera de los mencionados, se hace del poder. Tal vez, una de las razones, aunque no la única, sea el desinterés de las Sociedades por el asunto de la Res o cosa pública. Aquí eso ha prendido como yesca. Nuestro ominoso pasado yrigoyenista, devenido luego en peronista, nos marca un tono. O más bien una melodía sinfónica. Se podría colocar a toda la banda del gobierno junto a la oposición en una sola hilera. Todos, sin exceptuar a ninguno, fueron en su momento admiradores de la visión futurista de Carlos Saúl Menem. Incluso las huestes de este resabio alfonsinista encabezado por Lilita Carrió, nada dijeron ni hicieron para truncar el crapuloso Pacto de Olivos de 1994. Ahora se desgarran las vestimentas -frente a la Tribuna- por las violaciones sistemáticas que de la Carta Magna, todos los días Kretina y su consorte recurren como quien lo hace de un tónico de juventud y belleza. Lo que vulgarmente se conoce como el mea culpa no existe en la imaginación de estos fulanos. Porque -hilando cada vez más finito- no se advierte en todos ellos otra cosa que no sea el destello de las cámaras de televisión. Es una forma de vedetismo, emparentado con el de los reality, o los del show mediático. Antes me refería al gobierno como una banda en despoblado. Que es una agravante en ocasión de atraco. Pero estos otros ¿son acaso tan diferentes? ¿Han advertido Ustedes lo banales y presumidos que son? ¿O lo vacío de contenido de sus discursos? Provienen de una administración que, sin lo exógeno de los desmanes peronistas, por esa oligofrenia intelectual y dogmática, le ofrecieron a Menem la oportunidad, para legitimar y multiplicar la sevicia, la inmundicia y algo aún más abyecto : el desquicio colectivo. Tuvieron una curiosa y nueva oportunidad para enmendar sus desaguisados con Fernando de la Rúa, que decantó en la argamasa desinstitucionalizadora del 2001. ¿Alguno de Ustedes los captó solicitando al Pueblo algún tipo de dispensa? Un arrepentimiento, mero y circunstancial tampoco. Pero hoy se yerguen como los adalides de un futuro promisorio. A pesar de ello, muchos les creen. Los interpretan como sinceros, como buenas y desinteresadas personas de Bien. ¿Tienen algo para exhibir como muestra de esa supuesta dignidad y decencia cívica? Francisco De Narváez, el de "mejor" perfil, frente al inminente comicio, ingresó a la política abonándole a Eduardo Duhalde un millón de dólares para conseguir un escaño en la Cámara Baja. ¿Acaso lo hace ello diferente al resto? Cuando se pacta con el ladrón, existe lo que se llama el principio de automaticidad : se pasa a integrar sus filas. ¿No fue acaso Duhalde quien le vendió la presidencia a Néstor por cien millones de dólares? ¿Se cuenta con algún mecanismo para reducir los grados de culpabilidad en un aquelarre como el que tenemos frente a nosotros? Mucho me temo que no. En otra dirección, advierto que un sector como el agropecuario, también está contaminado por la idiotez. Trataré de acreditarlo con un ejemplo y la contramedida, proveniente del mismo riñón. Cuando Daniel Scioli y Agustín Rossi se pasaron de listos, creyendo que podían transitar por los pueblos alegremente, existió una réplica. Aquella consistió en unos cuantos huevazos, arrojados por gente del lugar que se disponían visitar. Pero con el Campo en una situación prácticamente incendiaria por la sequía y el atornillamiento tributario de las rtenciones, otro escenario hubiese sido el indicado. La metodología de utilizar huevos como proyectiles, es plausible para los estudiantes de un colegio, que tienen en miras humillar al rector o eventualmente al jefe de preceptores, o a algún profesor demasiado riguroso con las calificaciónes. Entre gente adulta y mutilada en su proyecciones de crecimiento, que además representa la columna vertebral del aparato productivo de una Nación, se debería haber implementado una sanción ejemplarizadora. Como al azar, haberles desnudado el pecho y grabarles a fuego sus condiciones de Traidores a la Patria, con algún metal incandescente, para que les sirviera de recordatorio por el resto de sus vidas, pero por sobre ello, como aviso y porque no, última advertencia. Pero a pesar de lo meramente simbólicas, esas agresiones se hicieron carne en este fulano Buzzi y otros más de la Mesa de Enlace, para repudiar el gasto de tintorería de los agredidos. Si este Buzzi es la voz más ardiente de los gringos, será mejor que se convoque a una asamblea en la Federación Agraria, porque ese tipo es una especie de broma. Pero, si profundizamos un poco, la actitud de este remedo de un ruralista de trinchera, advertiremos de inmediato que en una visión de conjunto, no es diferente su actitud a la del resto de quienes se desgañitan por demostrar que son devotos de otro modelo de País. Y entonces me interrogué en abstracto: ¿Quién nos podrá hacer emerger de este pozo ciego? Nuestras Fuerzas Armadas, evidentemente no. Ya que solo cuentan con las Bandas de Música de los Regimientos de Patricios y Granaderos, como fuerza de choque. Recurrí a la historia universal, de la que soy muy afecto, a pesar de mis probados yerros a veces. Me remonté al desfiladero de las Termópilas, con Leónidas y sus 300 hombres. Demasiado mitológico y bizarro, por el curso de los siglos. Me trasladé rápidamente a los Jacobinos y Girondinos con La Cuchilla Nacional. Demasiado anticlerical, incompatible con nuestros días, en los que necesitamos de nuestra Iglesia para lidiar diariamente con El Maligno. Aunque de todas formas, ¡qué formidable método para cortar las mil cabezas de un absolutismo tan anticristiano como el de Los Capeto! Seguí repasando. Pensé en la República Española, pero nuevamente el enfrentamiento religioso, con su añadido de las autonomías regionales, poco asequible con nuestra pesadilla. Ya me estaba dando por vencido, cuando me trasladé virtualmente a los días de marzo y abril del Berlín de 1945. Repasé unos cuántos documentales de la época. Encontré un distintivo : VOLKSSTURM. Hurgué en su traducción. Se trata de algo así como "El Pueblo al Ataque". Tenía un pretérito recuerdo de esos infantes con pantalones cortos, junto a ancianos plagados de artitis, a quienes se les encomendó la defensa de una ciudad que carecía de ella. Me vino a la memoria que el Santo Padre fue uno de los millares de improvisados soldaditos, que en edad escolar, fue provisto de un casco para comandar una batería antitanques en el distrito de Pankow, adyacente a la Cancillería del Reich. La flama del destino dispuso que sobreviviera a ese holocausto -el verídico-. La inmensa mayoría de sus compañeros no sobrevivió a las hordas soviéticas, que diezmaron a una población que ya estaba inerte por los bombardeos previos. Tal vez con un poco de sarcasmo y otro tanto de tibia esperanza, pensé y ¿si implementamos algo, aunque más no sea con una pálida semejanza? Ya que después de todo, como en aquella Alemania, en las postrimerías de la conflagración, nuestros Militares han dejado de existir. El enemigo, compuesto por el gobierno y la oposición anudada a él, nos están pisándo los talones, como si fueran inmensos tanques T34. Si un Pueblo sin disciplina previa ni entrenamiento, fue capaz de enfrentar a un adversario tan titáncio, pese a la desigualdad de oportunidades ¿No lo podremos intentar nosotros también? Se requiere que alguien, aunque desde la clandestinidad lance ese llamamiento. En esta oportunidad, no requerimos de cascos ni uniformes. Sólo de un brazalete con la sigla Fuerza Patria y la planificación de los específicos lugares de nucleamiento en toda la Nación. Gozamos por principio de mala suerte, inalterable en el tiempo y en el espacio, pero al menos soñemos con nuestra criolla versión de la VOLKSSTURM... Por el Dr. Lucio Catano (h), Abogado, para El Ojo Digital Política.
Por el Dr. Lucio Catano (h), Abogado, para El Ojo Digital Politica