POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

La muerte de Raúl Alfonsín, el episodio que los Kirchner esperaban. Un país sin memoria

Es correcto lamentar el deceso del ex presidente argentino, originario de Chascomús, mas la multitud de ciudadanos que se agolparon en las calles solo demuestran la absoluta carencia de memoria de una sociedad que tiene mayormente a la involución. En otro orden de cosas, la novedad le viene bien a la Presidente Cristina Fernández y su desgobierno, a los efectos propagandísticos.

21 de Julio de 2010
Mientras más duren las muestras de dolor de cara al fallecimiento de Raúl Alfonsín, ex presidente argentino y falsamente denominado "padre de la democracia", mejor para la agenda del desgobierno de la Presidente Cristina Fernández y su esposo Néstor Kirchner. Desde luego, sobre esta noticia ellos especularon que serviría de mucho para que la sociedad y la opinión pública se olviden de la inseguridad, la vapuleada economía y la epidemia de dengue. De cualquier forma, el deceso de Alfonsín retrotrae inmediatamente a la maldita costumbre de los argentinos, para los cuales todo aquel que pierde la vida o muere por causas naturales o enfermedades pasa a ser mártir. Al parecer, las multitudes de desmemoriados ciudadanos se han olvidado ya la manera en que Alfonsín destruyó a la República Argentina. Muchos se han olvidado de la interminable crisis energética que dejó el alfonsinismo, los primeros y más monumentales hechos de corrupción en forma de cajas PAN y los "pollos de Mazzorín". Pero principalmente, una masa importante de ciudadanos de pacotilla han olvidado los saqueos y la hiperinflación que fueron récord en el país. Para no pocos, Raúl Alfonsín se ubica en el tristemente célebre grupo de los tres peores presidentes de la historia argentina contemporánea, aunque al primer lugar está bien aferrado Fernando de la Rúa. El espacio restante bien podría reservarse para Arturo Illia, al menos de acuerdo a una importante selección de historiadores. De reojo, Néstor Carlos Kirchner contempla como los desmemoriados y cínicos argentinos lloran la muerte del ex presidente radical, y firmaría ahora mismo los papeles necesarios para que el día de mañana, la sociedad lo llore como al que acaba de partir. Pero ello entra en el mundo de los sueños románticos y las utopías. En definitiva, los titulares de los medios vuelven a equivocar el camino. Los que sobreimprimen títulos como "La democracia de duelo" yerran groseramente. Los que están en duelo son los políticos, no los argentinos. El sistema corrupto de la democracia es el que exhibe las muestras de dolor. Todo tipo de funcionarios y ex funcionarios, desde el más corrupto hasta el más incompetente, lloran en cámaras a Alfonsín porque saben que, en el interín, la sociedad habrá olvidado sus tropelías o, al menos, esta vez lo dejarán hablar sin arrojarle objetos contundentes. Con todos sus errores, Raúl Alfonsín supera, por lejos, a cualquier iniciativa de gestión llevada a cabo por el matrimonio presidencial que hoy regula los destinos del país con aire dictatorial. Dicho sea de paso, los Kirchner abrazan con amplias sonrisas la novedad del deceso del ex líder de la otrora agraciada Unión Cívica Radical. El hecho de que miles de argentinos, sumados a la totalidad de los medios de corte tercermundista y retrógrado se encuentren mayormente ocupados derramando lágrimas por Alfonsín, les viene de perillas para continuar con el saqueo indiscriminado de las esperanzas de la Argentina. Muchos volveremos a poner el grito en el cielo cuando nos enteremos de los nuevos y diabólicos planes que los Kirchner ejecutarán por estos días, aprovechando la confusión general. Pero lo cierto es que nosotros mismos, junto con la risible prensa que pulula fronteras adentro, les habremos hecho el juego. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política