POLITICA: POR RICARDO WHITE, PARA EL OJO DIGITAL POLITICA

El Gobernador Daniel Scioli, al borde del incendio : la Policía Bonaerense se autoacuartela. Las burlas de Carmen Argibay hacia las víctimas

A Daniel Scioli ya no le queda mucho pelo para arrancarse : la situación de inseguridad en la provincia de Buenos Aires ya hace palidecer al Far West americano y el desmadre del ex piloto de motonáutica -con el guiño del matrimonio presidencial- ha contribuído a la pérdida de miles de vidas inocentes. Un distrito en llamas cuyo drama se acrecienta con los detalles del próximo acuartelamiento de la policía.

21 de Julio de 2010
La figura del Gobernador Daniel Scioli ya ni siquiera gatilla las carcajadas del electorado. Eso era parte de las épocas doradas que ya fueron. Hoy por hoy, el máximo funcionario de la provincia de Buenos Aires solo suscita odios y rencores, no solo de parte de los politizados docentes sino de las víctimas de la inseguridad y de su propia policía. La mayor parte de los rincones del conurbano bonaerense se han convertido ya en inhabitables para los ciudadanos trabajadores y de bien, al tiempo que es ya un paraíso para el delincuente de poca monta y un paseo por el parque para el profesional. El peronismo ve todos los días como la mano de obra contratada para sus actos políticos del pasado reciente se dedica a vivir al margen de la ley porque ya no tiene trabajo ni recibe subsidios. Sucede hasta con los otrora piqueteros kirchneristas que ya no ven un centavo desde el poder. Muchos de ellos han optado por radicalizarse. Oportunamente lo habían avisado : lo hizo la Aníbal Verón, cuando sus referentes advirtieron sobre las consecuencias de los recortes de subsidios que el kirchnerismo les había impuesto. Este grupo fue originalmente el autor de atentados con bombas contra cajeros automáticos que se cobraron, pocos años atrás, la vida de un vigilador privado. El episodio fue ocultado en forma maquiavélica por el Ministro de la Inseguridad, Aníbal Fernández, que hoy está a punto de retornar al Ministerio del Interior -por si le faltaran más malas noticias a los argentinos preocupados por la seguridad-. Equivocó la jugada Daniel Scioli, ese individuo que -para muchos- ya no tiene mucho currículum vitae para exhibir. Ni siquiera sus falsos títulos de motonáutica, que "ganó" en categorías inventadas especialmente para él y en carreras que se arreglaron para que saliese victorioso, en un 99%. Hoy ha tenido que remover rápidamente los carteles publicitarios de la Autovía 2 con su foto sonriente y saludando, con la inscripción "Se viene Daniel". Este hombre creyó ingenuamente que alcanzaría con su buena imagen pública, con aguantar luego en la Gobernación -siempre gracias a la caja kirchnerista- y, a la postre, ser presidenciable. Odiado a muerte por el menemismo, lo abandonó para pasarle al núcleo duhaldista. Su última jugada fue regalarle su destino a los Kirchner, luego de sufrir incontables humillaciones cuando ocupaba la Vicepresidencia. Hoy la caja del kirchnerismo se agotó. Desesperado por la crisis de la seguridad, no le quedó otro camino que reconocer a los violentos docentes que no disponía de un peso de las arcas para hacer frente a los reclamos de aumentos de salarios. Peor jugada : el extremismo de los maestros lo terminó por acorralar. Para colmo, la vendetta personal y demencial que el matrimonio presidencial mantiene con el agro lo terminó de poner contra las cuerdas al bueno de Scioli. Y en las calles de las ciudades y pueblos de toda la provincia, todos los días los homicidios violentos casi llegan a la docena. Como siempre, la delincuencia tiene su más grande e importante respaldo en el sistema de justicia argentino, que ve al que delinque como una víctima y a su víctima, como victimario. Ahí están los conceptos ejemplarmente deleznables de la jueza de la corte suprema -sí, con minúsculas- Carmen Argibay, al respecto de que la "inseguridad es alimentada y exagerada por los medios". Un recto a la mandíbula de los familiares de las víctimas de la inseguridad. Siempre ha sido incomprensible el grosero cambio de actitud de Argibay desde los tiempos en que ocupaba el cargo de magistrada en la Corte Internacional de La Haya en Holanda. Su firmeza a la hora de condenar dictadores y delincuentes internacionales era asombrosa. Las condenas, igualmente duras. Pero en su llegada a la Argentina -traída por los Kirchner, no olvidar-, inmediatamente se aferró al derechohumanismo que defiende a los delincuentes y asesinos y que ridiculiza a las víctimas, al tiempo que las tilda de "histéricas". Sin lugar a dudas, Carmen Argibay debería ser parte de esa tan masivamente esperada purga del sistema judicial argentino, en donde, de aquí a unos años, no deberán existir más jueces que no sean implacables con la delincuencia. En definitiva, mutan en magistrados que abiertamente atentan contra el orden constitucional que dicen defender pues, en una nación en donde el marginal tiene más derecho que un trabajador honesto, no queda espacio para ningún tipo de progreso. Es la cultura del permanente revisionismo y de la enaltación del asesino como figura romántica. Esta es la visión de Argibay. En la provincia de Scioli, la falta de comunicación entre jueces y policías es notable, pero lo es de forma mucho más grave que en otros distritos. La ideología prima siempre en el magistrado, que ante la duda, revisa con un conjunto de lupas si acaso el agente hizo el papeleo correcto a la hora de capturar a peligrosos homicidas. Pongamos por caso a los tribunales de la Ciudad de Mar del Plata, sitio que quien esto escribe tuvo oportunidad de visitar recientemente. La escena es siempre idéntica : los delincuentes esposados que comparecen ante los jueces amenazan a magistrados y policías con que liquidarán a sus familias. A la vista de todo el mundo. Los jueces tiemblan. Los policías tiritan y castañetean los dientes. Nadie puede proteger a los encargados de administrar justicia, ni que hablar de los testigos. En una ocasión, he podido ver cómo un joven intentó sobornar al magistrado para obtener su libertad : "¿Qué querés?", decía el joven trigueño ante el magistrado atemorizado. "Ud. está imputado en esta causa", titubeó el juez. "¡Animate a tocarme hijo de puta!", retrucó el malviviente. Y así en todos los casos. Vale recordar también el que también tuvo lugar en la "Feliz" a fines de 2008. Un delincuente que se escapaba de la policía tras robar a mano armada terminó refugiándose en un asilo de ancianos, donde no tuvo mejor idea que repartir golpes y patadas a los pobres señores y señoras mayores que estaban allí para pasar en paz sus últimos días. Finalmente tomó a uno de los ancianos de rehén, arma en mano y apuntándole a la sien. Mas tuvo un momento de distracción y los agentes lograron reducirlo, tras salir algunos de ellos muy lastimados luego de la trifulca. Resultado, aunque Ud. no lo crea : el fiscal de la causa -en teoría, quien debería defender a la ciudadanía- terminó acusando a los policías por haber utilizado fuerza innecesaria y justificando el accionar del delincuente pues se encontraba "desesperado, acorralado y sin salida". En toda la provincia son numerosos los casos en los que ciudadanos que son sorprendidos en sus propios hogares por delincuentes armados logran reducirlos y luego la justicia los condena por agredir al malhechor. Las policías locales recomiendan no denunciar jamás a las patotas de los barrios de pueblo pues luego tomarán venganza contra la víctima y su familia. De hecho, la propia policía prefiere dejarlos en paz. Recomendación de un policía bonaerense en actividad y destacado en una ciudad del Partido de General Pueyrredón, en la costa argentina : "Si alguna vez te pasa que agarrás un chorro en tu propia casa y sin querer lo matás, no llames nunca al 911. Esperá hasta las 3 de la mañana más o menos, metelo en el baúl del auto, llevalo fuera de la ciudad y tiralo en una zanja. Esto no es como en la tele, no hay luminol ni esas pelotedeces de acordonar el lugar. Cuando encuentren al cuerpo nadie se va a preocupar por averiguar quién lo mató. Si de la averiguación de identidad y antecedentes resulta que es chorro y no hay pruebas, nadie sale a buscar nada y se registra como ajuste de cuentas. Y te digo más : siempre es mejor matar al delincuente y tirar el cuerpo por ahí. Si no lo matás, él mismo te hace juicio y podés perder hasta tu casa, sin hablar de los años en que vas preso. Así están las cosas acá y por eso en la bonaerense estamos con toda la bronca junta". Discurso más elocuente no hay. Esto es lo que sucede en su distrito, señor Gobernador. Pero Ud. sigue intentando salirse con la suya. ¿Está enterado de lo que realmente está pasando? Y hablando de "brazos caídos", ya no es rumor : la Policía Bonaerense ya tiene todo listo para autoacuartelarse en pocos días, furiosa por las respuestas del "Jefe" Juan Carlos Paggi al respecto de que la situación en la fuerza es "normal" y que no hay malestar. Cuentan que en el Ministerio de Seguridad de La Plata (2 entre 51 y 53) ya no suenan los teléfonos y todo está demasiado tranquilo. Nadie habla. En los pasillos no se escucha ni el zumbido de una mosca. Pero cualquier elemento con antigüedad en la Bonaerense coincidirá en que Paggi no es más que un títere de Scioli y que llegó al cargo para hacer la plancha y dejar pasar el tiempo. Se salvó Paggi de que lo colgaran en una reciente manifestación de uniformados que pedían mejores condiciones de trabajo, chalecos, equipos y munición, en ocasión del velatorio de un colega caído en cumplimiento del deber. Sucede que el Jefe Juan Carlos no esperaba encontrarse con un escenario a punto de hacer ebullición. Todos -Gobernador Scioli incluído- contaban con que la caja de los Kirchner sobraría. Se equivocaron feo. Y ahora tienen que dar explicaciones ante la ciudadanía que muere en medio del festival de sangre de los delincuentes más temibles... diariamente. Como fuere, el programado autoacuartelamiento tiene su origen en el Ministerio de Seguridad de La Plata, pero el comentario rápidamente ha llegado a los rincones de todas las reparticiones de la provincia. Está pautado para este viernes 27 de marzo -aunque podría postergarse unos pocos días- y de acuerdo a lo que pudo averiguar este periodista, hay mucha bronca por el reclamo docente. Nos comentaba otro uniformado : "Miralos a estos tipos haciendo quilombo. Tienen tres meses de vacaciones más los días que hacen paro, y nunca les descuentan. Hacen ruido y les dan lo que quieren. Nosotros nos jugamos la vida en la calle y para ganar $1,500 tenés que hacer milagros. Fijate que estamos endeudados todos con los préstamos de la policía, para poder vivir. Y encima, chorro que metemos adentro, sale a la hora, pero después me viene a buscar a mi casa y me mata a las nenas o si me ve en la calle me pega un tiro sin decir nada. Así que nos cansamos. Muchos se van a plegar al acuartelamiento porque nos matan como perros y nadie hace nada. De aumentos ni hablar. Con los equipos y los patrulleros que tenemos, somos blancos móviles. Nunca nos mandan partidas para la nafta de los patrulleros nuevitos esos que ves por la calle. Parece una joda. Y ni siquiera tenemos la posibilidad de hacer paro". Para Daniel Scioli, un escenario de acuartelamiento de la Policía Bonaerense haría hervir a la provincia en cuestión de horas. Con los policías encerrados, los delincuentes saldrán a hacer de las suyas violando, matando y riéndose a carcajadas en el proceso, a sabiendas de que no habrá nadie para detenerlos. Pero de más está decir que para Scioli no sería molestia ni motivo de dolor la muerte de más inocentes. A él solo le preocupa que ello lo empuje hacia una salida anticipada del poder, un temor casi calcado del que exhibe la Presidente Cristina Fernández entre sus íntimos por estas horas. La "Presi" tiene pesadillas en las que ciudadanos furiosos la llevan arrastrando en Plaza de Mayo o en Olivos, de los pelos. Así lo han contado los que escuchan desde las paredes... Para finiquitar este artículo, es interesante rematar con otra escena que pude contemplar in situ a la salida de un tribunal marplatense en donde van a parar delincuentes de alta peligrosidad. Un joven ladronzuelo que recién ingresaba, medio muerto de miedo, intercambiaba palabras con un malviviente experimentado : -¿Y? ¿Cómo te fue? - (risas) No pasa nada, flaco. Te largan en un ratito y después podés salir de vuelta a laburar. Una instantánea perfecta del auge de la delincuencia en tiempos de Kirchner. Kirchner lo hizo. Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política