POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

La propiedad privada, ya sin garantías en la Argentina. Julio Cobos y Amado Boudou, los nuevos íconos que concentrarán el odio de la opinión pública

Ya se ha dicho prácticamente todo en relación a la expropiación de los fondos que millones de argentinos han aportado a sus respectivas AFJP. Pero lo que pocos aciertan a analizar es que el kirchnerismo se autohabilita -a partir de esta medida- para la futura incautación del dinero que los particulares retienen en el sector financiero, como también de los valores que yacen en cajas de seguridad.

21 de Julio de 2010
Acierta notablemente el economista Roberto Cachanosky en una reciente columna en el diario La Nación, en donde explica las razones para la expropiación de los fondos de las AFJP y donde concluye que, a partir de este momento, nada le impedirá al matrimonio presidencial echar mano del dinero que los particulares tienen en el sistema financiero, llámese plazos fijos o cajas de seguridad. Desde la llegada de Néstor Carlos Kirchner al poder y, ante la revelación de ciertas señales y actitudes tanto de él como de parte de sus funcionarios, siempre atacando a las clases medias y altas y a los "pudientes", un número indeterminado de voces advertían que el ex presidente sería capaz de cualquier cosa si la situación político-económico-social se tornara abiertamente en su contra. Por aquel entonces, esas voces fueron tildadas de "golpistas", al tiempo que carecían de gran crédito en la opinión pública. Tal vez hoy sea el momento adecuado para revisar aquellas críticas y reconocer que mucho de lo que sonaba escatológico, hoy tiene notable asidero, a la hora de analizarse tanto la situación del país como la actitud de su clase dirigente. Pocos reparan en el hecho -también comentado por Cachanosky- de que el mecanismo de apropiación de los fondos de pensión equivale a algo mucho peor que un "corralito" pues, en aquella instancia, se devolvieron bonos a los tenedores de ahorros y hoy no se ha entregado absolutamente nada a cambio. Ni siquiera una miserable explicación de lo que sucederá con el dinero. En pocas palabras, la conclusión objetiva para el análisis lleva a confirmar que los peores miedos sobre el matrimonio presidencial se han hecho muy reales : la propiedad privada ya no está garantizada en la Argentina. Esto se ha corroborado con igual crudeza a partir de la citación judicial contra los directivos de diez AFJPs por parte de una Justicia que aún sirve a las voluntades del Gobierno. ¿Cuál es la acusación? Los ejecutivos y administradores de fondos -conocedores del diabólico plan oficial- decidieron intentar salvar todo lo que pudieran del dinero de sus aportantes, remitiéndolos al exterior para garantizar su seguridad y evitar una confiscación estatal. Fíjese Ud. la manera en que opera el sistema democrático : se complota para, junto con la prensa, destruir la reputación de todo aquel que no comulgue con el pensamiento único de la administración y la ideología centrales. Los directores de las Administradoras de Pensión ahora serán presentados ante la opinión pública como delincuentes y estafadores que fugan capitales hacia el exterior. En definitiva, los partidarios y defensores de la "década del noventa". Los que "atentan contra el pueblo". Tal como lo expusiera Severo I. Turro en su reciente columna en nuestro humilde medio. Es que la operación mediática montada por los ideólogos del oficialismo no puede ser más evidente. Horas después de ejecutada la maniobra de expropiación, el flamante titular de la ANSES, Amado Boudou, desfiló ante todo medio televisivo habido y por haber. Incluso se presentó ante un disminuído Marcelo Longobardi en C5N quien, lejos de cuestionarlo, prácticamente le cedió el control de la situación al funcionario. Como era de esperarse, Boudou montó el clásico show kirchnerista, desacreditando al capital privado y a sus referentes y cada tanto echando mano del latiguillo hitleriano de arremeter contra la denostada década del noventa de Carlos Saúl Menem. Boudou y sus socios en la operación responden absolutamente a todo pero, si el lector sabe "hilar fino", observará que ningún exponente del oficialismo sabe cómo hacer frente a las preguntas : "¿Y Ud. considera que el Estado hará mejor uso de los fondos de los futuros jubilados? ¿Qué ha hecho el Estado durante los últimos setenta años con las jubilaciones?". Sin respuesta. Después de todo, el aparato de propaganda de la Casa Rosada no ha modificado sus formas, que siguen al pie de la letra el manual de Göebbels. Quiera Dios que la Señora Presidente y su esposo no estén considerando incendiar el Congreso de la Nación recurriendo al elemento piquetero, si acaso su idea de expropiación no se aprobara holgadamente en el salón legislativo. Aunque se descuenta que diputados y senadores se saldrán con la suya y apoyarán la iniciativa oficial. Aún los argentinos no lo saben, pero el Vicepresidente Julio Cleto Cobos, quien cosechó tanta buena prensa a partir de su voto "no positivo" en el tratamiento de la Resolución 125, ya ha confirmado que aprobará el proyecto del kirchnerismo. Tanto él como Amado Boudou se convertirán a partir de esta nueva crisis, en las nuevas vedettes políticas sobre las cuales la sociedad volcará su furia. En lo que a Julio Cobos respecta, hay sobradas pruebas de que no es el hombre valiente al que muchos medios se han referido. Lo correcto es describirlo como una persona timorata y que, desde ahora, no querrá desentonar con el pensamiento oficial más de la cuenta. La credibilidad del Vicepresidente ya se ha evaporado. Quizás sea conveniente que dé un paso al costado y que permita a los Kirchner continuar con su agenda sin "interferencias". Aislando al Gobierno, este quedará aún más en soledad frente a los propios arrebatos. Mientras tanto, ya no constituye un rumor la noticia de que hay altas dosis de temor y desesperación en Balcarce 50, dada la respuesta negativa que gatilló en los mercados la medida de las AFJP. Lo cierto es que desde el poder central se impulsó la iniciativa judicial para frenar a los directivos de las administradoras. Pero nadie imaginó que la reacción del sector financiero y de negocios sería tan viruenta. Por estas horas, nadie en el Gobierno Nacional tiene idea de cómo salir del pozo. Lo que sí está confirmado es que el impacto de la noticia sobre los ahorristas ha sido devastador. Muchos de ellos continuarán corriendo a casas de cambio para hacerse de dólares, mientras otra porción importante de ellos intentará retirar su dinero del circuito bancario. Después de todo, nadie puede culparlos por querer proteger sus activos, que en muchos casos son los ahorros de toda la vida. En el exterior, la referencia de parte de analistas es que la cotización del dólar estadounidense en la Argentina no debería tardar en llegar a los $3,80, aunque se desconoce el plazo en que ello tendrá lugar. Lo que es inevitable es una revalorización importante del billete verde frente al peso, habida cuenta de la altísima demanda a que está siendo sometido desde el público. Y aquí otra cuestión espinosa y polémica en donde toma parte el Banco Central de la República Argentina. Lo cierto es que los números del sistema permiten calcular una pérdida en dólares de parte del Tesoro en el orden de los US$1,700 millones semanales y aproximadamente US$7 mil millones al mes. El objetivo, desde luego, es anclar el dólar y evitar un overshooting de su cotización. Oficialmente, se reporta que el Central mantiene US$47 mil millones en reservas, contradiciendo abiertamente los datos que arroja la ecuación en lo empírico. Y, por cierto, el riesgo país real ya se ubica en torno a los 4,245 puntos base, de acuerdo al ranking de Credit Default Swaps (CDS), que mide el riesgo concreto de default de las naciones. El dato no es menor, pues en ese ranking, aparece claramente que la Argentina es el país número uno en riesgo, superando holgadamente a Paquistán (2,470 puntos) y Venezuela (1,678 unidades). Sin dudas, no son las mejores condiciones para captar inversión extranjera. El consumo ya se ha retraído notablemente en el país. Las ventas de automóviles y electrodomésticos se han, literalmente, planchado. Todo mundo se encuentra expectante, y el plan que impera actualmente coincide con ahorrar y sentarse sobre los activos líquidos, antes que gastarlos. Otros se han volcado a las inversiones inmobiliarias, aunque lógicamente, este sector se corresponde con el de las clases más acomodadas. En concreto, la desesperación generalizada de los consumidores se produce en el peor momento del año, dado que, como ha ocurrido históricamente, la temporada veraniega trae grandes beneficios al turismo y al comercio en todo el país. Pero ahora, los operadores turísticos tiemblan. Aunque algo de positivo traerá la novedad : los operadores de la Costa Atlántica, Córdoba y los principales centros turísticos ya no tendrán margen para hacer su agosto disparando hacia arriba sus precios. Algo que enfurece cada temporada a los visitantes. Será, pues, hora de hacer cálculos y de cuánto se podrá adquirir de moneda extranjera apenas llegue el sueldo de fin de mes. Para otros, es la hora de analizar con sus bancos el retiro de sus depósitos. Y, si quien esto escribe estuviera en los zapatos de los tenedores de cajas de seguridad, tampoco estaría tan tranquilo. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política