POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

Acorralado, el Gobierno Nacional negocia con el campo, pero la corrida contra el dólar continúa. La necesidad oficial exige un acto del 25 de mayo... y desactivar el que llevará a cabo el sector agropecuario

Confusión y caos son los sentimientos que se reportan desde la Casa Rosada y la mismísima Quinta de Olivos, desde donde el ex presidente Néstor Carlos Kirchner continúa controlando los hilos del poder. Urge cancelar el acto de los ruralistas en Rosario, previsto para el mismo 25 de mayo en que el oficialismo intentará volver a las primeras planas de la prensa con multitudes de seguidores contratados a $50 por cabeza. La corrida cambiaria no se detiene, aunque retornan las consultas en el sector inmobiliario.

21 de Julio de 2010
¿Qué fue lo que llevó nuevamente al Gobierno Nacional a la mesa de negociaciones con el campo? La respuesta puede resumirse en una sola palabra : desesperación. En efecto, antes del malogrado acto de la Presidenta, en el que gremialistas se trenzaran en lucha cuerpo a cuerpo e incluso a los tiros, el propio Néstor Carlos Kirchner resolvió cederle la iniciativa a su señora esposa, porque cualesquiera hubieran sido sus declaraciones, aquellas hubieran llevado a un evidente punto de no retorno y a un caos aún mayor en lo político y lo social. Pero de allí a creer que el ex primer mandatario resolvió la jugada en menos de diez minutos, se equivoca groseramente. En realidad, el ex presidente ya había resuelto disminuir el tono de sus declaraciones ante la tribuna pues, de haberse "dejado llevar" en aquel acto, hoy estaríamos hablando de la necesidad inmediata de un cambio de gobierno y de un llamado anticipado a elecciones. No primó en Kirchner la mesura, sino la desesperación y el miedo. Miedo a que la sociedad terminara de ponerse definitivamente en contra de su proyecto y el de su mujer. Nótese que Cristina Fernández Wilhelm no deja de recurrir al latiguillo de culpar a la prensa por errores propios y los de su consorte. ¿Son golpistas los medios por revelar la creciente inquietud de una población que ya ni encuentra combustible para echarle al tanque de sus vehículos? ¿Son terroristas los noticieros por revelar que el país hoy atraviesa una de sus peores crisis en los últimos diez años? En vista del matrimonio presidencial, la sociedad entera es golpista. Mientras la primera mandataria despotrica contra los formadores de opinión, el vicepresidente Julio Cobos no deja de reclamar cambios en la política oficial de confrontación, en donde D Elía, Pérsicco y Moyano ya no tengan el protagonismo que solo pueden tener en una administración como la que hoy rige los destinos del país. ¿Le llegan a la Presidenta las noticias de que la ciudadanía cambia todos los días sus pesos por dólares, no solo por temor a la inflación sino por el miedo que existe ante la ineptitud oficial? Ese desasosiego ha llevado, otra vez, a los argentinos a acopiarse de moneda extranjera pues saben que sus pesos pierden no menos de un 40% de su valor al terminar cada año. Otros -los pudientes que han sobrevivido a la debacle- se reposicionan a la hora de consultar por operaciones inmobiliarias que les evitarán el estrés de conservar sus activos líquidos en la mano. La problemática del campo había llevado a la parálisis de las inversiones en la construcción y las compraventas pero ahora, el espíritu de la crisis los aviva para volver a consolidarse en el ámbito de las propiedades, que siempre recuperan su valor tras las agudas crisis. Pero no es solo el temor por la economía de los hogares. Hace pocas horas, la propia Presidente pidió a los piqueteros de D Elía (esos que también viven de las retenciones al sector agropecuario) que no corten rutas y que no desafíen a los chacareros. No se ha notificado la Primera Dama de que, a partir de esta orden, ella misma ha confirmado que -junto con su marido- han sido los autores intelectuales de la violencia que Luis D Elía y sus patotas emplearon en contra de ciudadanos que legítimamente se manifestaron pocos meses atrás en Plaza de Mayo. Cualquier desmentida a este respecto, llegará tarde. Le urge al kirchnerismo desactivar el acto masivo que los ruralistas realizarán en Rosario, frente al Monumento a la Bandera. Claramente, el dueto presidencial -que jamás convocó a conferencias de prensa y que se jacta de tener diálogo directo con "el Pueblo"- vive del caudal político que considera le traen las televisaciones de patéticos actos en donde los peores elementos del gremialismo y el piqueterismo se amontonan gracias a las bondades del paty y el Resero. Es que la ecuación es muy sencilla : al día siguiente, la prensa comparará ambos actos y no le quedará otra que revelar la masividad -ya garantizada- que caracterizará al acto del campo, de cara al acto tan típico de la "vieja política" en el que Cristina y Néstor serán los principales oradores. En los próximos días, el Gobierno hará todo lo necesario para disuadir a los referentes ruralistas de llevar a cabo el acto de Rosario. Pero el acto, sin dudas, no está sujeto a negociación. Los cuatro popes del agro saben que no pueden dar marcha atrás con el evento pues, si así lo hicieren, perderían todo apoyo de parte de las bases. Esas bases que hoy dudan de que en la negociación con la Rosada no se ha colado nada raro. Persiste la pregunta : ¿para qué le sirve a un gobierno llenar una plaza con mercenarios políticos y barrabravas, de cara a una sociedad que lo duda en cada uno de sus movimientos? ¿Tanto se ha alejado hoy la dirigencia política de la ciudadanía? Por estos días, la imagen positiva de la Presidente llega -con mucha fortuna- a 20 puntos porcentuales. En el estrado del 25 figurarán, con certeza, Aníbal Fernández, Alberto Fernández, Néstor Kirchner, Luis D Elía, Emilio Pérsicco, Hugo y Pablo Moyano, y seguramente referentes de los autoproclamados "derechos humanos" como Estela Barnes de Carlotto o bien Hebe de Bonafini. Todos los mencionados, dignos referentes de un pasado cada vez más lejano y menos representativo en una nación entera. Todos ellos, individuos que se han sabido cosechar una indiferencia -cuando no bronca- récord entre la cada vez mayor porción de ciudadanos defraudados hasta el hartazgo. Del otro lado, en cambio, se presentará otro país : el del trabajo duro, el del sacrificio, el que durante años se ha dejado atropellar y saquear por políticos que, lejos de aportar soluciones, han magnificado los problemas de la Argentina e inventado nuevos. Sin dudas, no será difícil para los televidentes sumar dos más dos y sacar conclusiones clarificadoras. Una cosa es segura : el día después de los actos, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner (claramente, hoy el "de Kirchner" se ve reforzado como nunca) terminará perdiendo ese intelectualmente pauperizado 20% que le queda de "admiradores" en la opinión pública. Porción ínfima que, como cualquiera puede imaginar, configuran gremialistas, trabajadores estatales con miedo de perder su empleo, piqueteros, punteros políticos y presos de las cárceles argentinas que -gracias a Néstor Kirchner- ahora pueden votar. Difícil es mirar para otro lado. Hoy, la Argentina -inexplicablemente- vuelve a estar presa de una renovada crisis energética, una inflación intolerable, una inseguridad que ha batido todos los récords (nuevamente, Kirchner lo hizo) y, por si todo esto fuera poco, con sus ciudadanos rehenes de una clase dirigente que nada hace por poner punto final a las viejas formas de hacer política y que ni siquiera da el primer paso para reconocer los problemas que ha creado. Se esperan aún tiempos más duros para el país de aquí a fin de año, y no queda ya espacio para medias tintas. Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política