POR SEVERO I. TURRO, PARA EL OJO DIGITAL: POLITICA

Algo huele espantoso en Córdoba

El espíritu de Edgar Allan Poe parece haber descendido sobre el gobierno de Córdoba. En efecto, un grueso manto de misterio rodea las cuentas de la Provincia. Lo que hasta no hace mucho tiempo era simple de verificar, Internet mediante, por estas horas es casi imposible. Por arte de magia, han desaparecido de la Web los números de la deuda pública y buena parte de los datos respecto a la marcha del presupuesto.

21 de Julio de 2010
Cuando se le consulta al gobernador José Manuel De la Sota (a) "Gallego", al respecto, afirma que los datos de la oposición son exagerados y que el pasivo es manejable. Pero jamás dice a cuanto ascienden los compromisos. Ni como se van a afrontar. Más bien, recurre al latiguillo de, "tengan fe, no los voy a defraudar". Imitación semi "trucha" del latiguillo con que nos supo aburrir el segundo riojano más famoso. Va de suyo, que por estos lares, el primer riojano más famoso es Germancito Kammerath, de cuya peculiar perfomance, el pueblo de la Docta, jamás se olvidará. Hace un año, el stock de deuda ascendía a la friolera de 7.437.472.000 de pesos. Sin contar otros mil millones de deuda flotante. Dado que el superavit primario ha desaparecido y los egresos superan ampliamente a los ingresos, es simple colegir que se han refinanciado todos los vencimientos, tanto de capital, como de intereses. Por ende, y siendo cautos y prudentes, al momento que usted está leyendo estas líneas, el stock total de deuda, incluida la flotante, asciende a más de diez mil millones de pesos. Eso significa que la Provincia adeuda el veinte por ciento del Producto Bruto Geográfico y significa el ciento ochenta por ciento del presupuesto 2007. Para ser claros, con el superavit fiscal de 2006, la provincia tardaría alrededor de 85 años para pagar sus compromisos. Dato aterrador que ni el gobernador ni su delfín han expuesto a la ciudadanía. Ahora bien, como ya es costumbre, el gobernador podría achacarle a su antecesor las culpas de tamaños males. Pero, hete ahí que, cuando llegó a la Casa de la Tejas, la deuda ascendía a 1.058.163.000 de pesos. Lo que indica una conclusión de terror : en ocho año de (des)gestión, el gobernador incrementó la deuda en mil por ciento. Sí. Leyó bien. ¡Diez veces más! O sea, toda la obra pública y buena parte de los gastos corrientes fueron financiados con deuda. De éstos últimos, vale subrayar que el gasto en personal de la Provincia creció 73% en los últimos 18 meses. Ñoquis y clientelismo político son la verdadera "industria" que alimenta y expande al infinito el agujero negro del erario. Es el costo del "aparato", sufragado por el bolsillo de todos los sufridos contribuyentes cordobeses. Pese al inmisericorde dispendio, la infraestructura de la provincia se encuentra en estado calamitoso. Las rutas provinciales están poco menos que intransitables. Se construyeron escuelas pero al resto se las dejó a la buena del Señor. El interrogante que cae de maduro es : ¿a cuánto asciende el costo de la corrupción, dado el incremento exponencial del pasivo y la escasa magnitud de la obra pública? Un gobernador de Brasil se hizo famoso con un slogan ya legendario. ?Robo, pero hago?. En Córdoba, sería interesante investigar a cuál de las dos anteriores proposiciones se dedican los gobernantes con mayor ahínco. No es casual, entonces, que en la provincia de la soja, el crecimiento sea inferior a la media nacional. La comparación con Santa Fe nos muestra, de manera prístina, la real dimensión del descalabro. Santa Fe crece por sobre la media nacional y sus cuentas públicas están saneadas. Obeid dejará una provincia sin urgencias financieras. Santa Fe gana por demolición la carrera por consolidarse como principal polo de desarrollo económico del interior del país. En el último año, mientras que Córdoba recibió como inversión para la creación de nuevas instalaciones productivas y ampliación de las existentes 335 millones de dólares, Santa Fe recolectó 845 millones. Casi tres veces más. Pero los cordobeses no solamente perdieron en la comparación con los santafecinos. Provincias mucho más pequeñas como Chubut (372 millones), Santa Cruz (385 millones) y Neuquén (508 millones) recibieron más inversiones que Córdoba. El gobernador podrá aducir que Santa Cruz es la provincia del Presidente. Pero, ¿y Neuquén? Gobernada por un opositor feroz al Gobierno Nacional. La diferencia salta a la vista. Tanto Santa Fe como Neuquén tienen sus cuentas públicas saneadas. Por su parte, el gobernador De la Sota endeudó la provincia hasta el caracú. Pero no se contentó con ello. Al asumir, la provincia recaudaba 5 pesos de cada diez que gastaba. El resto, provenía, obvio, de la coparticipación federal de impuestos. En 2007, tal cual reza el presupuesto en ejecución, rentas de la provincia apenas aportará 3.40 pesos por cada diez de erogación. Consecuencia : no solamente elevó el mil por ciento el stock de deuda, sino que la dependencia respecto a la Nación se agiganta cada jornada. Afortunadamente, no hay posibilidad legal para un tercer mandato. Doce años de delasotismo y Córdoba iba a empezar a envidiar la situación de las provincias peor administradas. Destino inevitable, si las elecciones del próximo dos de setiembre las gana su delfín. El pueblo de Córdoba, a través de su sufragio, tendrá, en ese día, el poder de cambiar el rumbo. Los cordobeses tendrán la chance de salir del camino de la corruptela generalizada, el clientelismo y el "aparato", para ingresar en un ciclo de crecimiento sustentable. Con la transparencia, la dignidad y la honestidad que la hora requiere.
Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Politica