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Circo Romano

Después de Telerman y la señora Carrió, llega el turno de Macri, el Gran Triunfador. Informe final de Carolina Mantegari, de Consultora Oximoron, especial para JorgeAsísDigital.

21 de Julio de 2010
En el último informe, titulado Matracas de Cotillón, se anticipó la ventaja, ya considerada holgada y definitoria, de Mauricio Macri. Al 24 de mayo, contabilizaba 41 puntos. Obtuvo al final 4.6 más, o sea 45.6. Le llevaba 14 puntos a su segundo, que entonces era Jorge Telerman. Contabilizaba, según aquel optimismo de Oximoron, 27. Ayer Telerman obtuvo 20.7. Significa que, en los últimos diez días, Telerman pasó, de la meseta, al desmoronamiento. Hasta perder 6.3 puntos. A Filmus, en cambio, Oximoron lo registraba, para esa fecha, con 23. Sumó, desde entonces, sólo 77 céntimos. Ayer obtuvo 23.77. La poesía numerológica indica que, de los 6.3 puntos potenciales que perdió Telerman, la mayoría de ellos, al menos 4, fueron para Macri. El resto se esfuma entre el lógico margen de error, algo para Filmus, y para los representantes del rubro Resto del Universo, que congregaba a Walsh, Lozano, Amal, Cherasnhy, Venturino, etc. La utopía Se apuntaba también que, con 14 puntos de diferencia, la organización de una segunda ronda constituía, ante todo, un severo acto de irracionalidad. Por lo tanto, con casi 22 puntos de diferencia, puede asegurarse que es, directamente, una explicable locura, que Kirchner decide, de todos modos, encarar. Porque la utopía presenta algún objetivo concreto, claramente perceptible. Consiste en la tarea de esmerilamiento, hasta la virtual laceración, del referente que emerge como el principal adversario. Kirchner tendrá, invariablemente, que prepararse para asumir las ceremonias cotidianas de la anticipada ?cohabitación?. Con Macri. En el fondo, es lo que deseaba. Tal vez, con idéntico espíritu suicidario que movilizaba a Alfonsín, cuando en 1988 lo prefería, como opositor, a Menem. Cualquiera de los conyugues, a partir de diciembre, tendrá que acostumbrarse, por lo menos, a la indeseable idea de cohabitar. Es decir, compartir el escenario protagónico de tensiones, con el natural jefe, acaso a su pesar, de la oposición. Instalado a cien metros de la Casa Rosada. Las fuentes asustan, de antemano, con la hiperabundancia informativa, destinada a fundamentar los arsenales de las próximas eventuales laceraciones. Señalan espectacularidades de la vida sentimental del próximo cohabitante. Desde pormenores de divorcios litigiosos, tinieblas económicas, asociaciones no declaradas, contrataciones deportivas y un extraordinario catálogo de cretinadas. En caso que despunten, costará retribuirlas con la táctica elusiva de la indiferencia. O con el positivismo sordo, que presenta el lenguaje de las propuestas. Justo a Kirchner, el sujeto que basó su crecimiento a partir de la vocación por el conflicto, se le instala el sujeto Macri, la personalidad más inimaginablemente antagónica. Un político -Macri- que abomina del instrumento tradicional de la política. Y que, lo que menos desea, es pelearse. Porque basa su crecimiento, al contrario del sujeto Kirchner, en las tibiezas armónicas del consenso. Es entonces Macri el opositor ideal, aunque presente el riesgo estratégico de desalojarlo. De todos modos, Macri tendrá que ingeniarse para encontrar, en adelante, algún método alternativo, al menos para retribuir los golpes que no solamente buscarán atemorizarlo. Porque lo que querrán es, simplemente, destruirlo. Con la posibilidad, nada remota, de lograrlo. En especial porque Macri no registra credenciales que le aseguren una cierta preparación espiritual, para asumir la desesperación del ataque frontal. Cualquier mortal puede, perfectamente, optar por el pacifismo. Elección bastante saludable, pero para tomarla en tiempos de paz. Si en medio del combate no se pelea, pueden florecen, por doquier, las vulnerabilidades. Que pueden ser eficazmente fatales, como suelen serlo las campañas mugrientas. Sobre todo en medio del clamor de la popular, incentivada por la mediología del circo romano. Es indigno entonces escapar a la unilateralidad de la pelea. Porque dista de ser una alternativa recomendable, la de resignarse a ser, en definitiva, un churrasquito, en la carnicería del circo romano. La polvareda Polvareda riesgosa se perfila en el horizonte. Ideal para las imposturas prepotentes de un gobierno en pleno descascaramiento. Habituado a presentar, la serie de incisivas derrotas, como si fueran triunfos esperanzadores. La polvareda complaciente permite simular, por ejemplo, que en Buenos Aires se registró la peor de las derrotas del oficialismo. Hay que reconocer, por nobleza, el temple admirable del subestimado Daniel Filmus. Sobre todo en la atmósfera de adversidad que signó el inicio. Ante el pesimismo definitorio que denunciaban las encuestas, a propósito de su destino electoral. Y en la conceptuación tácita, algo precipitada, de mero engranaje del Alberto. La total descalificación, casi generalizada, de los analistas, incluye a los columnistas del Portal. Negatividades que legitimaban la pasión revanchista, presente en el discurso de la noche, en el Hotel Intercontinental. Cuando su gente, es decir, el conglomerado de funcionarios eufóricos, le anticipaba, a Macri, en forma de cántico, que ahora iban por él. Porque llegaba su turno. Después de haberse devorado, con denuncias y solicitadas, el bocado de Telerman, pasa, en el circo romano, el que sigue. Es Macri. Tampoco reconforta confirmar lo adelantado, en el último informe, con respecto al estancamiento de Telerman. Porque Telerman se quedó, tal como intitulamos, Entre dos Fuegos. Vaciado de política. Estragado, mientras el gobierno entero se le tiraba encima. Con el propósito simultáneo de demoler, de paso, en el circo romano, a la señora Carrió, el enemigo al que Telerman convocó a su mesa. Mientras le aportaba carnadura, la señora Carrió simultáneamente le despojaba, a Telerman, del simpático atractivo de la credibilidad. Porque, según Oximoron, el 55 por ciento de los que se encontraban dispuestos a votarlo, carecían del menor interés de pelearse con Kirchner. Al contrario. Simplemente, lo preferían, por asuntos internos, acaso para no darle el gusto distrital al Alberto. Y el restante 45 por ciento de los telermanistas, según Oximoron, de ningún modo se encuentra en condiciones de apoyar a ningún candidato promovido por Kirchner. Con ellos, el 45% del 20, basta para asegurarle, el próximo 24, a Kirchner, otra derrota. Aunque el triunfador, Macri, llegue desgarrado. Encargado de Negocios Para utilizar el lenguaje diplomático, cabe consignar que es improbable que Telerman pueda mantenerse, hasta diciembre, como ?Encargado de negocios? de la ciudad. La transición de seis meses es también irracional. Como organizar el simulacro de batalla de esta segunda vuelta. Sin embargo, el artificio autónomo es demasiado gravitante para que se resistan, desde el gobierno nacional, a ejercer el deporte, implacablemente congénito, de la crueldad. Para colmo, con la presencia de Aníbal Ibarra, que emerge, desde Cerro Corá, como un pequeño Ave Fénix. Un ganador módico, electo concejal, pero inapelablemente entregado al placer frío de la venganza.
Jorge Asís Digital