POLITICA: DESDE LA AGENCIA OPI SANTA CRUZ

Una epidemia llamada Rudy Ulloa Igor

Río Gallegos y toda Santa Cruz arden a partir del conflicto docente, reprimido con dureza -una vez más- y con los ideólogos operando desde la Casa Rosada. En el presente artículo, la agencia OPI Santa Cruz carga contra la figura del amigo del Presidente Néstor Kirchner, Rudy Ulloa Igor, cara visible de la vieja política y los malos modos de la dirigencia santacruceña, tan emparentada con las prácticas autoritarias del matrimonio presidencial. Rudy Ulloa Igor, cabe destacar, es operador de un importante canal de televisión en la provincia del primer mandatario.

21 de Julio de 2010
Un fenómeno muy interesante se está dando en Santa Cruz : el gobierno con su acción desmesurada, incoherente, contestataria, autoritaria y antidemocrática ha logrado lo que no se hubiese podido hacer de otra manera: sublevar el ánimo de la gente. Pero la cosa es mucho más grave: el gobierno aún no se dio cuenta. Lamentablemente, los íconos de la corrupción política-empresaria de esta provincia comienzan a marcar el destino de muchos que hasta ahora venían almorzando en la mesa de los privilegiados. Esos mismos que ahora sangran por una herida que no pueden tapar porque sus patrones están jaqueados, ven cómo de a poco se enturbia el agua que toman a diario de la mano miserable del componedor de operaciones berretas en contra de medios, personas e instituciones. Lo que está sucediendo con Supercanal, lamentablemente, es consecuencia de todo eso a los cual hacemos mención, toda vez que la asociación cercana al "empresario" del multimedios subvencionado por todo el pueblo de Santa Cruz, repercute indefectiblemente sobre los intereses comerciales ya que la gente ha decidido castigar al operador del Presidente Kirchner donde más le duele: en el bolsillo. Indudablemente que aquel empresario serio que tenga alguna conexión de intereses cruzados con Rudy Fernando Ulloa Igor, ex chofer hasta no hace muchos años, y ahora devenido en "empresario", tendrá la pesada mochila que le cargará la sociedad como forma de recordarle que a los amigos uno los elige. Obviamente, ¿quién puede olvidarse que en una empresa trabaja gente que no tiene absolutamente nada que ver y cuya estabilidad laboral, de por si precaria con salarios en negro, corre mayor riesgo si el castigo social cae como escarmiento sobre su empleador? Pero eso no puede ser argumento suficiente como para compensar todo el daño que producen las culebras que pretenden tener un medio de comunicación, cuando en realidad, ayudado por culebrillas de menor calibre, distan de ser comunicadores y solo se perfilan como burdos operadores de un sistema que lucha por preservarse de la virtual caída. Cuando uno recorre las calles, transita por la carpa de la dignidad, como le dicen a la peatonal instalada frente a casa de gobierno, se advierte una decisión unánime de tomar revancha contra el desproporcionado accionar de Canal 2, que reúne a un sinnúmero de primates del periodismo amateur y con ese revuelto de servilismo incubado en la prebenda del sándwich y la cola cola, lleva adelante campañas que además no son efectivas porque les falta sobre todo, inteligencia para componerla. Con programas execrables, con spots que atentan contra los abonados que mes a mes y con mucho esfuerzo pagan su cuota, con mensajes mendaces y dirigidos a hacer añicos el reclamo de la gente, con la manipulación descarada de los contenidos tratando a la gente como idiotas y haciendo gala de una impunidad absoluta, el Canal 2 es el pianta abonos de sus socios empresarios que miran absortos y arrepentidos las obscuras perspectivas de un futuro cargado de problemas, a la luz de las pesimistas proyecciones que en materia política se trazan sobre el destino de la clase dominante en Santa Cruz. La epidemia está instalada. Algunos enfermarán, otros perecerán y algunos pocos tal vez se salven. Esperemos que no sean siempre los mismos. Por eso, pensamos que quienes rodean el Maná que ha comenzado a disminuir, aún están a tiempo de "salvar sus almas", o lo que queda de sus bolsillos.
Agencia OPI Santa Cruz