POLITICA: CUESTIONABLE VISITA QUE DAñA LA IMAGEN DE LA ARGENTINA EN EL EXTERIOR

El altísimo costo que los argentinos deberemos pagar por el acto anti-Bush de Hugo Chávez

Tal vez uno de los peores errores del Presidente Néstor Kirchner haya sido el trabar tan estrecha relación con uno de los líderes más denostados e impresentables del planeta. El próximo viernes, Hugo Chávez utilizará a la Argentina y volverá a aprovecharse de las debilidades del primer mandatario argentino, para subirse al escenario y despotricar contra George Bush, quien estará de visita en Uruguay.

21 de Julio de 2010
¿Puede concluírse que Hugo Chávez viene a la Argentina cuando él quiere y en las condiciones que él desea, como moneda de cambio por los elevados préstamos que concedió a nuestro país en forma de adquisición de bonos? Absolutamente. El impresentable venezolano volverá a visitar nuestro país para hacer de las suyas, y de paso para empujar a la Argentina un poquito más hacia el abismo. Pero no estará solo : a pesar de las inverosímiles desmentidas del Ministro del Interior, Aníbal Fernández, se ha confirmado que el líder venezolano vendrá acompañado de aproximadamente unos 300 militares de su país, encargados de su seguridad personal. Lo que en los hechos significa que la Argentina, sin consultar al Congreso de la Nación, permitirá el ingreso de una fuerza militar extranjera a su territorio, y es notorio el hecho de que nadie ha puesto el grito en el cielo por esto, como se hizo oportunamente con uniformados estadounidenses que debían participar de maniobras militares con elementos de las fuerzas armadas argentinas. Lo peor de la Argentina acompañará y vitoreará a Hugo Chávez en el palco. Estarán Hebe de Bonafini, D Elía, Pérsico y unos tantos otros líderes piqueteros, todos con sus pequeños ejércitos, esos mismos que han sabido mantener de rehenes a los ciudadanos de la Capital Federal, toda vez que así lo han querido. Tanto Bonafini como las organizaciones piqueteras más corrientes reciben fondos del gobierno chavista todos los años. He aquí la primera de las intromisiones de Chávez en los asuntos argentinos, que se traduce en la financiación abierta e impune de grupos extremistas cuyo tinte antidemocrático es por todos conocido. Y, ciertamente, de nada han servido las desmentidas de Aníbal Fernández, pues los militares venezolanos vendrán armados, pero de civil, sin su uniforme de fajina. Esto los hará menos visibles, aunque esto no alcanzará para tapar el grosero papelón que el Ministro del Interior ha protagonizado en este sentido. Los medios de comunicación argentinos no dedican mucho espacio a informar sobre la mala noticia que la relación entre Kirchner y Chávez supone, no solo para Estados Unidos, sino también para brasileños y uruguayos. Pero este malestar existe, y es generalizado. En el caso del Uruguay, su buena relación con Mercosur ha sido siempre fundamental para su economía. La presencia de Chávez en la Argentina torpedea la unidad latinoamericana -por más que el dictador venezolano opine lo contrario-, y los integrantes de la zona de comercio regional se ven afectados también en su imagen internacional. ¿Qué le queda al Uruguay? Aliarse de hecho con Estados Unidos. Precisamente, los orientales ya han negociado una suerte de tratado de libre comercio con el país del norte, al margen de un Mercosur que está cercano a la muerte, si acaso no ha muerto ya. Brasil, por su parte, se ha acercado a Washington más que nunca en su historia, incluso más que cuando envió soldados a la Segunda Guerra Mundial para combatir del lado de los Aliados. George Bush viene, con absoluta prioridad, para reunirse con Lula en Sao Paulo. Las dos naciones se han propuesto ser potencias en los mercados de biodiesel y otros combustibles ecológicos. ¿Y Néstor Kirchner? Pues, el presidente argentino se reúne con Hugo Chávez y le ha organizado un acto a medida para insultar a los americanos desde su tribuna en Buenos Aires. La visión de futuro brilla por su ausencia. Por si todo esto fuera poco, el presidente Kirchner pretende que los ciudadanos de Buenos Aires voten a su candidato Filmus para Jefe de Gobierno. ¿Apoyan los porteños un acto de este tipo, en donde piqueteros y organizaciones violentas que tienen por hobby destruir la Capital de cuando en cuando son parte de la tribuna chavista? ¿Qué pensarán los vecinos de Caballito, cuando deban toparse con esas hordas de violentos que se pasean entre sus hogares del conurbano bonaerense y su barrio como panchos por su casa y que lo destruyen todo a su paso? El análisis de la noticia es preocupante. No por los $600 mil con que los porteños deberán contribuir indirectamente -a través de sus impuestos- para financiar los ataques del dictador de Caracas contra el presidente de Estados Unidos. El alto costo que deberán pagar los argentinos en general es el de ser enlistados como "ciudadanos del Eje del Mal", categorización que no solo utiliza Washington, sino también el resto del mundo occidental. No se trata de consideraciones éticas. Se trata aquí de explicar en forma objetiva la realidad de cómo se ve a la Argentina en el mundo, y de cómo las futuras generaciones políticas y apolíticas deberán luchar para borrar los errores de Néstor Kirchner al respecto de la política internacional, que obviamente no administra el decorativo canciller Taiana. En tiempos tan complicados como los que nos toca vivir, y en medio de tanto debate de si acaso Estados Unidos vendrá algún día por el acuífero guaraní y las riquezas de la Patagonia, Néstor Kirchner viene a ser la excusa que el Pentágono necesitaba para, algún día en un futuro muy cercano, darse una vueltita por estas tierras. El día en que tal escenario se convierta en realidad, se terminarán de confirmar las dudas actuales al respecto de para quién trabajan Hugo Chávez, los piqueteros, las organizaciones de derechos humanos y toda la tropa de impresentables. Finalmente, lamentaremos no haber observado a tiempo que trabajaban -desde el primer día- para el enemigo. Los argentinos estamos siendo testigos de cómo nuestra otrora gran nación se convierte -a pasos agigantados- en una miserable republiqueta bananera. Se criticó con dureza a administraciones anteriores por su cercanía con Washington, pero en la actualidad hay una comprobable sumisión a una nación del tercer mundo, pobre y violenta, que para colmo, está regida por un tirano obsesionado con granjearse cuotas de poder en toda la región. Sin dudas, un triste final para una Argentina que supo estar entre lo más alto. La obra maestra de la clase política nacional no solo es haber vaciado impunemente las arcas del Estado; sus proezas se extienden ahora a ámbitos internacionales. Nunca estuvo la imagen internacional de la Argentina tan perjudicada como durante la Administración de Néstor Carlos Kirchner. El análisis profundo y exhaustivo de este tipo de noticias deben servir, sin duda alguna, a la hora de que los ciudadanos se presenten a cada acto electoral.
El Ojo Digital Política