INTERNACIONALES: SUS EXPRESIONES CAYERON MAL EN CHILE

Nilda Garré, ir por lana y volver esquilada

La Ministra de Defensa Nilda Garré es, ciertamente, una de las funcionarias más patéticas que hayan ocupado puestos de importancia en la función pública argentina, tal vez con la sola excepción de Graciela Caamaño. Garré viajó recientemente a Chile y demostró su absoluto desconocimiento de aquel país al criticar duramente al fallecido dictador Pinochet y a los referentes de la política trasandina, por haberle brindado funerales de estado.

21 de Julio de 2010
Las declaraciones de la ministra argentina de Defensa, Nilda Garré, sobre el comportamiento que tuvo el Ejército chileno durante el velatorio y exequias de su ex comandante en jefe y ex Presidente de la República, general Augusto Pinochet fueron criticadas hoy en Chile. "Me dolió que todavía haya sectores en el Ejército chileno que quieran homenajear a un personaje tan siniestro como Pinochet...", dijo Garré en declaraciones el jueves a una agencia de noticias en la capital argentina. La ministra agregó que en Argentina ?hay una mayor profundidad en todo el proceso de democratización de las Fuerzas Armadas". El presidente de la Comisión de Defensa de Cámara de Diputados, Patricio Hales, dijo al diario ?La Segunda": ?No me gusta que desde Argentina se enjuicie la condición política chilena, aunque evidentemente el juicio de la figura de Pinochet ha sido parte de la opinión pública mundial, pero no acepto estos consejeros como de la ministra argentina". "No nos pueden juzgar, menos quienes en materia de derechos humanos tienen una tremenda viga en el ojo para mirarnos la paja en el nuestro,? y agregó, ?tienen 20.000 detenidos desaparecidos y una Ley de Punto Final en la que terminaron haciéndose los lesos". Dijo Hales que si la ministra Garré quiere dar consejos para que se aplique esa ley de punto final en Chile ?mejor que se guarde el consejo". Para Alfonso Vargas, diputado opositor y miembro de la misma comisión, las declaraciones de Garré son ?absolutamente inadecuadas" y añadió que no corresponde que una ministra de otro país opine sobre materias internas de Chile. Vargas agregó que es ?necesario reclamar al Gobierno argentino por las declaraciones de la ministra Garré y que nos den una explicación". A Jorge Tarud, diputado, no le sorprenden las declaraciones de la ministra argentina, pues ?ya lo hizo en cuanto al tema marítimo entre Chile y Bolivia.?"Hay que hacerle ver al Gobierno argentino que ya está bueno que (Garré) se deje de ser opinóloga. Si ella sigue hablando, se podrían dañar las buenas relaciones que deben existir entre ambas naciones", afirmó Tarud. Para el senador Juan Antonio Coloma, las palabras de Garré son "una provocación a Chile, porque entre los países es básico el principio de no intervención". "La forma grosera en que la ministra de defensa se inmiscuye en los asuntos chilenos refleja que hay un afán imperialista por parte de algunos argentinos que sienten que tienen todo el derecho a entrometerse en lo que no les corresponde", dijo Coloma. Nilda Garré no sólo fue cuestionada por la oposición política argentina en el momento de su nombramiento al frente de Defensa -dado que su pasado político tiene estrecha relación con la subversión en los años 70- sino que, puertas adentro, su alcoholismo es vox populi. Es interesante la ironía del caso, ya que la adicción al alcohol ha sido característica común de muchos dictadores militares argentinos, cuyo exponente más célebre es el ex presidente de facto Galtieri. El costo de su alcoholismo debió ser pagado por toda la nación, ya que en ocasión de dirigirse al país por cadena nacional -para referirse a su decisión de tomar las islas Malvinas-, el dictador se encontraba visiblemente ebrio. Se han criticado con dureza las decisiones de la Ministra que contribuyeron a la casi desaparición de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas en la Argentina, con la sola intención de satisfacer los deseos de grupos de autodenominados "derechos humanos". La designación de figuras femeninas en la política no ha traído grandes dividendos a la Argentina, como sí ha ocurrido en Chile con Michelle Bachelet y Soledad Alvear. En nuestro país, la triste figura de Nilda Garré se anota junto a la ex Ministra de Trabajo en la era Duhalde, Graciela Caamaño -férrea defensora de las mafias gremialistas de la Argentina junto a su marido Luis Barrionuevo- y Graciela Fernández Meijide -involucrada en casos graves de malversación de fondos públicos mientras se desempeñaba en la función pública en la época de Fernando de la Rúa-. De todos modos, y retomando el incidente que protagonizó Garré, puede decirse que su más grosero error fue la ignorancia del marco político chileno : en el otro lado de la Cordillera, al menos la mitad de la población continúa sosteniendo la figura del fallecido Pinochet. Por otro lado, la mismísma Concertación -que incluye políticos de extracción política de centroizquierda e incluso familiares de detenidos-desaparecidos- ha continuado y sigue promocionando políticas económicas y sociales que en su momento diseñara el ex dictador chileno.
El Mercurio de Chile y El Ojo Digital Internacionales