POLITICA: BATALLA CAMPAL ENTRE KIRCHNERISTAS Y DUHALDISTAS

Aníbal Fernández, comprometido en pelea de militantes

En la jornada del jueves, tuvo lugar un violento enfrentamiento entre patotas políticas kirchneristas y duhaldistas. Uno de los grupos atacó incluso con armas de fuego, y el saldo es de varios heridos. El Ministro del Interior, Aníbal Fernández, estaría muy comprometido con el incidente, pues es el jefe político del intendente de Quilmes, Sergio Villordo, quien además administra el narcotráfico de la zona.

21 de Julio de 2010
Tal vez una de las realidades más crudas que exhiben las instituciones de la Argentina actual es la impunidad con la que se mueven la mayoría de los funcionarios de los gobiernos de turno. En el caso del Ministro del Interior, Aníbal Fernández, la impunidad que lo caracteriza roza límites inimaginables. Fernández destaca principalmente por su inoperancia en el ministerio que ocupa, y rara vez se ocupa de su principal tarea, que es garantizar mayor seguridad a los ciudadanos argentinos. Este funcionario dedica la mayor parte de su tiempo a disparar frases ocurrentes frente a las cámaras, generalmente para atacar a los rivales políticos de su jefe y titiritero, el Presidente Néstor Kirchner. Pero en esta oportunidad, la gota ha sabido derramar el vaso, pues el Ministro estaría muy involucrado en los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar ayer, entre patotas políticas kirchneristas y duhaldistas. El episodio tuvo lugar en el municipio de Quilmes, y los comienzos de la refriega coincidieron en momentos en que los militantes kirchneristas colocaban afiches que promocionaban a Cristina Kirchner. De acuerdo a testigos, un grupo de choque duhaldista se acercó para detenerlos, sin utilizar el diálogo, precisamente. Se informó de uso de armas blancas, machetes y hasta un arma de fuego. El resultado fue de 3 militantes kirchneristas heridos, uno de ellos de gravedad, pues fue llevado en ambulancia, ya en estado de coma. Mientras tanto, el ministro, tras ser consultado sobre el episodio que enfrentara a los militantes, destacó insólitamente que "esto pertenece al folclore relacionado con la tarea de los militantes". De tal suerte que para el Ministro, la violenta batalla campal, que dicho sea de paso revela el nivel de violencia política que subsiste en el país, es algo que debe ser minimizado. El involucramiento necesario de Aníbal Fernández salta a la vista, para todos aquellos que viven o vivieron en la zona de Quilmes y conocen a la perfección al Ministro, de la época en que era intendente del municipio. Los enfrentamientos violentos entre militantes de bandos en pugna eran alimentados desde su gestión, a la vez que su chofer de aquel momento -Sergio Villordo- tomaba parte en su organización. Villordo es el actual intendente de Quilmes, y jamás efectúa movimiento alguno sin consultar al Ministro del Interior, su jefe político. Las consultas permanentes entre ambos son conocidas por todos los miembros del gabinete oficial, y Villordo ha visitado en reiteradas oportunidades las oficinas del Ministerio del Interior. De otro modo, no se explica como el incidente entre militantes haya tenido lugar sin conocimiento previo del funcionario de Kirchner. En tiempos en que Fernández era intendente de Quilmes, la violencia política era moneda corriente, así como también era notable el auge de los desarmaderos, la delincuencia urbana y el tráfico de drogas local -que de acuerdo a investigaciones de periodistas independientes, monopolizaba Fernández-. Y como no podía ser de otra manera, Fernández recurría permanentemente a los "servicios" que prestaban elementos violentos de la barra brava de Quilmes A.C. El caso de Aníbal Fernández es emblemático, pues es a todas luces un personaje siniestro de la política. Es todo un símbolo del patetismo de la dirigencia nacional, siendo la prueba viviente de la simbiosis inocultable entre la droga y la política, la corrupción y las relaciones de los barras bravas y la dirigencia. De aquí que delitos como el tráfico de estupefacientes, la violencia callejera y en los estadios, y otras figuras, jamás encuentren solución. Nuestros dirigentes necesitan de tales herramientas para consolidar su poder territorial.
El Ojo Digital Política, Seprin.com, y La Nación