INTERNACIONALES: LA CUMBRE DE LAS AMERICAS DE MAR DEL PLATA

La Argentina no puede proteger a George Bush

Al margen de las consideraciones -obviamente políticas- del Canciller Rafael Bielsa, lo concreto es que la Argentina no está en condiciones de proteger a George Bush del terrorismo internacional.

21 de Julio de 2010
El titular del ministerio de Relaciones Exteriores argentino volvió a maquillarse para las cámaras y, como ya es común, utilizó nuevamente su táctica de dar titulares vacíos a los medios argentinos. Es que recientemente señaló que existe una "preocupación sobreactuada" por la presencia del Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, en Mar del Plata durante la realización de la IV Cumbre de las Américas, prevista para los primeros días de noviembre. Bielsa -también candidato a diputado por la Capital para las elecciones de octubre- les pidió "civilización" a los grupos opositores de la llamada "Cumbre de los Pueblos". El encuentro se realizará en forma paralela a la reunión de los presidentes miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) y repudia la visita del mandatario norteamericano. Sus representantes le habían expresado a Bielsa el viernes su preocupación por el operativo de seguridad. Pero está más que claro que, tanto los piqueteros como la extrema izquierda, son aquellos que tienen la menor probabilidad de exhibir actitudes hostiles hacia la comitiva estadounidense. Precisamente, tal aseveración se basa en el hecho de que los grupos extremistas locales son "socios" del Departamento de Estado. Pocos reflexionan sobre la realidad de que las actitudes violentas y de permanente manifestación que los grupos extremistas de izquierda exhiben permanentemente, actúan casi siempre como la justificación ideal para intervenciones norteamericanas en la región. Precisamente, en momentos en que el diálogo belicoso y de confrontación de Hugo Chávez llega a su clímax, es cuando más se desliza la posibilidad de intervención de Estados Unidos. Lo mismo se ha observado en los escenarios boliviano y ecuatoriano, cuando grupos indigenistas y guerrilleros llevan adelante violentas apariciones públicas -que intentan hacer pasar por expresiones legítimas del "pueblo"- que llaman la atención de Washington. ¿Quiénes son entonces aquellos que encienden la mecha e invitan a Washington a intervenir? Analistas han observado inteligentemente, que en las celebraciones del 4 de julio, encumbrados personajes de la centroizquierda argentina y hasta representantes de las alas más radicales, visitan la embajada de los Estados Unidos. Horacio Verbitsky se constituye en uno de los mejores ejemplos. Tanto él como Hebe de Bonafini y secuaces en el discurso agresivo, celebran a viva voz las muertes americanas en distintos atentados y alientan a la revolución. Pero el CELS -comandado por Verbitsky- recibe fondos de parte de la Fundación Ford americana, un verdadero ícono de la CIA y sus fachadas en todo el mundo. La lección es la de siempre : ante cualquier discurso demasiado radicalizado, corresponde la duda más metódica. Todo esto aporta a la hora de dejar muy en claro que las principales amenazas a la seguridad de George Bush no son los grupos recientemente mencionados. La verdadera amenaza parte de grupos radicalizados internacionales, que sin dudas esgrimen poderosas carcajadas cuando se les menciona a la seguridad argentina. Y es que los atentados a los objetivos israelíes en nuestro país lo prueban claramente : la Argentina no tiene mecanismos aceitados de inteligencia ni de seguridad que puedan enfrentar el tamaño desafío de evitar un atentado contra un presidente norteamericano de visita. Los gobiernos democráticos de Alfonsín, Menem, de la Rúa y ahora Kirchner se han encargado metódicamente de destruir a las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la Nación. Esa misma que tiene la tarea no menor de defender los intereses de la Patria y que, como changa adicional cuando no se ocupa de lo más importante, debe preocuparse por cuidar la seguridad de líderes extranjeros de paso. Resulta tamaña ironía que el actual Presidente Kirchner, quien goza descalificando a los militares argentinos en toda oportunidad posible -y hasta los provoca con pobres fines electorales-, ahora dependa de esos mismos militares para que protejan a Bush y que dicho sea de paso, cuiden al país de hacer un papelón mundial si algo le sucede al visitante. De modo que los militares argentinos deberán cuidar al Presidente Bush con gomeras y con ladrillos en la mano, o lo que es igual, con aviones Skyhawk A4, que es decir casi lo mismo. Sin importar que Clarín haya publicado que el modelo Skyhawk de que dispone la Fuerza Aérea Argentina "tiene uno de los sistemas de armas más avanzados del mundo", obviamente bajada de línea desde Cancillería o Presidencia mediante. ¿O acaso nos hemos olvidado de los despidos masivos de la ex SIDE en la época de de Santibáñez? En aquel momento, el economista echó mediante patadas en el trasero a los mejores espías argentinos y dejó a los "políticos". Tamaña estupidez le costó al organismo pagar políticamente los errores sucesivos en las investigaciones por la AMIA y la embajada israelí, por no contar con nadie en el personal que hablara farsí -el idioma favorito de los fundamentalistas que llevan a cabo este tipo de atentados-. Y así se llega al actual escenario de la visita de Bush, cuya seguridad deberá ser atendida por la pobrísima seguridad argentina -sobresaliente en recurso humano pero empobrecida por la dirigencia política a nivel materiales-. Tal realidad no sólo es incuestionable, sino que el mismo Canciller Bielsa lo confirma líneas arriba, cuando dice, en pocas palabras "menos mal que Bush trae su propio sistema de seguridad". Será interesante ver cómo queda el Gobierno del Presidente Kirchner ante sus socios de la izquierda violenta y moderada, si sucede que el mecanismo de seguridad de Bush debe ponerse en práctica y sus marines y paracaidistas deben aterrizar sobre Mar del Plata ante una emergencia y comienzan a arrestar sospechosos, obviamente sin consultar al gobierno argentino porque, sencillamente, "no habrá tiempo".
El Ojo Digital Política