POLITICA: OPINION : MARIA CECILIA PANDO DE MERCADO

Las reacciones adolescentes del Presidente

Aquellos que tratan de comprender la situación política de nuestro país de cara a las elecciones legislativas de octubre, no pueden dejar de considerar algunos aspectos de la psiquis de nuestro presidente. En el diagnóstico de nuestro presente, el carácter y el temperamento del primer mandatario no pueden ser soslayados... porque una buena parte de sus acciones públicas depende de sus emociones más primitivas. Pareciera ser que la adolescencia tardía del titular de la Casa Rosada se constituye en un factor importante que imposibilita a nuestro país arrancar hacia el futuro.

21 de Julio de 2010
Un signo característico de esta etapa de la vida es la inseguridad que se sufre. Entre las fuerzas que se desatan en la vida del adolescente, por un lado desea la plena libertad y autonomía, pero por otro, en su fuero más íntimo se reconoce inmaduro, se sabe sin la preparación suficiente para enfrentar la vida, y el resultado es un sentimiento de inseguridad. Como autodefensa a esta sensación, el joven inmaduro tiende a ser agresivo, cree que con una actitud desafiante, podrá disimular sus carencias. El presidente Kirchner ha demostrado padecer estos síntomas desde el comienzo mismo de su gestión. Para algunos analistas el primer mandatario reacciona agresivamente, porque en su visión estratégica habría definido que su imagen de duro lo favorece ante la opinión pública. Personalmente me inclino a pensar que no hay estrategia de por medio, sino una terrible inseguridad emocional. Y esta inseguridad manifiesta lo ha llevado a hacer del enfrentamiento y la agresividad su programa de gobierno. Su 22 % prestado de Duhalde lo ha llevado y lo lleva permanentemente a buscar y crear el conflicto. Se sabe débil y procura demostrar lo contrario... confundiendo la crueldad y la prepotencia con la serena fortaleza del hombre maduro. De allí su ataque irreverente a todo lo que imagina como oposición. Los medios no adictos, las Fuerzas Armadas, la Iglesia, los capitalistas, la Chiche, López Murphy, Macri, el Fondo, etc... Otro signo característico de la adolescencia intelectual, es su lectura del mundo en blanco y negro. Para aquel que inicia su camino inteligente, los grises no forman parte del escenario. Sus justificadas limitaciones lo llevan a simplificar lo complejo y a buscar explicaciones fáciles a lo que acontece. De tal forma se es presa del extremismo de cualquier signo. De ahí la necesidad de los padres y de los educadores, que les ayuden a descubrir los ricos matices que componen el arco iris de la vida. En su inmadurez intelectual, Kirchner tampoco ha superado esta visión maniquea de la vida, con la complicidad evidente de su señora esposa. Lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo, no le permiten comprender la esencia del juego democrático. Para su visión apocada de la realidad él es el centro del universo, la única salvación posible, el Mesías esperado... y todo lo que no encuadre en su visión simplista, pasa a ser un enemigo de la humanidad. Ya no existe una oposición que piensa diferente, sino una fauna enemiga que debe ser pisoteada y destruida. Los límites constituyen otro de los grandes problemas de los adolescentes. En la afirmación de su identidad le escapan a todo lo que pueda afectar su independencia. De ahí el instintivo rechazo a todas las normas, a todas las leyes, a todas las instituciones. Porque ellas representan imposiciones externas que no condicen con su afán de libertad. El presidente también ha dado muestras de esta conducta típica de rechazo a toda forma de ley. La podemos observar en la actitud asumida con respecto a los fondos de Santa Cruz, en proceso de reaparición, donde ha manejado este dinero como si se tratara de las ganancias propias de sus negocios personales. También en el desprecio al resto de los poderes que caracterizan la esencia republicana: haciendo un uso abusivo de los decretos de necesidad y urgencia, conformando una Corte Suprema de Justicia que responda en forma directa a las necesidades del ejecutivo, propiciando la anulación de leyes por el congreso, aunque esto viole sistemáticamente la Constitución Nacional. Tampoco podemos dejar de lado el uso indiscriminado de la Casa Rosada como Comité Partidario y su título de Presidente como Jefe de campaña de un partido político. En definitiva... haciendo lo que le viene en gana, despreciando sin un dejo de rubor, lo que las leyes, los usos y las sanas costumbres imponen en un régimen político auténticamente democrático. El grito autoritario de Luis XIV, "El Estado Soy Yo", pareciera ser el principio que caracteriza al régimen kirchnerista. Finalmente, no puede obviarse el rechazo a toda formalidad. En su negación a toda norma y atento a afianzar su propia identidad, el adolescente no comprende la necesidad del respeto a las formas... para él lo único importante es el fondo de las cosas. Y nuestro presidente es un especialista en esta modalidad. Su desarreglo personal, el desprecio por el protocolo, sus permanentes llegadas tardes, son muestras evidentes de que la adolescencia formal también es un vicio del primer mandatario. Finalmente, los aspectos negativos de la edad crítica de la adolescencia, caracterizados en este breve escrito, no pretenden demonizar a esta maravillosa edad del crecimiento humano. Como madre de siete hijos, tres de los cuales se encuentran en distintas etapas de esta transición de la niñez a la edad madura, sé muy bien de las luces y bondades que acompañan a este momento de la vida. Pero lo que no puede negarse, es que si hay una virtud de la cual carece por completo el adolescente es precisamente la de la prudencia... que al decir de los clásicos y del sentido común, debiera ser el hábito que caracteriza al hombre de gobierno. Por lo expuesto, queridos compatriotas, no volvamos a equivocarnos el 23 de octubre y elijamos para representantes, a personas que por lo menos hayan superado los traumas de su crecimiento, y que dueños de sí mismos, puedan entregarse sin reservas al logro del bien común.
María Cecilia Pando de Mercado