Los caprichos de Chávez : Migs, tecnología nuclear... y un satélite

Venezuela espera tener en órbita en el año 2008 un satélite propio, con el propósito de garantizar la "soberanía plena" en el ámbito de las telecomunicaciones, dijo el presidente venezolano Hugo Chávez. El mandatario aseguró que el satélite no tendrá uso comercial, sino que será empleado para el "manejo de información estratégica del estado". "Parte del reto de la revolución es romper el modelo de dependencia que nos impusieron los imperios del mundo en los últimos 500 años", dijo Chávez en su programa dominical de radio y televisión, en un estilo claramente propagandístico. Luego destacó, en una frase que seguramente habrá tenido efectos hilarantes en más de un presidente extranjero : "El proyecto satelital es de corte "nacionalista, verdaderamente independiente, para hacer frente a la pobreza". "A partir de la firma del contrato, en 29 meses, estaremos lanzado desde China el satélite", señaló el presidente. El gobierno venezolano entregó en diciembre pasado a las autoridades chinas, durante una visita de Chávez, los requerimientos técnicos para la adquisición de un satélite. China ha prometido a Venezuela ayuda tecnológica y económica para fortalecer la producción agrícola, construir viviendas y para poner en marcha a una empresa estatal de telecomunicaciones, que incluye la venta y colocación en órbita de un satélite, a cambio de petróleo. No obstante, la probabilidad de que Venezuela vea finalmente concretado su proyecto es muy escasa, dado que el denominado "club nuclear", entre los que se encuentra China, siempre pone a estudio de ese grupo de países todo lo relacionado con transferencia de tecnología. Esta es una realidad no declarada entre las potencias, que -con tal de no ver dejar sus negocios en otras regiones del mundo-, sujetan decisiones científicas de tal calibre a negociaciones secretas con el grupo de países más podersos al que pertenecen. Por otra parte, la realidad indica con claridad que Venezuela no ostenta ningún tipo de conocimientos en el área satelital ni mucho menos en el área de cohetería, con lo cual es prácticamente inasequible que el gobierno chino ponga a disposición de los venezolanos el 100% del knowhow tecnológico del proyecto. Los únicos países latinoamericanos que poseen programas avanzados en materia satelital son la Argentina y Brasil, aunque en el caso del primero, el programa está bastante más desarrollado. Brasil, por su parte, ostenta un programa de cohetería espacial más completo que el argentino, aunque es oficial el hecho de que el fatal accidente de la base de Alcántara, retrasó su programa satelital en años. El caso de Venezuela -a pesar de que las intenciones de Chávez de convertir a su país en una "potencia" son por lo demás utópico- es preocupante, dado el esfuerzo que el primer mandatario hace en pos de influir políticamente en América del Sur. Los caprichos del venezolano, relacionados con la compra de aviones de guerra de última generación, la importación de tecnología nuclear, el proyecto de Telesur y otros tantos desvaríos, deben ser bloqueados y/o cuestionados rápidamente por todos los gobiernos latinoamericanos. Luego de la incuestionable responsabilidad que le cupió a Chávez en las crisis institucionales de Bolivia y Ecuador, cualquier agudo observador notará que el régimen chavista representa un claro peligro. En última instancia, queda claro que el provocativo discurso verborrágico del presidente venezolano se encuentra cada vez más cerca de provocar una verdadera respuesta estadounidense en este lado del Globo.