POLITICA: EL GABINETE DEL PRESIDENTE KIRCHNER

Todos los hombres (impresentables) del Presidente

Pocos medios se esfuerzan actualmente por enfatizar el grave daño que las andanzas de los ministros del Gabinete Nacional propinan a la imagen presidencial. Un punto de vista sobre un aspecto específico de la baja calidad institucional de la Argentina.

21 de Julio de 2010
En la maraña de la compra de espacio publicitario oficial, no es de extrañar que los grandes temas de corrupción que involucran a altos funcionarios del Gabinete se hagan a un lado, en beneficio de noticias de deportes, eventos sociales, espectáculos y otros. El discurso oficial que lamentablemente impera en muchos medios de tirada nacional -otrora respetables-, está normalmente relacionado con el ataque a la "década infame" menemista, la represión impartida por los gobiernos militares y hasta la inoperancia del tristemente célebre Fernando de la Rúa. Pero sería interesante destacar que los principales promotores de tales discursos, mayormente "progres", o bien están involucrados en notorios casos de corrupción, o bien "olvidan" que ellos mismos se desempeñaron en las administraciones que critican tan acérrimamente. Ciertos analistas han expresado, y no sin razón, que el actual Gabinete Nacional hace ver a los ex ministros menemistas como auténticos infantes. El Canciller Rafael Bielsa, por principio, hoy día esforzado en salir del cuarto lugar que le otorgan incluso las encuestadoras "oficiales" en Capital Federal mediante palabras vacuas, insólitamente ha "olvidado" que oportunamente se desempeñó en el Gobierno desde 1974 a 1977, en la misma época "oscura" contra la que tanto ha despotricado mediáticamente. Pero asombrosamente, quien desee investigar más acerca de los cargos oficiales desempeñados por Bielsa podrá ver que el actual Canciller incluso ha trabajado no solo en el Proceso, sino que también lo hizo para las administraciones Menem y de la Rúa. Su currículum vitae puede accederse en la dirección web http://www.mrecic.gov.ar/ministerio/canciller/hp.html -copiar y pegar en su navegador-. Por estos momentos, el Canciller se encuentra virtualmente perdido en el laberinto de las elecciones de octubre, que ya lo avizoran perdedor-, y por si eso fuera poco, con el desempeño de su trabajo en Cancillería abiertamente abandonado y sumando groseros errores que no se han visto en los incontables años de existencia del Palacio San Martín. Por su parte, el Ministro del Interior, Aníbal Fernández, otrora bautizado como uno de los "caniches Fernández", se encuentra actualmente haciendo de todo para atacar a la oposición política desde los medios oficiales. De sus tareas en el Ministerio del Interior, poco se sabe : la inseguridad golpea a la ciudadanía argentina con cada vez mayor fuerza y para el Doctor Fernández, tales temas no parecen ser dignos de importancia. Por si esto fuera poco, Revista 23 y otros medios comienzan a hacerse eco de su sospechoso silencio en la causa de los policías federales que fueron encontrados con un cuantioso cargamento de cocaína en su patrullero. Las investigaciones periodísticas coinciden en que el ministro sabe más de lo que se cree en tal ilícito. El informe periodístico de Revista 23 asegura que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el jefe de la Policía Federal, Néstor Vallecas, realizaron una serie de acciones irregulares para proteger a los cuatro policías de esa fuerza que fueron encontrados con 120 kilos de cocaína en la localidad jujeña de Puesto Viejo. Según el informe publicado en la última edición de la revista, el 8 de mayo pasado, en Pueblo Viejo volcó una camioneta. Los ocupantes eran cuatro policías de civil: el subcomisario Daniel Ferreyra; el subinspector Dante Callave; el cabo primero Nazario Aguilera y el cabo Daniel Guzmán, todos integrantes de la Delegación Salta de la Policía Federal. La Policía de Jujuy encontró, junto a los cuatro hombres heridos, 116 paquetes tipo ladrillo con los 120 kilos de droga. El relato periodístico asegura que, tras el hallazgo, llegó al lugar el juez federal jujeño Wenceslao Cardozo, y que en ese momento comenzó “el más vergonzoso intento de encubrimiento oficial”. “Los dos jefes policiales (el jefe de la Delegación Salta de la Federal , Carlos Díaz, y el subjefe, Guillermo Osler, que llegaron al lugar del hecho minutos después que el juez Cardozo) quisieron hacer creer que los policías trasladaban semejante cantidad de droga, sin ningún tipo de custodia especial, por orden del juez de Orán, Raúl Reynoso. Pero, como se comprobó en el expediente, eso era falso”, aseguró el juez de Salta, Abel Cornejo, que estuvo 15 días a cargo de la causa. “Veintitrés” asegura que el propio ministro del Interior se comunicó con los jueces Cornejo, Reynoso y Cardozo para “apretarlos”, en el sentido de que avalaran que los cuatro policías detenidos con droga estaban cumpliendo sólo con un traslado de cocaína que había sido incautada por la Policía Federal en otro operativo. Fernández respondió que llamó a los jueces porque, al estar la Federal bajo la órbita, quería interesarse sobre el hecho. También aseguró que los cuatro policías detenidos no eran narcotraficantes y que estaban cumpliendo con su labor. Pero, según un informe del fiscal de Cámara de Salta, Ricardo Toranzos, el hecho que se produjo fue irregular. “El juez debe investigar sobre la grave posibilidad de que (la Policía Federal) haya pretendido utilizar el estupefaciente para provocar otro procedimiento, con imputados, una jurisdicción que le permita obtener un mayor reconocimiento a los preventores, como ya sucedió en otra oportunidad, lo que pone en serio peligro la seguridad jurídica de todos los habitantes”, dice el escrito judicial que reproduce la revista. El fiscal solicitó también investigar a la “superioridad policial que estaba en conocimiento y avalaba el desplazamiento irregular del tóxico”, en referencia al propio jefe máximo de la Federal , Vallecas. Según el informe, la Justicia ahora investiga a los policías por “transporte ilegítimo de estupefacientes”. Todo lo descripto por la revista fue obviamente negado por Fernández. Por su parte, el Jefe de Gabinete Alberto Fernández, no se queda atrás : reiteradas veces denunciado por la oposición como controlante "oficial" de la publicidad gubernamental, actúa como un verdadero aprendiz de Göebbels al "aleccionar" a aquellos medios que no escriben con la pluma del Presidente Kirchner. Alberto Fernández es también señalado como el arquitecto del sistema de construcción de la imagen permanentemente positiva del Presidente Néstor Kirchner, con contratación directa de consultoras y "apriete" de medios mediante para la publicación de tales encuestas fraguadas. Julio de Vido, actual Ministro de Planificación, corre con la obligación no menos importante de "sumar" fondos para la caja política de la estructura partidaria del Gobierno de Kirchner. Sentenciado como el "cajero" de la actual Administración por Elisa Carrió y miembros de la oposición, de Vido y sus segundos actúan de enlace del Gobierno con las empresas privatizadas nacionales y extranjeras. Su cartera actúa fijando los "porcentajes" que las empresas deben aportar para las campañas políticas oficiales y pone de relieve que tales empresas deben asociarse con "amigos" del Gobierno actual, si quieren participar de los negocios en las áreas que se le asignan. Su excesivo celo en la recaudación para la caja política ha nublado su visión de tal forma, que en los dos años transcurridos desde su asunción en el Gobierno, nada ha hecho para planificar solución alguna para el ya inexorable problema energético que trajo cortes de luz y gas no sólo a empresas, sino a usuarios residenciales de Capital Federal. Ricardo Jaime, hombre de perfil bajo y actual Subsecretario de Transportes, tiene más de 20 causas en el fuero judicial y es a quien apuntan todas las miradas cuando se habla del tráfico de drogas en Southern Winds y la complicidad del Gobierno en la cuestión. Un affaire que haría palidecer al miembro más comprometido en el denominado Yoma Gate. Que la constitución actual del Gabinete Nacional se refleja con toda crudeza en el oscuro panorama argentino de inflación creciente, inseguridad, desempleo, desinversión y malas relaciones del país con el extranjero, parece estar fuera de toda duda.
El Ojo Digital Política