INTERNACIONALES: LA CRISIS ENERGETICA ARGENTINA ASUME MAYORES RIESGOS

Nueva ley boliviana de hidrocarburos restará gas a la Argentina

Por si las malas noticias en el rubro energético fueran escasas, ahora trascendió que se producirá una notable reducción en las disponibilidades gasíferas de la Argentina -que provienen del país del norte-, debido a la nueva legislación boliviana en relación a exportación de hidrocarburos. La probable disminución de envíos se estima en el orden de los 4 millones de metros cúbicos.

21 de Julio de 2010
La nueva ley de hidrocarburos que fue aprobada en Bolivia generará un doble impacto sobre las exportaciones de gas que se destinan a la Argentina. En primer lugar, podría verse seriamente afectado el actual suministro diario de 4 millones de metros cúbicos si las petroleras privadas que explotan los yacimientos del Altiplano deciden abandonar sus operaciones en rechazo al aumento de la carga fiscal que establece la nueva legislación. Y en segundo lugar, las nuevas reglas de juego y el incremento de las regalías implicarían un golpe letal para el megaproyecto del Gasoducto del Nordeste, con el cual el Gobierno de Néstor Kirchner esperaba atender el crecimiento de la demanda de los próximos años con la importación de 20 millones de metros cúbicos/día. Bolivia posee en la actualidad la segunda reserva de gas más importante de América Latina. Con 52,1 trillones de pies cúbicos/ día (TPC) secunda a Venezuela que encabeza el ranking con 147 trillones de pies cúbicos. Argentina, que viene consumiendo sus reservas desde el 2001, cuenta con sólo 23,5 TPC, equivalentes a algo más de 12 años de consumo. Entre 1973 y 1998, la importación de gas de Bolivia alcanzó a casi 5 millones de metros cúbicos diarios. Tras seis años sin operaciones, la crisis energética del 2004 llevó a retomar las compras de gas boliviano. La provisión de urgencia inicial se ubicó en 4 millones de metros cúbicos diarios y a fines del año pasado se acordó elevar el suministro diario hasta 6,5 millones de metros cúbicos una vez que finalice la ampliación de la red de TGN. Para cubrir el aumento del consumo previsto hasta el 2010, las autoridades locales lanzaron a fines del 2003 el proyecto del Gasoducto del Nordeste. Con una inversión estimada en US$ 1.300 millones, el nuevo gasoducto troncal iba a traer desde Bolivia unos 20 millones de metros diarios. El inicio de las obras _que iba a financiar el Estado y las empresas Techint y Repsol_ se demoró más de la cuenta y ahora la nueva ley de hidrocarburos de Bolivia plantea un escollo económico casi insalvable para la realización del proyecto. El esquema alternativo de provisión de gas consiste en reemplazar los pozos del norte por los yacimientos de la región patagónica y de la plataforma marítima. La puesta en marcha de la nueva estrategia se concretará justamente hoy con el anuncio de un paquete de medidas e incentivos fiscales que apuntan a promover las inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos tanto en las áreas territoriales, como en las cuencas off shore. La nueva ley del gas, que podría derivar en ganancias inéditas y de la que depende en gran parte el alivio del rojo fiscal que ahoga a los bolivianos, fue promulgada por el Congreso, luego de un prolijo lavado de manos por parte de un presidente ocupado en aferrarse a la cornisa del poder. Con los bolivianos sacudidos por una discusión de 10 meses, aún no queda claro quiénes están conformes con la ley cuando el presidente Mesa la objeta y las empresas trinan, pero también lo hace la izquierda de Evo Morales. Las petroleras, grandes beneficiarias de las ventajas que rigieron desde 1996, evalúan la conveniencia de llevar su insatisfacción a un arbitraje internacional.
Corrientes Noticias y El Ojo Digital