Argentinos deportados desde España acuden a los medios

Aldana Ferrario, la joven cordobesa, de 19 años, quien junto a otros cuatro ciudadanos argentinos, no pudieron ingresar a España por “falta de dinero suficiente” o “una carta de invitación”, retornó el sábado al país. “Ella iba de visita a la casa de mi otra hija. Nada más que eso”, señaló a la radio cordobesa la madre de la joven, Isabel Ferrario, quien también relató que Aldana “llevó sus libros” porque tenía “que volver para rendir” en el colegio. “Aparte (de) dinero, mucho no puede llevar, porque no le íbamos a dar tampoco. Mi hija de allá- quien tiene residencia legal- le dijo que no lleve nada. De todas maneras yo le podría estar mandando; pero en realidad no lo necesitaba”, mencionó la progenitora. Asimismo Aldana, en declaraciones al diario Clarin, dijo que estuvieron "esperando durante horas en Barcelona" y que "no" les "dieron de comer y tampoco agua". Y agregó a ese medio: "Me decían que fuera al baño y después, riéndose, me explicaban que no sabían si el agua era potable. Estuvimos siempre con la misma ropa". Los rechazados son "dos hombres y tres mujeres", quienes "se convirtieron ayer en las primeras cinco víctimas que el rigor de la policía española se cobra tras el reciente blanqueo de inmigrantes irregulares". A este respecto, llama la atención el pobre nivel de información demostrado por los familiares de los damnificados en España, que comentaron a sus amigos argentinos que "no hacía falta nada" para viajar a aquel país, en momentos en que el gobierno español se enfrenta a variados problemas administrativos a la hora de lidiar con la situación de los "sin papeles". Cabe destacar la irresponsabilidad de los viajeros, que tampoco se informaron debidamente a la situación actual en el país europeo -que trata con mayor dureza a la inmigración ilegal-, así como no consideraron llevar el dinero suficiente para permitírseles entrar. Sin invitación escrita de sus parientes y sin los euros suficientes para enfrentar una estadía, las autoridades migratorias de España no tienen otro camino que sospechar de las intenciones de los recién llegados. Los medios de comunicación argentinos trataron la cuestión considerando a los turistas como "víctimas", sin analizar debidamente la pobre planificación que hicieron de su viaje, y dejando pasar la ignorancia de los deportados como un hecho menor.