INTERNACIONALES: EL EPISODIO DEL

Chilenos que intentaron espiar consulado argentino son condenados a dos meses de prisión solamente

Dos años después del episodio en que "espías" chilenos intentaron obtener documentos del consulado argentino de Punta Arenas, un tribunal militar condenó a los culpables a dos meses de prisión. Lo llamativo fue el escaso profesionalismo demostrado por los "espías", que salieron literalmente cuando fueron sorprendidos in-fraganti por el cónsul argentino.

21 de Julio de 2010
Cuatro militares chilenos, entre ellos uno en servicio activo, fueron condenados en primera instancia a dos meses de cárcel por haber robado material confidencial del Consulado argentino de la ciudad de Punta Arenas. El hecho había ocurrido en noviembre del 2003, cuando el cónsul adjunto, José Andrés Basbus, llegó a la sede para abrir las oficinas un domingo y sorprendió a dos hombres que habían fotocopiado todos los cables internos confidenciales y secretos. En su huida dejaron dos camperas, una cámara filmadora, una cédula de identidad y un permiso para portar armas. Según la prensa chilena, uno de los condenados es el Coronel de Ejército Víctor Hugo Poza, quien fue dado de baja de su cargo como jefe del Departamento de Inteligencia del Ejército en la Región Militar Austral. Los otros afectados son el Mayor Rodrigo Acuña, el suboficial Luis Robles y el cabo de la Fuerza Aérea, Luis Espinoza. Los dos primeros fueron sentenciados a 61 días de cárcel y los otros dos a 60 días. Acuña y Robles fueron dados de baja a mediados de 2004 mientras que Espinoza es el único en servicio activo. Sin embargo, ninguno irá a prisión ya que se trata de una pena de «prisión remitida» que, por su corta duración, es excarcelable. El peor castigo para estos militares es que a raíz del caso vieron truncada su carrera. La sentencia fue notificada por el juez del Quinto Juzgado Militar bajo el cargo de «incumplimiento de deberes militares» y el abogado de uno de los afectados anunció que apelará la misma. Ladislao Ureta, abogado defensor de Poza, informó que apelará de la sentencia de primera instancia y calificó lo ocurrido el año 2003 como «una operación especial de contrainteligencia». «Los condenados actuaron cumpliendo los deberes propios de su oficio», dijo Ureta al diario chileno El Mercurio. Sin embargo, el Gobierno chileno había reconocido el 10 de noviembre de ese año lo sucedido, pero negó en esa ocasión que los militares estuvieran actuando bajo órdenes de sus superiores. En la Argentina, el episodio fue observado con hilaridad, dada la pobre preparación de la inteligencia chilena y por el hecho de que fueran sorprendidos y hasta "corridos" por el cónsul argentino. Todo esto sin olvidar que los espías dejaron cédulas de identidad y documentación en el interior del consulado. Los medios chilenos intentaron cubrir la ineptitud de los militares, aduciendo que lo sucedido en realidad consistió en una operación de contrainteligencia llevada adelante por los propios argentinos, con la intención de descubrir una red de espionaje sobre las actividades argentinas en el sur de Chile, previamente conocida.
El Ojo Digital Internacionales