INTERNACIONALES: LENTA REACCION DEL CANCILLER BIELSA Y EL GOBIERNO

La Cancillería reacciona tardíamente ante la inclusión de las Islas Malvinas en la Constitución Europea

El "enojo" de la Cancillería con las naciones europeas, por la inclusión de las Malvinas en la flamante constitución de la unión de países, es un hecho anecdótico que oculta la inoperancia de las políticas de orden internacional de la Argentina. Nuevamente, el gobierno va detrás de los acontecimientos.

21 de Julio de 2010
El canciller Rafael Bielsa ratificó que la inclusión de las islas Malvinas en la Constitución Europea causó "enojo y malestar" al Gobierno argentino, pero le restó dramatismo al hecho y señaló que se están realizando los reclamos correspondientes ante los países miembros de la Comunidad y los organismos internacionales. Reclamos que difícilmente tengan algún efecto, pues es un hecho que se da por descontado que la Argentina tiene poca o ninguna relevancia en el plano internacional en estos tiempos. "Estamos molestos, nos produce rechazo, pero no es un episodio nuevo y tendremos que lidiar con él durante muchos años", estimó Bielsa. "Dos o tres veces por año tenemos alguna trifulca de esta naturaleza, y la vamos atener 4, 40 o 400 años más, hasta que las Malvinas vuelvan a ser argentinas", agregó. En tanto, desde el Foreign Office de Gran Bretaña sólo trascendió que la posición respecto de las Islas Malvinas "no ha cambiado", luego del planteo realizado por el gobierno argentino. El canciller Bielsa explicó que el reclamo contra la inclusión de las islas en la Constitución Europea se realiza en por tres vías: ante la Unión Europea; ante los 25 estados miembros y en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas, que se reunirá el próximo 16 de junio, donde estará presente. Bielsa, en tanto, al salir a responder al especialista Alberto González Arzac y específicamente al senador Eduardo Menem, quien acusó a la Cancillería de no haber reaccionado a tiempo, señaló que le "satisface enormemente" que se preocupen y hagan este tipo de llamado de atención, "porque es un tema principal en nuestra agenda". Otra crítica señalaba que de haberse conocido este hecho con anterioridad, los españoles no habrían votado la inclusión de Malvinas en la Constitución Europea. Pero Bielsa recordó que "desde hace dos décadas este tema se discute anualmente en el organismo multilateral por antonomasia, Naciones Unidas, y desde hace dos décadas está exhortando a ambos países (por Argentina y Gran Bretaña) a que se sienten y arreglen bilateralmente las diferencias". Pero el canciller argentino hace gala, no sólo de inoperancia sino de desconocimiento absoluto de las formas actuales de relación entre países. cuando pretende que España actúe teniendo en cuenta su relación histórica con la Argentina. España ha debido esforzarse notablemente para ingresar en la Comunidad Europea, y al hacerlo, no sólo aceptó todo tipo de presiones políticas desde países como Alemania e Inglaterra, especialmente para que cesaran sus reclamos sobre Gibraltar. Es casi ingenuo pretender que los españoles abandonen su relación con Europa para favorecer a la Argentina en una cuestión que los europeos consideran menor, como es el asunto de las Malvinas. Como corolario, es cada vez más inocultable la poca experiencia y el pobrísimo nivel de la diplomacia argentina, que no solamente llega tarde a los sucesos de mayor relevancia en el mundo, sino que cada día suma puntos en cuestiones relativas a la pérdida de influencia argentina en Latinoamérica, a manos de los brasileños. Por el contrario, Itamaraty ha logrado en este tiempo, desplazar a la Argentina del comando de las Naciones Unidas en Haití, imponer su figura como el único país representativo de la política latinoamericana en el Globo, participar activamente en la contención del peligroso Hugo Chávez, y hasta tomar un protagonismo vital en la cuestión ecuatoriana. Hoy por hoy, los expertos en relaciones internacionales se preguntan si acaso el gobierno no debiera remover a todos los diplomáticos que no sean de carrera, en vez de utilizar a las embajadas como "premios políticos". Otra cuestión que la ciudadanía vería con buenos ojos, es un recorte violento en los recursos monetarios y financieros de que disponen los diplomáticos y el personal del servicio exterior. Hoy es cada día más claro, que lo único que han sabido hacer es desperdiciar los dineros aportados por los contribuyentes.
El Ojo Digital Internacionales