SOCIEDAD: JUEZ SERA SOMETIDO A JUICIO POLITICO POR "PEREZA"

La realidad de la Justicia en la Argentina

El juez de Ejecución Penal Néstor Narizzano, enfrenta a partir de hoy un juicio político tras ser acusado por “ociosidad y pereza”. Según se denuncia trabajaba en el juzgado sólo dos horas por día y no cumplía con sus obligaciones. Difícil de creer que se trate de un caso aislado.

21 de Julio de 2010
El suspendido juez de Ejecución Penal Néstor Narizzano será sometido a juicio político a partir de mañana, bajo acusaciones inéditas como "ociosidad y pereza", ya que trabajaba en su juzgado sólo dos horas por día y no cumplía con sus obligaciones. El proceso comenzará a las 8 a cargo del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, que debatirá en el Palacio de Justicia bajo la presidencia del ministro de la Corte, Augusto Belluscio. Narizzano fue denunciado por un ex secretario, Javier De la Fuente, debido a que faltaba reiteradamente al trabajo porque concurría a estudiar a la Facultad de Psicología, no visitaba los penales y había designado a familiares en el juzgado. Como juez de Ejecución Penal, el magistrado debía visitar las cárceles, otorgar salidas transitorias y laborales y conceder excarcelaciones a detenidos, entre otras tareas. Sin embargo, los testimonios de los empleados del juzgado fueron lapidarios para con su superior, a quien acusaron de asistir a su despacho "no más de dos horas por día", informa un cable de la agencia Telam. Cuando el plenario del Consejo de la Magistratura resolvió suspenderlo en el cargo el 30 de noviembre pasado, entendió que el juez "obstaculizó, en su ociosidad, el correcto desempeño del tribunal a su cargo, circunstancia que se exteriorizara en una limitación de sus labores, cuyo único basamento responde a la pereza con que se condujera". A pesar de ser una actividad muy bien remunerada -pocos jueces perciben menos de $10 mil mensuales-, muchos jueces se quedan sin excusas a la hora de enfrentar las críticas de la sociedad, a la que normalmente no protegen. El mencionado es un ejemplo más de cómo el descreimiento ciudadano no sólo no disminuye, sino que continúa creciendo a la hora de considerar no sólo a políticos, sino también a gran parte de los funcionarios que se encargan de administrar justicia en el país.
El Ojo Digital Sociedad