INTERNACIONALES: CLAUDIA PEREZ FORNIÉS

Ocho claves para fomentar la industria de la Defensa en España

Apuntes de la autora, quien hoy se desempeña como Directora de la Cátedra Paz, Seguridad y Defensa, en la Universidad de Zaragoza.

25 de Noviembre de 2020

 

El pasado 16 de octubre, tuve el placer de presentar en el Congreso de los Diputados el informe encargado por Infodefensa que lleva por título 'Ocho claves para fomentar la industria de defensa en España'. Quiero poner en valor la importancia de llevar a este foro un papel de carácter académico. Soy una fuerte defensora de una sociedad permeable, las instituciones no pueden vivir ni desarrollarse en compartimentos estancos, todos debemos sacar lo mejor de nosotros mismos con el objetivo último de servir a los ciudadanos.
 
Claudia Pérez Forniés, España, DefensaMe gustaría en unas pocas líneas realizar una fotografía de la industria de defensa en España que permita exponer algunas reflexiones y contextualizarla en el momento actual. Y la primera pregunta sería, ¿existen criterios objetivos para fomentar la industria de defensa en España? La respuesta es, rotundamente, SI.
 
Hace pocas semanas, el Fondo Monetario Internacional revisaba las estimaciones de crecimiento de los países desarrollados y de todos ellos, España resulta el peor parado. El Producto Interior Bruto caerá en 2020 un 12.8%, creciendo en el año 2021 en torno a un 7%. Esto significa que en el año 2022, resultará un PIB que será un 6% más pequeño que el Producto Interior Bruto del año 2019 antes de la pandemia.
 
Vivimos una crisis sanitaria, económica y social, y en estas situaciones los economistas sabemos que siempre llegan los recortes. Si repasamos las series históricas de los presupuestos del Estado español, una de las partidas que soportan tradicionalmente los decrementos en la cuantía presupuestada es la defensa.
 
Me gustaría introducir la siguiente reflexión. Sabemos que la industria es un sector clave para la generación de crecimiento económico y empleo. Y también somos conocedores del proceso de desindustrialización que ha sufrido Europa en la últimas dos décadas. Por eso, la Estrategia Europea 2020 recogía el objetivo de frenar la desindustrialización. Pero, ¿qué industrias son las que generan una mayor eficiencia económica? Sin lugar a dudas, las industrias de alto contenido tecnológico. Por lo tanto, serán éstas las que deberíamos fomentar.
 
En esta línea, la industria de defensa es una industria transversal, el 80% del total de su facturación pertenece a empresas de alto contenido tecnológico, el tamaño de estas empresas es afortunadamente bien diferente al de la empresa española, presentando un mayor tamaño. Además, son eminentemente exportadoras ya que el 81.3% de las ventas se dirigen al exterior gracias a la participación en los consorcios internacionales nos hemos convertido en exportadores. Para un país con una balanza de pagos comercial tradicionalmente negativa, que la industria de defensa muestre unos datos tan positivos, ya que exporta mucho más que importa, supone una gran fortaleza del sistema económico español, un pequeño oasis en medio del desierto.
 
Por lo tanto, retomando la pregunta, ¿se debe fomentar la industria de defensa? La respuesta es SI. Porque es un sector tecnológicamente avanzado, eminentemente exportador, generador de una alta productividad del trabajo y de un retorno social relevante.
 
En este sentido, el documento que presentamos el pasado día 16 de octubre, presenta ocho medidas para fomentar la industria que en ningún caso son independientes, Si falla una medida es complicado implementar el resto. Algunas sobrarán y otras faltarán pero seguramente afectan transversamente a todas las demás.
 
El objetivo de la política económica debería fundamentarse en conseguir aumentar el sector de la industria de defensa, promover el aumento del tamaño de la empresa, flexibilizando el marco institucional regulatorio, incentivando la internacionalización y las alianzas estratégicas entre empresas para participar en los consorcios internacionales, en el marco de la Unión Europea o de otras instituciones.
 
La industria de defensa debe ser el catalizador del proceso de innovación siempre sobre el recurso fundamental del capital humano y de esta forma culminar los procesos de internacionalización. Estas medidas dependerán de las decisiones que se acometan en materia presupuestaria y financiera. Creo que el esfuerzo que se ha llevado a cabo en los últimos veinticinco años en materia de defensa no se puede tirar por la borda.

Sin embargo, a ninguno se nos escapa la complejidad del momento actual, de forma que sólo espero que el sector de la defensa no sea el gran sacrificado, sino que seamos capaces de exprimir sus fortalezas y, así, contribuir a superar la crisis económica actual.


Para acceder al informe completo, click aquí