La reputación y el respeto se ganan a partir de la acción, no de los discursos

En oportunidad de desarrollarse la edición 2017 del Foro de Seguridad de Aspen, una de las más prominentes conferencias desarrolladas anualmente en los Estados Unidos, un panel conversó sobre las implicancias que hacen a las políticas de la Administración Trump para Oriente Medio.

Dado que el panel se compuso mayormente por ex funcionarios de la Administración Obama, como uno imaginaría, el grupo se mostró particularmente crítico sobre las políticas de la actual Administración, la cual por entonces contaba solo siete meses.

Provisto que las reglas para expresarse en la conferencia prometían anonimato, quien esto escribe no puede publicar nombres.

Cierto panelista, ex funcionario de carrera en el Departamento de Estado, criticó a la actual relación de los Estados Unidos con Irán, afirmando cuánto mejor era aquélla bajo el anterior gobierno.

A efectos de presentar evidencias, el mencionado citó al incidente de enero de 2016, en el que dos pequeños navíos de la Armada de los Estados Unidos curzaron inadvertidamente hacia aguas iraníes, para terminar siendo apresados por la armada de la Guardia Islámica Revolucionaria (misma organización que fuera liderada por el General iraní Qasser Soleimani, hasta que pereciera éste tras un ataque con aeronaves no tripuladas en Bagdad).

En aquel episodio, los iraníes obligaron a los marineros estadounidenses a arrodillarse con sus manos detrás de sus cabezas, tal como si estuvieran siendo capturados. Las cámaras de la televisión estatal iraní documentaron el evento y a los prisioneros.

El panelista se despachó en elogios para el entonces Secretario de Estado John Kerry, dado que, a partir de la íntima relación que aquél consolidó al llevarse a cabo las negociaciones para el acuerdo nuclear con Irán, Kerry llamó rápidamente al Canciller iraní Mohammed Javad Zarif, tras lo cual pudo procederse de inmediato con la liberación de los marineros.

Mientras tanto, los marineros languidecieron en cautividad, por más de quince horas.

El panelista del Foro en Aspen declaró que ese incidente, y el modo en que se desarrolló, era un modelo de diplomacia efectiva a través del establecimiento de una relación cercana.

Más tarde, en momento de tener lugar las preguntas y respuestas, un distinguido caballero se puso de pie y le fue otorgado el micrófono. Se identificó como embajador en una nación del Golfo Pérsico.

Al referirse a la captura de marineros estadounidenses por parte de Irán, dijo (y recurro a mi memoria):

Aquí, en los Estados Unidos, Usted podría evaluar este incidente naval como un episodio que se resolvió rápidamente. Pero, en mi región del globo, fue interpretada en modos completamente diferentes. Asistimos a una potencia mundial humillada en el concierto internacional por Irán; vimos a sus marineros permanecer en prisión durante horas; mientras Usted solo conversaba. Usted no puede imaginar el impacto negativo que esto tuvo en la concepción relativa a su país, en la citada región.

Recuerdo que el diplomático concluyó, afirmando: 'No podría yo creer que, si algo como eso ocurriese hoy, el presidente Trump replicara de la misma manera'.

Podía oírse la caída de un alfiler y golpear contra el piso del salón.

Ahora, a partir del asesinato de Soleimani -sobre quien se sabe planificaba ataques de distintos formatos contra los intereses estadounidenses-, tenemos la respuesta.

Pues, no. La presente Administración americana no tolerará agresiones de parte de Irán, ni al terrorismo. Al ser atacados o desafiados, los Estados Unidos responderán apropiadamente. Estados Unidos, al defender a sus intereses y a sus ciudadanos, ha demostrado que está preparado para actuar, haciéndolo decisivamente. Es un mensaje que no pasará desapercibido.

La disuasión debe ser acompañada de la capacidad para actuar, y por la voluntad de hacerlo. Estados Unidos cuenta con el poder militar más importante del mundo. Pero los militares logran disuadir ante la agresión si acaso otras naciones y organizaciones comprenden que nuestros líderes tienen la fortaleza para recurrir a ellos.

A partir de las acciones tomadas por el presidente estadounidense hace pocas semanas, Estados Unidos ha demostrado que tiene la voluntad de actuar. Al hacerlo, la Administración Trump ha reducido, objetivamente, la probabilidad de que las fuerzas armadas estadounidenses deban ser destinadas a acciones bélicas. 

Y se trata de una lección sobre la cual se deberá tomar debida nota.

Artículo original, en inglés, en éste link