INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

El juego de los espías no es lo que solía ser

El gobierno de Teherán anunció, días atrás, el arresto de diecisiete ciudadanos iraníes, capturados...

07 de Agosto de 2019


El gobierno de Teherán anunció, días atrás, el arresto de diecisiete ciudadanos iraníes, capturados bajo acusaciones de espiar para la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA). Algunas de las personas arrestadas ya han sido sentenciadas a muerte. Se trata de la tercer maniobra importante de detección de agentes de la CIA en Irán de las que he tomado conocimiento; siendo que la primera de ellas tuvo lugar en 1991, involucrando entonces a veinte agentes estadounidenses. El segundo episodio, que sucedió durante 2011, condujo al arresto de treinta espías. Según se informó en su oportunidad, la primera serie de arrestos tuvo éxito a la hora de eliminar por completo las redes de agentes de los Estados Unidos que operaban inicialmente en el seno de Irán, y se presume que los arrestos conocidos hace poco observarán idéntico impacto.

CIA, águila, Philip GiraldiLos iraníes presentaron una atendible cantidad de evidencia, incluyendo fotograías y tarjetas personales de negocios de funcionarios del gobierno estadounidense, a efectos de respaldar sus afirmaciones en relación al espionaje americano. Sin embargo, el presidente estadounidense Donald Trump descartó los informes iraníes, catalogándolos de 'completamente falsos', y afirmando que se trataba de 'más mentiras y más propaganda', mientras que el Secretario de Estado Mike Pompeo compartió:


'Yo tomaría con pinzas cualquier afirmación iraní en relación a las medidas que han tomado'.

El comunicado de prensa oficial iraní sobre los arrestos, en conjunto con un breve compendio informativo ofrecido por un funcionario de inteligencia, dio lugar a que la cobertura en los medios de comunicación aportara algunos detalles extra. Según se informó, las diecisiete personas arrestadas tuvieron 'entrenamiento sofisticado', mientras que aquellos que tenían misiones de sabotaje no tuvieron éxito. Otros objetivos incluían 'la recolección de información en las instalaciones para las que trabajaban, el llevar adelante actividades técnicas y de inteligencia, y el transferir e instalar dispositivos para monitoreo'.


Según se dijo, algunos de los agentes habían sido reclutados luego de caer presas de lo que se conoce como la 'trampa del visado', diseñada por la CIA para ciudadanos iraníes que pretendían viajar hacia los Estados Unidos. Durante mucho tiempo, éste ha sido el método predilecto para el reclutamiento de agentes iraníes. El funcionario de inteligencia entregaría un CD con una grabación en video de un supuesto oficial de casos de la CIA hablando con un objetivo iraní, quien -presuntamente- era grabado en secreto. El video exhibe una mujer de cabello rubio que habla persa, con acento estadounidense. Asimismo, el disco también incluiría las identidades de varias personas que se desempeñan en el personal diplomático americano en las embajadas de Dubai, India, Zimbabue y Austria, sobre cuya mujer Irán afirma se hallaba involucrada en el reclutamiento y entrenamiento de los espías iraníes.

¿Cómo tuvo lugar, pues, el proceso de reclutamiento, siendo que no existe sede diplomática estadounidense en Irán, y siendo que muy pocos ciudadanos de los EE.UU. residen en ese país? Varios de los iraníes quedaron en la mira cuando pusieron un pie adentro de la embajada estadounidense sita en algún país que tuvieran libertad para visitar, lo cual incluye a Turquía y a Dubai. Tal lo sentenciara un oficial de inteligencia iraní:

'Algunos de ellos recibieron un contacto cuando se hallaban aplicando para un visado, mientras que otros ya contaban con visados desde antes, y fueron presionados por la CIA a efectos de que los renovaran'.

Otros fueron contactados y reclutados como espías mientras asistían a conferencias científicas alrededor del mundo. Los reclutados recibieron promesas de dinero, una eventual radicación fuera de Irán, y un empleo o asistencia médica estadounidenses. A criterio de mantener contacto periódico con sus agentes en el seno de Irán, la CIA -según se dijo- ocultaría material de espionaje e instrucciones en envases que lucirían como rocas, las cuales serían plantadas en plazas de distintas ciudades o en áreas rurales. Los agentes iraníes, a partir de allí, recogerían el material, que perfectamente podría haber incluído documentación falsa para identificarse. En el mientras tanto, debería apuntarse que las rocas falsas continúan siendo una herramienta estándar en la práctica del espionaje. Son huecas, para que puedan ocultar equipo y sistemas de comunicaciones. Luego de ello, se las deposita en su sitio; se emite una señal para alertar al agente de que hay algo listo para ser recogido. En el negocio del espionaje, al material por recolectarse se le denomina 'piezas muertas' (N. del T.: en inglés del original, 'dead drops').

¿Por qué los Estados Unidos de América continúan espiando a Irán con semejante ferocidad? Los mulás se convirtieron en un objetivo primordial de inteligencia para Washington desde la crisis de los rehenes en la embajada (1979), en la que cincuenta y dos diplomáticos y agentes de inteligencia americanos fueron retenidos durante 444 días. La CIA puso en marcha una operación de inteligencia de magnitud que, regenteada desde Europa, recopiló un significativo volumen de información sobre el gobierno iraní, particularmente sobre sus capacidades técnicas, incluyendo el supuesto programa que tenía por meta desarrollar armas nucleares. En 2015, la CIA (ya bajo el mandato del entonces presidente Barack Obama, y con la CIA bajo las órdenes del Director John Brennan) ampliaron los esfuerzos de recolección de datos contra Irán, como parte del proceso de verificación del Plan Abarcativo de Acción Conjunta (JCPOA, luego bautizado como acuerdo nuclear con Irán). Más recientemente, Mike Pompeo, cuando se desempeñó como Director de la CIA, incrementó los esfuerzos contra Irán cuando la Administración Trump se retiró del acuerdo, bajo la creencia de que Irán es un paria internacional y una amenaza contra los intereses de los Estados Unidos y sus aliados. En rigor, y como es lógico, no existe interés vital creíble ni real de parte de EE.UU. frente a Irán, aunque Trump ha actuado en representación de Israel y Arabia Saudita, dos países que son hostiles contra Irán porque consideran a éste último como un rival en la región.


Pero el ejecutar operaciones de inteligencia en una nación que carece de embajada estadounidense ha probado ser difícil, cuando se trata de que la sede sirva como base para espías. Muchos espías han sido capturados ya -de acuerdo a una estimación de Teherán, se logró retener a 290 agentes en los últimos años. Con mayor periodicidad, la exposición de los espías ha tenido relación con errores humanos o con problemas técnicos en las comunicaciones. La República Islámica de Irán se ha beneficiado con la promoción de tales arrestos, mientras que durante mucho tiempo ha hecho alarde de su capacidad para poner redes de espías estadounidenses en su territorio al descubierto. Tal como lo informara el matutino The New York Times, Irán ha puesto al aire, hace poco, un documental que ilustra el esmero en exponer a los agentes de la CIA que allí trabajan, y en deshacerse de ellos.

Una serie iraní de ficción (que por estas horas es en extremo popular) y que lleva el título de 'Gando' ha incluído en su narrativa a la recurrente lucha contra los espías estadounidenses presentes allí, sembrando el tema en la cultura popular nacional. La serie presenta a valientes oficiales de inteligencia iraníes en plena persecución contra un espía americano que utiliza una cobertura periodística.

De acuerdo a una investigación de Yahoo News, hacia 2009, en Irán imperaba la furia luego de conocerse informes que evidenciaban que la CIA probablemente había logrado infiltrar al programa nuclear local; acto seguido, los agentes de la contrainteligencia iraní salieron presurosos a cazar topos. Hacia 2011, funcionarios iraníes habían descubierto y arrestado ya a una red de treinta fuentes de la CIA, subcapítulo luego confirmado por los propios funcionarios de Washington. Algunos de los acusados de ser informantes fueron ejecutados. El gobierno iraní estuvo en capacidad para rastrear a tales espías, en virtud de fallos relacionados con los sistemas y técnicas que los agentes de la CIA empleaban para comunicarse con los infiltrados en Irán. Lo cierto es que, una vez que se detecta un fallo en las comunicaciones, es posible explotarla, de tal suerte que uno solo tiene que sentarse y ver cómo cada integrante de una red va revelando, alegremente, su identidad.

Uno podría observar que la recurrente política estadounidense de 'máxima presión' dirigida contra Teherán, mucho tiene de anacrónica. Existe consenso entre los observadores al respecto de que Irán no cuenta con un programa de armas nucleares, y que es ciertamente improbable que pueda comenzar a desarrollar uno. Las saciones interpuestas contra este país -de manera unilateral, por parte de EE.UU.- no pueden generar un levantamiento popular en territorio iraní que derribe al régimen, aunque sí se ha logrado herir de gravedad a la economía, y los ciudadanos en Irán están hoy sufriendo. Las fuerzas militares de la República Islámica no cuentan hoy con la capacidad para levantarse contra las naciones vecinas, mucho menos contra las fuerzas estadounidenses,  en tanto que la capacidad de los iraníes para involucrarse en los asuntos de sus vecinos es en extremo limitada.


De tal suerte que es perfectamente probable que Irán haya terminado ya con el grueso de los espías estadounidenses que operaban en su territorio, aunque ello terminará en una tragedia para los hombres y mujeres involucrados. Numerosos críticos de la Agencia han argumentado que la CIA se ha olvidado de cómo espiar en una era de aeronaves no tripuladas y monitoreo electrónico, lo cual podría ser cierto. En rigor, la trayectoria de la CIA en materia de espionaje no exhibe demasiado con qué enorgullecerse.




Artículo original, en inglés, en el sitio web Global Research | Traducido y republicado con permiso del autor


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.