INTERNACIONALES: TED R. BROMUND

Al respecto de la sorprendente victoria del conservadurismo en Australia

Cuando los australianos se dirigieron a las urnas durante el pasado fin de semana...

27 de May de 2019


Cuando los australianos se dirigieron a las urnas el pasado fin de semana, todo mundo esperaba que el Partido Laborista -de izquierda- emergiera como ganador. Para sorpresa de los encuestadores, sin embargo, la izquierda resultó derrotada.

Morrison, AustraliaEn Australia, los Liberalese (o Libertarios, en este caso) son el partido conservador, de tal suerte ue los conservadores se hicieron de una victoria inesperada. En una Cámara de Representantes con 151 bancas, el Partido Liberal -en el seno de una coalición de larga data junto a los Nacionalistas- se anotaron 78 bancas, quedando los Laboristas muy por detrás, con 67 -y seis fueron a parar a partidos minoritarios.

Al líder de los Laboristas, Bill Shorten, ya había renunciado, afirmando: 'Es obvio que los Laboristas no estaremos en capacidad de constituir el próximo gobierno'. El actual y ahora futuro primer ministro de Australia, Scott Morrison, simplemente sentenció: 'Siempre creí en milagros'.

Morrison llevó adelante una campaña sencilla, que permitió que su partido se recuperara luego de resultar eyectado Malcolm Tunrbull, ex primer ministro Liberal, durante agosto pasado. Social-conservador y cristiano devoto, Morrison apeló de manera simple a los votantes, con eslóganes del estilo 'A cada cual, según sus logros'.

Los Laboristas, en contraste, desarrollaron la campaña en torno del cambio climático. El domingo, de hecho, el matutino estadounidense The New York Times tituló la noticia así: 'Se suponía que se trataría de una elección por el cambio climático. ¿Qué sucedió?'.

Pues, lo que sucedió fue muy sencillo: la mayoría silenciosa se mostró más interesada en lograr prosperidad económica y puestos de trabajo antes que atender a promesas que llamaban a poner fin a la industria del carbón. Y esa mayoría se guardó sus opiniones. Los Laboristas llevaban la ventaja en todas las encuestas, desarrolladas durante el mes anterior. Incluso lideró en las bocas de urna. El pueblo australiano, en apariencia, evitó declarar que había votado por los conservadores, y en realidad ese fue su propósito.

Amén de la sorprendente victoria de los Liberales, el detalle más sorpresivo de los comicios fue la notable performance de los dos partidos más pequeños. Los grandes circuitos políticos perdieron todos los votos. Los Liberales perdieron el 0.6% de los sufragios al comparárselos con la cosecha de 2013, mientras que los Laboristas perdieron un 0.9%. Los Verdes también retrocedieron en un 0.2%. Los únicos partidos que obtuvieron una cifra significativa de votos fueron dos partidos populistas de derecha, el Partido Australia Unida y el Partido Una Nación, los cuales, en conjunto, sumaron un 5.1%.

La victoria conservadora australiana no fue la única elección de importancia en el cuadrante Asia-Oceanía, sin embargo. En la República de la India, el extenso proceso comicial le dio la victoria al primer ministro Narendra Modi, obteniendo entre 280 y 315 asientos en el parlamento. Modi solo precisaba 272 bancas para hacerse de la mayoría. Al sumarse estos datos a la victoria del premier Benjamin Netanyahu en Israel del mes de abril, los resultados electorales de los últimos pocos meses han registrado resonantes victorias para los partidos políticos del espectro conservador.

Australia, India e Israel son sitios marcadamente diferentes. Las definiciones que portan estas naciones sobre el conservadurismo también son esencialmente diferentes. No es factible colegir grandes lecciones a partir de estas victorias, salvo por el dato de que los partidos de la derecha de cada espectro suelen ser más populares que lo que los encuestadores aceptan reconocer. Pero, ciertamente, la lección que comparte Australia para el atribulado Partido Conservador británico es prístina. El ubicarse en el segundo puesto de las preferencias entre los encuestadores no remite necesariamente a una sentencia de muerte.

Los conservadores, entonces, deberán de evitar involucrarse en discusiones grandilocuentes, para poner el énfasis en lo fundamental: eficiencia económica, recompensar a aquellos que se esfuerzan, ley y orden, defensa nacional, y soberanía nacional.

En la Gran Bretaña, el respaldo con que cuenta el Partido Conservador se ha derrumbado a lo largo del pasado año, a tono con lo apuntado por un encumbrado encuestador, con estas líneas:

Mientras que no se puede estar seguro frente a lo que provocó cambios en la intención de voto, es difícil evitar la obvia conclusión de que el respaldo para partidos francamente pro-Brexit como el UKIP y el Partido del Brexit se ha amesetado... En el tablero general, el respaldo de los Conservadores parece estar retrocediendo.

Tras lo cual, sería aconsejable que los Conservadores del Reino Unido tomen nota: los partidos conservadores que respetan su agenda emergen victoriosos de las elecciones. Los espectros conservadores que hacen cosas que nada tienen que ver con su identidad, las pierden. La primer ministro Theresa May ha fracasado por completo a la hora de proponer una agenda conservadora y, en consecuencia, el 63% de sus propios simpatizantes afirman que ella ha sido una primer ministro pobre de acciones, o incluso peor.

La hora de May, conforme el mismo encuestador citado lo ha dicho, 'ha pasado'. Es menester que su sucesor aprenda de la lección de Australia -y que lo haga rápidamente.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Ted R. Bromund

Egresado de la Universidad de Yale y con un doctorado obtenido en esa casa de estudios, es Analista Senior en Relaciones Británico-estadounidenses. Se unió a la Fundación Heritage (Washington, D.C.) en 2008, luego de oficiar como director asociado de Estudios de Seguridad Internacional en Yale, un centro de investigación y enseñanza dedicado a historia de la estrategia, temas militares y diplomáticos. Ha brindado numerosas conferencias en Historia y, desde 2004, sobre asuntos internacionales. Sus artículos y análisis son publicados regularmente en The Daily Signal.