INTERNACIONALES: ROBIN SIMCOX

¿Debería la Hermandad Musulmana ser listada como organización terrorista?

Si acaso la Hermandad Musulmana debería ser considerada como un grupo terrorista...

03 de May de 2019


Si acaso la Hermandad Musulmana debería ser considerada como un grupo terrorista, es una pregunta que ha transitado por los circuitos de la política occidental durante años. Numerosos aliados de los Estados Unidos en Oriente Medio portan una clara posición al respecto. La Hermandad fue proscripta por el gobierno egipcio, que la etiquetó de grupo terrorista hacia diciembre de 2013. El reino de Arabia Saudí hizo lo propio, en marzo de 2014, seguido de los Emiratos Arabes Unidos en noviembre pasado.

Hermandad Musulmana, terrorismo internacional, Egipto, AfricaAhora, el matutino estadounidense New York Times ha informado que, tras un reciente encuentro del jefe de Estado americano Donald Trump con el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi, éste último solicitó que los Estados Unidos consideren tomar esa medida. La secretario de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, declaró al Times: 'El presidente ha consultado con su equipo de seguridad nacional y con líderes de la región que comparten esta preocupación, y la referida designación está en marcha, a través de los respectivos procedimientos internos'.

Y, sin embargo, no se trata de una proposición novedosa. Numerosos proyectos de ley han sido introducidos en el Congreso de los Estados Unidos en años recientes, siendo el fin de ellos declarar como terroristas a los miembros de la Hermandad, mientras que la Administración Trump ha sopesado si acaso era posible intentar proscribir a la Hermandad, al menos desde sus primeros días en el gobierno, durante 2017. Cabe decir que la idea debe ser ponderada afirmativamente, conforme el referido núcleo ha probado ser una fuerza disruptiva de destacada magnitud.

Fundada en Egipto en el año 1928, la Hermandad ha hecho todo lo posible para diseminar la ideología islamista. El fundador del espectro, Hassan al-Banna, entendió que debía reinstaurarse un califato islámico, y que ello debía ser acompañado de una ley de Sharia, si acaso el Islam tenía por meta sincera el resurgir frente al secularismo occidental. Eventualmente, la Hermandad -bajo tal proposición- crecería en el formato de una red político-religiosa que potenciaría su alcance en el concierto mundial.

Mientras que lo cierto es que ha echado mano de un enfoque más bien ambiguo de cara a la violencia en años recientes, ha de cifrarse que la Hermandad porta vínculos históricos con episodios violentos. Sayyid Qutb, un teórico clave en el pensamiento del núcleo, ayudó a difundir la noción de que la yijad o 'guerra santa' debe ser empleada como arma, con el objetivo de derribar gobiernos. Desprendimientos sospechosos de la Hermandad Musulmana egipcia fueron oportunamente evaluados por el Departamento de Estado americano, a efectos de que sean etiquetados como 'Terroristas de Orden Global Especialmente Designados' en enero de 2018; en simultáneo, el proscripto grupo terrorista Hamás expresa, en su declaración primigenia, ser 'una de las alas de los Hermanos Musulmanes en Palestina'.

En un plano ideológico, pues, la situación es clara. La Hermandad es un adversario, y no un aliado, y Estados Unidos deberá tratarlo como tal. Sin embargo, el el andarivel político, las cosas tienden a complicarse. La alternativa de etiquetar al grupo como organización terrorista sería difícil de hilar. Por principio, en los Estados Unidos de América, el gobierno -infortunadamente-ha optado por involucrarse con grupos cercanos a la Hermandad Musulmana, como es el caso del Consejo de Relaciones Americano-islámicos. Incluso la Administración Trump ha transitado ese sendero.

En el extranjero, Estados Unidos se encuentra obligado a lidiar con núcleos emparentados con la Hermandad, porque conservan puestos en numerosos gobiernos. Por ejemplo, el hecho de etiquetarlos como terroristas podría terminar incluyendo al Partido Justicia y Desarrollo, de Recep Tayyip Erdogan (presidente de Turquía), a Ennahda en Túnez, a porciones de la Asamblea Nacional de Kuwait, y al Partido Justicia y Desarrollo de Marruecos.

En la práctica, esos espectros políticos pueden ser islamistas autoritarios. Algunos incluso han facilitado la ejecución de actividades terroristas (tal es el caso del ya mencionado Erdogan, quien ha respaldado a activos de al-Qaeda que lucharon contra el dictador sirio Basher al-Assad). En todo caso, desde luego que se debe hacer frente a la ideología del grupo. Pero el calificarlos abiertamente de terroristas podría complicar en exceso aspectos políticos no menores.

Lo que Estados Unidos debería hacer es, sencillamente, respetar la legislación. Si en efecto se detecta evidencia creíble de que grupos vinculados a la Hermandad están ejecutando actos terroristas, y Estados Unidos está en capacidad legal de designarlos como 'Organización Terrorista en el Extranjero', debería hacerlo, sin miramientos. Si, por otro lado, tal evidencia no puede hallarse, pues entonces las dificultades darían inicio: Washington deberá trabajar junto a sus aliados para lograr que los elementos de la Hermandad Musulmana se desdigan de su ideología. Esto ha probado ser dificultoso para Administraciones del pasado. Si el actual gobierno de Trump pudiere quebrar ese ciclo, ello consignaría una apreciable novedad.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Robin Simcox

Simcox es analista en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C., EE.UU.). Publica sus artículos (en inglés) en The Daily Signal.