INTERNACIONALES: DANIEL J. DAVIS

Nayib Bukele, presidente de El Salvador: 'Hay que ponerles fin'; propuestas para destruir a MS-13 y otras pandillas

En El Salvador, el pasado mes, un outsider perteneciente a un tercer partido político...

16 de Marzo de 2019

En El Salvador, el pasado mes, un outsider perteneciente a un tercer partido político, triunfó en las elecciones presidenciales de ese país. Derrotó a sus oponentes tras compartir propuestas tendientes a erradicar la corrupción, combatir al delito, y mejorar la economía. El presidente electo Nayib Bukele compartió sus perspectivas en relación a la cuestión inmigratoria, y al modo en que los Estados Unidos y El Salvador pueden trabajar en conjunto. La presentación tuvo lugar en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C.

Nayib Bukele, presidente de El SalvadorDaniel Davis: Bienvenidos a The Daily Signal. Soy Daniel Davis. Hoy, tenemos el placer de presentar al presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele. Señor Presidente, quisiera agradecerle por estar con nosotros.

Nayib Bukele: Gracias a Ustedes por permitirme estar aquí. Y mi agradecimiento especial para la Fundación Heritage, y a las personas que nos están viendo.

Davis: Usted fue elegido en febrero pasado, luego de una victoria aplastante. Y fue esa la primera vez, según entiendo, que en los últimos veinte o treinta años un candidato perteneciente a un tercer partido fue elegido presidente en su país. En junio próximo, dará Usted inicio a su período presidencial de cinco años, y ahora se encuentra aquí, en Washington. ¿Puede compartir con nosotros alguno de los caminos desde los cuales espera construir la relación entre los Estados Unidos y El Salvador?

Bukele: Los Estados Unidos y El Salvador han compartido una relación que, durante más de cien años. fue grandiosa. Y El Salvador siempre ha sido un aliado de los Estados Unidos. Un tercio de nuestra población vive en territorio estadounidense. Utilizamos el dólar como moneda. El 80% de nuestras exportaciones llega a los EE.UU.; y el 80% de nuestras importaciones tienea los Estados Unidos como origen.
Pero el hecho es que, en los últimos diez años, hemos tenido un gobierno que ha erosionado las relaciones con los EE.UU., tomando partido por Venezuela, Nicaragua, y organizaciones internacionales. Y lo que sucedió es que hemos erosionado la relaciñon con nuestro principal aliado, nuestro mejor amigo. Eso no tiene sentido.
De tal suerte que los comicios nos han ofrecido una oportunidad para recomponer esa relación, en principio. Se trata de un cambio de gobierno que no solo es un cambio de gobierno, sino que también consigna el inicio de una nueva era para El Salvador.
Tuvimos una guerra civil en los años ochenta, que terminó recién en 1992. Pero, luego de que se firmaran aquellos acuerdos de paz, los dos bandos que tomaron parte de la guerra siguieron gobernando los destinos del país. ARENA lo hizo por un lado, y la ex guerrilla del FMLN, se posicionó del otro. Ambos siguen teniendo el control sobre el país; siguen en el gobierno, ahora mismo. Y se irán el 31 de mayo.
Así es que, el 1ero. de junio próximo, no solo llegará un nuevo gobierno, sino también una nueva era para El Salvador. Porque le daremos vuelta a la página de la posguerra.
El pasado 3 de febrero, El Salvador decidió de manera abrumadora que quería ponerle fin al período de posguerra. Y, ahora, podemos empezar con foja cero. Hemos de escribir una nueva página, ahora en blanco. Y no estamos atados a los discursos de los años ochenta. No estamos atados a las ideologías de los años ochenta, ni a los combates de los ochenta. Una nueva generación de salvadoreños desea construir algo. No necesitamos inventar recetas para hacerlo. Las recetas ya están allí. Y los Estados Unidos son un buen ejemplo de ello.
Lo que deseamos es construir una nación que trabaje con soluciones surgidas del sentido común, haciendo cosas emparentadas con el sentido común como sucede en Washington, y acercarnos a nuestros amigos. Sabemos que, como resultado, tendremos prosperidad para nuestro pueblo. Y nuestra gente está feliz, y muy bien predispuesta a trabajar sobre eso.
Y obviamente trabajaremos en eso, porque todo mundo se ha subido a nuestro barco, y estamos enviando las señales correctas. Y esas señales correctas están siendo recibidas por las personas adecuadas y por los países adecuados. Y, creo que, al final del camino, tendremos prosperidad para El Salvador.
Lo cual no solo será bueno para El Salvador, sino que también lo será para otros países, los cuales verán que El Salvador se convertirá en un ejemplo de cómo una nación subdesarrollada puede tener progreso y crecimiento económico, solucionando sus problemas haciendo lo que es correcto, y lo que hace al sentido común.

Davis: ¿Ha mencionado Usted que un tercio de los salvadoreños viven aquí, en los Estados Unidos?

Bukele: Sí.

Davis: Y seguiremos viendo que más migrantes arribarán a la frontera sur de los Estados Unidos. Pero ha dicho Usted, en su discurso en Heritage, que planea ponerle fin a ello, y creo que sus palabras fueron: 'emigración forzada'.

Bukele: En efecto.

Davis: '... emigración forzada hacia los Estados Unidos, en los próximos cinco años´. ¿Qué medidas considera tomar para consolidar esa meta?

Bukele: Me he referido a la emigración forzada, que consigna el 95% de nuestra emigración. Existen otros tipos de emigración, ¿estamos de acuerdo? Como ser la emigración profesional... Pero Usted tiene también a la emigración forzada. Esto significa que la emigración es motorizada por otros factores, como ser, la falta de oportunidades, la violencia, o ambas.

Esto es verdaderamente vergonzoso para nuestro país. Debería serlo. En lo que hace al debate por la inmigración, siempre hablamos sobre fronteras. Siempre hablamos de naciones que reciben un flujo de emigrantes. Pero rara vez nos referimos a lo que hacemos en nuestro país para que las personas no terminen emigrando.

La gente no se va de los Estados Unidos, ¿estamos de acuerdo? ¿Por qué las personas abandonan nuestro país? Debemos estar haciendo las cosas realmente mal para que nuestra propia gente se vaya de nuestro país. Así que deseamos ponerle fin a eso.

Y no se trata de un favor para los Estados Unidos. Simplemente, una cuestión respaldada en el sentido común, que entiende que nuestra nación debe ofrecer oportunidades y seguridad para que las personas se queden. Para nosotros, tampoco es económico exportar a nuestra población; me refiero a nuestra población joven que está dispuesta a trabajar duro para sus familias.

Contamos con un beneficio demográfico. Y es así porque contamos con una enorme población joven. Y, bajo cualquier perspectiva, eso es lo mejor que cualquier país puede tener. Y la realidad es que los estamos expulsando; como si quisiéramos exportar personas. Eso no debería ser una industria. La exportación de personas para contar con beneficios a la hora de recaudar por el dinero que envían a sus familias, es lo peor que una nación puede hacer... exportar a la propia población. Y deseamos cambiar eso.

Y la manera de hacerlo involucra un trabajo gigantesco. Pero, en realida, es sencillo. El sentido común impone que hay que brindar oportunidades, y uno debe proporcionar seguridad.

Ahora, bien; alguien podría decir: 'Pero, oiga; eso suena muy bien. Pero, ¿cómo piensa brindar seguridad?'. Bueno; pues lo que debe hacerse es combatir a las pandillas. En El Salvador, en promedio, un miembro de pandilla gana unos US$ 300 al mes. De tal suerte que no están ganando demasiado dinero.

Por supuesto que el Estado debe estar en condiciones de ofrecer mejores oportunidades para ellos. Educación, escolaridad, deportes, arte, cultura. Y podemos lograr que nuestros jóvenes transiten el camino correcto, en vez de optar por el incorrecto. Podemos pelear por ello. Las pandillas no son sofisticadas. No pertenecen a grandes cárteles de la droga. No son sofisticados. Y, por eso, podemos combatirlos.

Puede lograrse echando mano de la tecnología, de recursos que hoy no tenemos, porque los delincuentes se han estado robando el dinero durante los últimos cuarenta años. Así es que, invirtamos el dinero que las personas pagan en impuestos, para que la ciudadanía pueda contar con servicios.

Y uno de los mejores servicios que podemos brindarle a la gente, a las firmas privadas, a los inversores internacionales, a los turistas, para que el turismo crezca, es invertir dinero para que nuestro país sea seguro. Cuando Usted tipea 'El Salvador' en Google, en ese momento Usted no hallará enlaces que remitan a pandillas, corrupcion, emigración, ni caravanas. En lugar de ello, hallará enlaces con información sobre crecimiento económico, turismo, playas en donde se puede ir a practicar surf; hallará información que dirá que El Salvador combate a la corrupción. Hay caminos correctos para lograrlo.

Todo ello logrará que las personas vengan a El Salvador para invertir; se logrará que los salvadoreños regresen a nuestro país; que los jubilados planifiquen retirarse en El Salvador porque contamos con un clima excelente; porque contamos con hermosos sitios para visitar; porque tenemos verano todo el año.

Pero habremos de hacer lo correcto, para cambiar la cultura. Este esfuerzo se presenta gigantesco. Pero, al mismo tiempo, es verdaderamente sencillo. Si Usted pudiera definirlo en un minuto, es sencillo hacerlo. Y no lo hemos hecho, porque la Administración anterior y la actual se han estado concentrando mayormente en robarse el dinero, mientras que no han puesto atenión en dotar de ambiciones al país, poniendo el dinero donde debería ir, esto es, en el sendero correcto.

Davis: Así es. Quisiera preguntarle sobre eso. Uno de los temas principales tratados por Usted en los comicios ha sido la corrupción.

Bukele: En efecto.

Davis: ¿En qué formatos específicos se ha detectado corrupción? ¿Cuáles son las medidas principales de su plan a los efectos de que el gobierno pueda ser reformado y presente una adecuada rendición de cuentas?

Bukele: Sí; bueno. Usted lo ha dicho. Debemos implementar reformas y sistemas de rendición de cuentas. En lo que respecta a lo primero, debemos reformar algunas leyes para sentar el ejemplo. Como el presidente de México ha dicho recientemente: 'No puede Usted limpiar las escaleras desde abajo. Debe hacerlo desde arriba'.
Entonces, hemos de liderar con el ejemplo. Si el presidente está robándose dinero, pues entonces todo su Gabinete hará lo mismo. Pero, si el presidente no roba, y prefiere intentar... Y digo 'intentar', porque hay ahí otras tres mil personas que podrían considerarlo un ladrón, ¿verdad?

Davis: Correcto.

Bukele: Pero, si Usted elige a las personas adecuadas, y luego pone en marcha un sistema de rendición de cuentas que controle toda ocasión en que alguno de esos tres mil individuos se aparta del camino, pues entonces lo atraparán, y alguien será entregado al sistema de justicia y a las autoridades, para ser luego castigado por sus delitos. La corrupción, en tal escenario, se detendrá.

Y una de las cosas que lo logrará rápidamente es que hemos solicitado una comisión internacional liderada por la OEA, o bien por Naciones Unidas; y ambas organizaciones se han interesado.

El Doctor Almagro, Secretario General de OEA, ha dicho, hace poco: 'Todos apostamos por esa comisión'. Y una comisión internacional cuenta con el beneficio, aunque no quiero sonar redundante, de que es internacional. De tal suerte que no tendrán influencia desde el poder doméstico, o de parte de mafias.

Contaría Usted, entonces, con una comisión internacional totalmente independiente, que vaya contra los criminales. Y no solo contra los criminales del pasado, sino también por los del presente, y por los que decidan incurrir en ese comportamiento en el futuro.

En la audiencia, alguien me preguntó: '¿Qué debería hacer el presidente con los criminales presentes en la oposición?'. Yo repliqué: 'No solo con los delincuentes presentes en la oposición, sino en nuestro propio partido; si alguien se está robando dinero, pues entonces deberá pagar por lo que haya hecho'. Y esto también servirá como disuasor para otros que quieran hacer cosas impropias, porque temerán a las consecuencias.

Davis: Más temprano, mecionó Usted la problemática de las pandillas. Y se trata de un problema que también tenemos aquí en los Estados Unidos. MS-13 ('Mara Salvatrucha') constituye todo un desafío. Esta pandilla tiene sus raíces en El Salvador. Pero deseo preguntarle, ¿cómo ha afectado esta pandilla a los ciudadanos en El Salvador? Y, ¿cuáles serían las principales medidas tendientes a erradicar a las pandillas?

Bukele: Las pandillas son algo realmente malo. Son responsables del 80% de los homicidios en nuestro país. Extorsionan por dinero a personas pobres. Tienen control de comunidades enteras, bajo control de pandillas; en tales casos, si Usted quiere vender algo, debe pagarle a los pandilleros. Representan un cuasi-Estado porque funcionan como... porque recolectan impuestos. Proporcionan seguridad, lo que significa: 'Pero yo no lo mataré a Usted'; ¿me explico?

Davis: Correcto; correcto.

Bukele: Pero el hecho es que estas organizaciones deben llegar a su fin. Tenemos que ponerles fin. Y lo correcto es hacerlo por vía de tres medidas.
Primero; debemos competir contra ellos para tener de nuestro lado a la gente joven. Esas pandillas reclutan niños de 12 y 13 años de edad. Esos niños, uno puede competir para llegarles. Si les llega, entonces elegirán el camino correcto, con escolaridad, educación, deportes, programas varios. Usted puede llegarle a esos chicos.

Luego, están los otros, que son los criminales graduados. Esos, no tienen solución. Entonces, uno debe combatirlos. Pero puede hacerlo con tecnología. Puede hacerlo, invirtiendo dinero en las personas adecuadas, y combatiendo a los pandilleros.

En El Salvador, ni siquiera contamos con un laboratorio forense. Pues, tendremos que construir el primero del país. Pero, si Usted visita una escena de crimen, podrá contar con huellas digitales, ADN, tomar nota de las balas utilizadas; esto es, podrá Usted contar con las pruebas para ir por un homicida determinado. Pero, sin laboratorio, no habrá nadie que pueda tomar nota de las pruebas, ni de peritos para verificar escrituras.

El hecho es que ni siquiera contamos con los elementos más básicos que cualquier departamento de policía en los Estados Unidos tiene. Entonces, ¿cómo podríamos combatir a las pandillas si ni siquiera tenemos la tecnología ni el equipo necesarios para que nuestros hombres y mujeres de las fuerzas combatan a los pandilleros?

Tenemos la oportunidad que explicita que las pandillas no son sofisticadas. Al contrario, su sofisticación es muy reducida. No son como los cárteles de la droga, que tienen submarinos. Y tienen ingresos muy bajos. Así es que, si recortamos sus ingresos, es muy sencillo.

Cuando me desempeñé como alcalde de San Salvador, diseñamos un plan para el distrito histórico. Y convertimos al área más peligrosa del país en la zona más turística de todo El Salvador. Entonces, puede hacerse en pequeño. Puede hacerlo a escala mayor. Este es el segundo punto: combatirlos.

El tercero se refiere a la reinserción en el sistema carcelario. Ahora mismo, nuestras cárceles son, prácticamente, universidades del delito. Van a parar allí porque se han robado un pollo y, tiempo después, ejecutan homicidos y extorsionan a la gente, porque así funciona todo el ámbito de la prisión.

Pero, si Usted convierte a las cárceles en instalaciones de tipo correccional, eso servirá para enmendar a las personas. Tras lo cual, de todos los que salgan de prisión, dado que sus sentencias llegan a su fin, podrá Usted llevar a una gran porción de ellos por el sendero correcto. Y si se salen de ese sendero, pues, volverán a la cárcel. Pero uno necesita que el sistema funcione.

Quiero decir que no estamos inventando la rueda. Solo se trata de hacer lo correcto, conforme lo dicta el sentido común en la aplicación de la ley. Necesitamos reconstruir y reparar nuestro tejido social, para que nuestros niños y jóvenes no sientan la necesidad de involucrarse con una pandilla. Y, en el proceso, necesitamos reconfigurar nuestro sistema carcelario.



Davis: Finalmente, quisiera preguntarle sobre los comicios. El pasado mes, como ya dijimos, Usted fue elegido por amplio margen. Usted, como candidato de un tercer partido. Y contó Usted con un enorme esfuerzo en las redes sociales también. Tengo entendido que cuenta Ud. con 37 años de edad. ¿Es esto correcto?

Bukele: Sí.

Davis: Entonces, ¿qué piensa Usted que más ha resonado en su campaña, es decir, con el público?

Bukele: Creo que ha sido una combinatoria de distintos factores. Uno de ellos, es que fui alcalde de nuestra capital, San Salvador. Y, cuando completamos nuestro mandato allí, finalizamos con un 84% de aprobación ciudadana. Entonces, lo cierto es que a la gente le caen bien nuestras promesas, pero también sabe que las mantendremos, como también nuestra palabra. Porque así lo hemos hecho antes. Esta es una explicación.

La segunda es que creo que nos relacionamos mejor con la gente, porque la gente invierte más tiempo mirando sus teléfonos celulares antes que mirando televisión. Así es que, si bien es positivo contar con avisos en televisión, siempre es mejor conectarse con la gente a través de las redes sociales; así es en nuestro tiempo.

La otra cosa es que creo que la ciudadanía se ha hartado ya del status quo, de un sistema bipartidista que tiene delincuentes de un lado y del otro por igual; los mismos que se han estado robando el dinero de nuestro pueblo.

Verá Usted que hay ex presidentes con US$300 millones o US$ 400 millones, robados del erario público. Y que el país no cuenta con medicinas, escuelas, ni viviendas. Tenemos al 80% de nuestras escuelas sin acceso al Internet. La gente se ha hartado ya de todo eso, así que es exigió un cambio.

Y, ahora mismo, es enorme el electorado que votó por nosotros. Hemos ganado en 14 departamentos. Hemos ganado en 59 de las 60 ciudades más importantes. Hemos ganado en 262 ciudades en todo el país. Hemos ganado en cada sector, y en cada nicho. Pero, ahora mismo, eso se ha transformado en una responsabilidad, porque las expectativas son tan grandes que, si no cumplimos con ellas, pues entonces eso será verdaderamente malo. De tal suerte que hemos de cumplir con las expectativas desde las cuales la gente nos ha escogido.



Artículo original, en inglés, aquí

 

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