INTERNACIONALES: HELLE C. DALE

Es hora de que la Administración Trump se haga del control sobre el Sistema Internacional de Transmisiones de EE.UU.

Toda vez que una persona es nominada por el presidente estadounidense Donald Trump...

14 de Enero de 2019

Toda vez que una persona es nominada por el presidente estadounidense Donald Trump para una audiencia de confirmación en el Senado a los efectos de conducir la Oficina Internacional de Transmisiones de los Estados Unidos, los medios de comunicación del país hacen sonar la alarma.

Donald TrumpEl más reciente caso remite a un artículo del matutino New York Times fechado el 12 de diciembre pasado, e intitulado 'Atribulada por errores de juicio, la voz del gobierno ante el mundo se acerca a ser gestionada por Trump' (Troubled by Lapses, Government’s Voice to the World Braces for New Trump Management). El artículo informaba sobre abusos e incompetencia en la Oficina de Transmisiones en Cuba -agencia hermana de la Voz de América-, reflejando lo propio sobre los servicios en chino mandarín y los desarrollados en Nigeria. Conforme se esperaba, el texto despliega miedo e incertidumbre en torno de la largamente esperada audiencia de confirmación para el documentalista Michael Pack, quien fuera nominado para conducir la agencia de transmisiones.

Las demoras registradas en la confirmación de los aspirantes nominados por Trump le ha permitido a los críticos de la Casa Blanca alinear sus posiciones. Un proyecto, patrocinado por los Senadores Bob Corker (Republicano por Tennessee) y Bob Méndez (Demócrata por Nueva Jersey), que reclama despojar de poder a los candidatos nominados por Trump a la hora de contratar o despedir personal fue introducido apresuradamente en el Comité de Asuntos Extranjeros del Senado, a fines de noviembre pasado. La medida lograría obstaculizar por completo todo esfuerzo encaminado a optimizar el funcionamiento de la problemática agencia.

El hecho es que los funcionarios designados por el ex presidente Barack Obama continúan en control de la cuestión en la Agencia Estadounidense para Medios Globales (U.S. Agency for Global Media), conforme fuera recientemente rebautizada la agencia de transmisiones (previamente, se llamaba Comité de Gobernancia de Transmisiones; en inglés. Broadcasting Board of Governors). El jefe entre los anteriormente designados son el CEO John Lansing -ex elemento de Scripps Howard- y Amanda Bennett -ex periodista del matutino Wall Street Journal y esposa de Donald Graham, presidente de The Washington Post Co. 

La histeria de los medios era esperable pero, en esta oportunidad, el presidente Donald Trump porta consigo parte de la responsabilidad.

En un comentario compartido en la red social Twitter, el pasado 26 de noviembre, Trump consignó: 'Mientras que a la CNN no le va bien en los rátings que tiene en los Estados Unidos, en el exterior tiene escasa competencia. A través del mundo, CNN cuenta con una poderosa voz, que retrata a los Estados Unidos de una manera falseada e injusta. Algo debe hacerse al respecto, incluyendo la posibilidad de que Estados Unidos dé inicio a su propia Red Mundial, para mostrar al mundo como realmente es: una GRAN nación'.

Si acaso Trump estaba al tanto siquiera de la existencia de un sistema gubernamental que regula las transmisiones, ello aún no queda claro.

Sin perder el tiempo a efectos de reaccionar, Bennett, director de la Voz de América, promocionó una cerrada defensa de su red, escribiendo en The Washington Post: 'Creemos que nuestra credibilidad reposa en la interpretación de la segunda propuesta de Trump. Nostros también entendemos que nuestro trabajo es mostrar a nuestro país como realmente es -a través de un periodismo sustentado en hechos concretos'.

Mientras que el texto compartido por el presidente estadounidense en Twitter confirma temores al respecto de que convertiría a la Voz de América y a otras agencias de transmisión en armas de propaganda, la realidad ha sido bien distinta luego de sus dos años de gobierno.

En cualquier caso, la Casa Blanca se ha mostrado como desaparecida en acción, y ha tratado a los responsables de las transmisiones de los EE.UU. con una profunda indiferencia. La Casa Blanca ha llevado a cabo esfuerzos mínimos a la hora de designar a sus aspirantes políticos, y a la hora de poner en marcha las muy necesarias reformas que el Congreso ya ha aprobado y firmado con fuerza de ley por el ex presidente Barack Obama, en diciembre de 2016. Incluso Hillary Clinton, en oportunidad de ofrecer un testimonio ante el parlamento, describió al sistema internacional de transmisiones americano como 'difunto'.

Ya es hora de que la Casa Blanca imprima su marca en el sistema internacional de transmisiones de los Estados Unidos.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Helle C. Dale

Es Analista Senior en estudios de Diplomacia Pública, para la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Desarrolla trabajos relacionados con instituciones y programas del gobierno estadounidense que hacen a la relación con terceros países y diplomacia tradicional, y elementos críticos en la guerra de ideas contra el extremismo violento. Previamente, se desempeñó como Editora en el periódico The Washington Times.