POLITICA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

'Pragma S.XXI', el virus con capacidad para aniquilar ideologías

El siglo XXI ha instalado, en lo que va de su joven vida, un sistema de ideas y una concepción del mundo...

27 de Noviembre de 2018
Las ideas sólo tienen un valor instrumental para la acción, en la medida en que ellas estén al servicio de la experiencia activa, de donde el valor de una idea radica en su éxito (...) La verdadera revolución filosófica (...) nos enseña que el conocimiento no debe pretender conocer la realidad, sino utilizarla.

John Dewey, filósofo estadounidense (1859-1952)

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'Somos pragmáticos; no nos atamos a una receta (...) El gradualismo es hijo de algo superior, que se llama pragmatismo' (Nicolás Dujovne, Ministro de Economía de la República Argentina).
 
Donald Trump, Shadow'El número dos de la Primera Ministro Theresa May ha pedido este viernes a España y a la Unión Europea que, en un ejercicio de pragmatismo, acepten una nueva relación con Londres tras la salida del Reino Unido del bloque europeo' (portal ABC Internacional, 5 de octubre de 2018).
 
'Podría decirse que el "estilo M" es duro e indolente, pragmático. Su ley elemental es golpear primero para retroceder después, negociar e imponer a la larga su objetivo, sin demasiados cambios'. 'El estilo duro y pragmático de Macri encontró un techo en el tarifazo' (El Cronista, 12 de agosto de 2016).

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El siglo XXI ha instalado, en lo que va de su joven vida, un sistema de ideas y una concepción del mundo que vieron la luz en los Estados Unidos de América, hacia mediados de 1850. Se trata de un redescubrimiento de la filosofía que hoy nos permite explicar la construcción de un Estado, el más poderoso del orbe desde hace al menos ochenta años. En efecto, el pragmatismo engarza sutilmente -es decir, sin escándalo- a través de un retorno triunfal que amenaza la supervivencia de las ideologías que signaron el siglo pasado y cuyos choques brutales lo convirtieron en el más sangriento de la historia humana.

Una reseña de los caracteres esenciales del credo que vamos a recorrer, será de utilidad como intento de aproximación.

1. El pragmatismo afirma que el sentido de verdadero de un enunciado depende de su verificación empírica, es decir, que sólo es verdadero aquello que es comprobable con los instrumentos de la ciencia. Carece de sentido toda discusión sobre cuestiones no verificables: las especulaciones metafísicas son casi una pérdida de tiempo inexcusable.

2. La primera consecuencia afirma que sólo es válido el conocimiento que porta consigo una utilidad práctica. Hasta nuestros días llega la expresión que afirma que una persona es pragmática cuando se guía por el criterio de utilidad (veremos más adelante algo más sobre este punto). Uno de los padres del pragmatismo, Charles Sanders Pierce, reduce lo verdadero a lo útil, y así lo explica: 'El conocimiento sólo tiene sentido en la medida en que nos depara reglas para la acción, en la adecuación de la determinación de la conducta con sus resultados. La función del pensamiento, de la razón, es la de darnos a conocer lo desconocido, el paso de una situación de incertidumbre a un estado de creencia'.

3. La filosofía y el conocimiento científico deben comportar un propósito principal: detectar y satisfacer necesidades. Los conceptos y teorías científicas son meramente instrumentos (no una transcripción de la realidad) y tienen por finalidad legitimar una conducta. Esta legitimación la da el éxito en el aprovechamiento útil de la energía invertida. Fácil es advertir que esta visión del mundo es de una notable oportunidad para sentar las bases del crecimiento de una nación que en la etapa inicial recién salía de una espantosa guerra civil. Se trata de una visión utilitarista que se acoplará armónicamente en el proceso de consolidación y expansión de un capitalismo vigoroso y arrollador.

4. A efectos de facilitar una articulación de las ideas con la acción, el pragmatismo rechaza la existencia de verdades absolutas, y simplifica el mapa que dibuja con criterio práctico (sentido de la praxis). Toda idea es provisional y está sujeta al cambio por una investigación futura que puede modificarla. Trasladado a la actividad política, el pragmatismo califica al político y a su accionar por los resultados prácticos que en este caso significa consecuencias reales. Sin embargo, no se complica con los problemas derivados del relativismo moral, que es sin dudas, una resultante de sus principios: 'No ingresa al terreno del relativismo moral: ni lo sostiene ni lo condena'. En esta audaz suspensión del juicio, puede apreciarse claramente la férrea voluntad del pragmatismo de construir un sistema de ideas pensado para la satisfacción humana, tanto de sus necesidades primarias como de las apetencias sensuales que lo incentiven a la acción. La función del pensamiento 'es guiar a éste y examinar la verdad preeminentemente por medio de las consecuencias prácticas de la ciencia' (Diccionario Merriam-Webster). El pragmatismo tiene devoción por la simplificación, conforme ya lo hemos insinuado. Se la entiende no como un acto de retacear la verdad ni de falsear por omisión, sino como una iniciativa en pos de despojar a la realidad 'de la sensación ilusoria de que dos personas se representan el mismo objeto después de escuchar o leer un conjunto de palabras'.

5. El futuro es la instancia temporal en que se vivirán las experiencias valiosas, es decir, las que atienden a los deseos de la especie humana. Escéptico en cuanto a las chances de alcanzar verdades inobjetables y, al mismo tiempo, optimista a la hora de cotizar los resultados del empeño y la voluntad prudentes (es decir, sabias), el pragmatismo recomienda evitar en lo posible todo balance exhaustivo del pasado, a fin de 'facilitar una visión colectiva homogénea del objetivo que se quiere representar'.
Un célebre economista y notable divulgador manifiesta su simpatía por la escuela filosófica que comentamos: 'Reacciono pragmáticamente. Cuando el mercado funciona, estoy a favor de eso. Cuando el Gobierno es necesario, estoy a favor de eso. Soy profundamente sospechoso de quienes dicen "estoy a favor de las privatizaciones o apoyo fuertemente la propiedad pública". Suscribo todo aquello que funciona en el caso particular' (John Kenneth Galbraith).
El buen político habrá de despojarse tanto de prejuicios como de divagaciones teóricas que se convierten en una pesada mochila, a la hora de transitar el camino del crecimiento personal. El duro terreno de combate que le espera y la ferocidad de los métodos para dirimir espacios de dominación lo impulsan a deshacerse de todo aparato intelectual, excepto el que pueda emplearse como herramienta para el acopio y la preservación de poder: 'El pragmatismo: principios, ninguno o muy pocos. Doctrinas, menos. El pragmatismo es la brújula de quienes sienten que, al llegar al poder, su desempeño se mide no por razones sino por la efectividad sorpresiva, a fin de afianzar la base de apoyo siempre precaria' (Alfredo Jocelyn-Holt, columna del matutino chileno La Tercera).

6. El liberalismo, tanto como sistema económico o como estatuto de derechos inalienables de la persona, resulta beneficiario del pragmatismo. El individuo es sujeto central: el conocimiento es práctica individual que precede a la teoría. Cada experiencia es única y particular. De ahí la desvalorización de proyectos ampulosos a concretarse en el largo plazo, por ser de incierta ejecución en un ámbito de libertad. Queda también 'desvalorizada la conducta colectiva pues es una falsa ilusión de homogeneidad del pensamiento, un objetivo de imposible realización práctica'. Es decir, un individualismo sólido que se realiza en un ámbito de libertad absoluta de manifestación del pensamiento. Y su consecuencia inmediata: se niega toda forma de determinismo para que el sujeto persona pueda realizarse y la libertad adquiera sentido. De modo que puede afirmarse: 'El significado de una idea, objetivo o concepto, es la conducta que provoca'. Por lo que, como sostiene Dewey, la eficacia es la medida de todas las relaciones. El éxito es siempre personal: la validez de una teoría solo la da una experiencia provechosa: 'No tiene sentido determinar si una teoría es verdadera o falsa; sólo cabe determinar si puede ser útil o no útil'.

7. Entre los varios usos del vocablo pragmatismo, hemos de detenernos en algunos ejemplos ilustrativos acerca de su empleo, en el discurso periodístico

'Los límites del pragmatismo. La llegada al Gobierno de Austria de un neonazi obliga a revisar las formas en que se ejerce la política.Los dirigentes deben distinguir entre el abandono de dogmatismos y la renuncia a principios básicos' (Diario Clarín; 9 de febrero de 2000).
'Pragmatismo sin rumbo. En la hecatombe seminal de la crisis europea era tentador ver a Angela Merkel com protectora de Europa: una líder fuerte y pragmática, decidida a luchar por el proyecto europeo ante la amenaza de la desintegración…El Poder debe tener un propósito más allá de la permanencia. En el largo plazo de la historia europea, la reina del pragmatismo se desdibuja' (El País, España; 29 de setiembre de 2016).
La existencia de principios básicos y de propósitos que legitiman al Poder no son negados por el pragmatismo, pero tampoco se detiene en ellos, por considerarlo un debate inconducente o, al menos, ajeno al sistema de racionalización del mundo que propone

8. En la práctica política concreta, la corriente sobre la que meditamos ha impulsado conductas que encarnan paradojas aparentes. 
En 1978, se discutía en España una profunda reforma constitucional. Se debatía la forma de gobierno más aconsejable para la Nación y el choque de concepciones disímiles era previsible. Un comentarista escribe: 'El pragmatismo se impuso sobre la ideología en el debate de un texto que señalaba el camino (...) La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria (...) Del pragmatismo, hizo virtud el portavoz catalán:'No se trata de discutir ahora cual es la máxima democracia sino cual es la vía más rápida hacia la democracia con los menores costos'. Santiago Carrillo, histórico dirigente del Partido Comunista Español, afirmó: 'Si en las condiciones concretas de España, pusiéramos sobre el tapete la cuestión de la República, correríamos hacia una aventura catastrófica (...) En aras de la democracia y de la paz civil, votamos a favor de la Monarquía'.

9. Los políticos que se abrazan a formas radicales de pragmatismo no suelen dar mayor importancia a los programas económicos o sociales. Actuarán a partir de una situación concreta y, siendo todo el orbe un sitio precario y mutante, ensayarán la mejor solución en el contexto de tiempo y lugar. Intentarán adoptar la 'centralidad política' ya que les permite precisamente el cómodo margen de maniobra que los faculta a sorprender con decisiones, virajes y retrocesos que en otros resultarían estigmáticos.
Los documentos que emiten contienen enunciados vagos y deliberadamente imprecisos. La requisitoria periodística es resuelta con la inserción de dosis estudiadas de humor e ironía, con la pretensión de modificar el eje de la cuestión planteada. El pragmático confía en el predicamento de que goza su figura, y lo cree suficiente como para cautivar a las mayorías que necesita; por lo tanto, desprecia a las minorías iniciadas, las cuales le negarán su apoyo en razón de esa misma empeñosa imprecisión.


El estoico lector que nos ha acompañado hasta aquí, muy probablemente haya asociado algunos rasgos identificatorios del pragmatismo con la conducta de dirigentes locales e internacionales. Habrá, así, satisfecho nuestro interés en poner de resalto que esta filosofía -la única que puede considerarse nativa de los Estados Unidos, de acuerdo a Charles Morris- se amplifica universalmente, a paso veloz y firme. Su triunfo global representa la apoteosis de una cosmovisión asociada a la sociedad de mercado, la única que ha sobrevivido a las vicisitudes que han devorado todas las experiencias trascendentes del último siglo.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.