INTERNACIONALES : BRETT SCHAEFER

Sobre la asistencia financiera estadounidense a terceros países y los votos en Naciones Unidas

Conforme es sabido, las Naciones Unidas no son un territorio amistoso para los Estados Unidos de América.

26 de Octubre de 2018

Conforme es sabido, las Naciones Unidas no son un territorio amistoso para los Estados Unidos de América. El año pasado, menos de un tercio de los votos registrados en la Asamblea General de la ONU respaldaron la posición estadounidense. ¿Cree Usted que esto se debe al 'ataque contra el multilateralismo' ejercitado por la Administración Trump? Pues, piénselo de nuevo: desde 1980, en promedio, la Asamblea General solo ha respaldado a Washington en apenas el 35% de los sufragios anotados.

Nikki HaleyEn tiempos de la Administración Reagan, esta falta de apoyo para las prioridades estadounidenses llevaron a la Embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, Jeane Kirkpatrick, a proponer que todo formato de asistencia (financiera y de cualquier otra índole) se certifique solamente si Naciones Unidas respaldaban la posición americana. El argumento de Kirkpatrick era el siguiente:

En mi opinión, no podemos y no debemos mantener la compartimentalización que tradicionalmente ha separado a nuestras agendas bilateral y multilateral. Necesitamos comunicar a los países que sus votos, sus actitudes y sus acciones en el seno del sistema de Naciones Unidas inevitablemente deberá tener consecuencias para sus relaciones con los Estados Unidos, por fuera del sistema de la ONU. Debemos comunicar que no será posible denunciarnos un día lunes, votar contra nosotros en temáticas importantes relacionadas con principios el martes y el miércoles, y exigir garantías sobre el respaldo que ofreceremos, el jueves y el viernes.

El testimonio de Kirkpatrick en 1983 empujó al Congreso de los Estados Unidos a exigir que el Departamento de Estado emita un informe anual al Congreso, que detallase la forma en que naciones individuales votaban en Naciones Unidas. Asimismo, se exigió que el Departamento de Estado tomase en consideración 'todo patrón recurrente de oposición a la política exterior del gobierno de los Estados Unidos de América', a efectos de definir qué países recibirían ayuda de Washington, y cuáles no

Infortunadamente, ni siquiera la Administración Reagan implementó de manera sistemática esa exigencia. Hacia comienzos de los años noventa, el Congreso rescindió el mandato que ponderaba cómo votaba cada país en Naciones Unidas, a efectos de definir qué asistencia se remitiría. 

Jeanne Kirkpatrick, Naciones UnidasPor lo tanto, no debe sorprender que un análisis sobre el envío de asistencia estadounidense y el patrón de votos en ONU exhibió que no había relación alguna entre ambas variables. En efecto, tal como lo sentenciara Kirkpatrick inicialmente en los años ochenta, a criterio de llamar la atención del Congreso, los principales receptores de la asistencia financiera estadounidense siguen revistando entre aquellos países que nunca respaldan a Washington en foros internacionales. 

Así fue que el presidente Donald Trump y Nikki Haley, su Embajadora ante Naciones Unidas por gran parte de su Administración, expresaron su frustración sobre los países que reciben generosos montos de asistencia financiera estadounidense, para terminar votando luego contra los intereses de Washington e Turtle Bay. Ahora, Trump le ha exigido al Congreso que apruebe una legislación que garantice que la asistencia financiera brindada por Washington 'sirva siempre a los intereses estadounidenses, y que tal asistencia solo sea remitida a los amigos de los Estados Unidos de América'. 

Algunos han expresado reparos, apuntando que esta iniciativa comprometería a otro espectro de prioridades, vinculadas éstas a temáticas como desarrollo, humanitarias o de seguridad. Sin embargo, la actual Administración americana ha convenido que estos factores deberían seguir siendo parte de la conversación. Conforme lo explicitara claramente la propia ex Embajadora Haley, 'los votos en Naciones Unidas jamás deberán ser el único factor a la hora de tomar nosotros decisiones respecto de quién recibirá asistencia financiera. Tenemos numerosos intereses que van más allá de Naciones UnidasPero éste deberá ser uno de los factores, y tenemos la determinación de comenzar a conectar estas variables'.

A Haley le asiste la razón. La decisión deliberada de no ponderar los votos emitidos en Naciones Unidas a la hora de tomar decisiones sobre asistencia financiera para terceros países debe cambiar. Hoy día, más de 400 directivas legislativas deben ser consideradas, al momento de definir ayuda financiera. Estos factores involucran el impacto potencial sobre el medio ambiente, estándares laborales, nutrición, enfermedades, pequeñas y medianas empresas, derechos humanos, contrabando de estupefacientes, terrorismo, y una miríada de cuestiones marginales que hacen a todas estas preocupaciones. Incluso se conoce de una docena de directiva involucradas en el investigar lo que sucede en Naciones Unidas -pero el análisis del comportamiento de los países a la hora de votar no es una de ellas

La narrativa que argumenta que la oposición a los intereses estadounidenses en Naciones Unidas no debería ser un factor de decisión a la hora de ponderar el envío de asistencia financiera, es ridícula. En cada sesión, Naciones Unidas considera resoluciones que pueden perjudicar a los intereses de los Estados Unidos; es a tal efecto que la diplomacia americana habrá de contar con todo instrumento racional disponible para influenciar a otros países, y este aspecto deberá necesariamente incluir a la asistencia financiera

Mientras que los diplomáticos estadounidenses ciertamente cuentan con la habilidad y el profesionalismo para argumentar con sus contrapartes, las presiones de otras naciones -incluyendo la que cada vez más asertivamente ejerce la República Popular China- se vuelve difícil de sobrellevar. Un incentivo final bien podría ayudar a equilibrar las cosas; el Congreso deberá trabajar junto a la Administración para lidiar con estos sistemas de supervisión.



Artículo original, en inglés, en éste link

 

Sobre Brett Schaefer

Es analista de temas internacionales en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Schaefer se dedica al análisis extensivo de una serie de temáticas de política exterior, con foco en los programas de Naciones Unidas sobre afiliación y fondos. Con frecuencia, se presenta en medios de comunicación estadounidenses para comentar sobre el accionar y las actividades de la ONU. Sus trabajos también son publicados en el sitio web estadounidense The Daily Signal.