INTERNACIONALES : NIDIA OSIMANI

El sistema financiero internacional y la recurrente amenaza del colapso

La historia es repetida, y podría explicarse por el comportamiento de...

25 de Septiembre de 2018
La historia es repetida, y podría explicarse por el comportamiento de algunas variables macroeconómicas

La inflación, precios que se elevan más allá de lo estimado en los modelos, incremento sustancial del interés por financiamiento, adquisición a largo plazo de diversos bienes a modo de cobertura frente a la suba de su valor, políticas monetarias de estímulo y el ingreso de nuevos actores al mercado, son los indicadores de una nueva crisis traducida en burbuja y recesión con posibilidades de manifestarse entre mediados de 2019 e inicios de 2020.

Corea del Norte, Ciberguerra, CiberseguridadSin embargo, pocos analistas parecen advertir que el mayor peligro hoy es un factor exógeno al conjunto tradicional de fenómenos observables que clásicamente definieron los llamados ciclos económicos.

En esta nueva realidad, si bien la volatilidad de los mercados es muy alta, a lo que se suma el Brexit (salida de Gran Bretaña de la Unión Europea), y otros hechos no menos relevantes, el sistema financiero global cuenta con mayor liquidez, mayores cuotas de transparencia y un volumen superior de capitales.

Sin embargo, la guerra en el Quinto Dominio recién comienza. Los ciberataques, cada vez más potentes, más sofisticados, orientados a estructuras críticas, constituyen hoy la primera amenaza, dejando los puestos restantes a las variables tradicionales. Se adjudica a países como Irán, China, Rusia y Corea del Norte, gran parte de los hackeos, robos de datos, las serias alteraciones producidas a sistemas informáticos en los últimos años.

Paradójicamente, a pocos días de la denuncia formal y embargo que el Gobierno de los Estados Unidos trabara sobre las cuentas bancarias del hacker norcoreano acusado del ataque mundial del ransomware Wannacry, el nivel de riesgo del sistema financiero global, en lugar de atenuarse se ha elevado.

Este novedoso formato de terrorismo, desarrollándose a una velocidad abrumadora, digitada desde las más altas esferas del poder internacional y que cuenta con verdaderos ejércitos ocultos, pero plenamente activos en el ciberespacio, es lo primero que puede desencadenar una nueva crisis económica mundial que, dada su atipicidad, puede resultar mucho más compleja de resolver, demandando mayores tiempos de ajuste, y consecuentemente, mayores pérdidas, muchas de las cuales podrían ser irreversibles, haciendo sentir sus peores efectos sobre la población más vulnerable.

 
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