INTERNACIONALES : MACARIO SCHETTINO

México: transformación autoritaria

Continúa en México la cuarta transformación. No se trata simplemente de un cambio en orientación de las políticas públicas...

29 de Agosto de 2018
Continúa en México la cuarta transformación. No se trata simplemente de un cambio en orientación de las políticas públicas, ni una perspectiva distinta, como sentenciara Enrique Peña Nieto el lunes pasado, en el evento de inicio de transmisión de gobierno. Conforme ya hemos comentado, se trata también de un proceso de cambio político muy profundo, tan importante como lo fue el tránsito a la democracia iniciado en 1996, ratificado en la elección de 1997 y consolidado en 2000. 
 
Ahora, al contrario de entonces, el poder se concentra. Técnicamente, mediante el triunfo arrollador de una coalición encabezada por Morena. En los hechos, hacia una sola persona, que controla por completo lo que ocurre en esa organización política que no es un partido, y por lo mismo será el titular del Ejecutivo, legislador único, y cúspide de una estructura territorial paralela conformada por coordinadores regionales y estatales. 
 
México, López ObradorSin embargo, este proceso de restauración autoritaria no es hechura única de López Obrador y Morena. Hace más de seis años, nos ocupamos de alertar ante el riesgo de restauración con el regreso del PRI, que se reflejó en gobiernos cada vez más opacos, y como ahora sabemos, más corruptos. Cuando esto fue evidente, la población decidió enfrentarlo, derrotando a los candidatos de ese partido en 2016. Ahí, me parece, inicia con toda franqueza la restauración autoritaria. En 2017, la elección en el Estado de México le otorga la victoria al PRI, echando mano este espectro de todo tipo de trampas: desde acusar a sus adversarios de corrupción, incluyendo a su familia, hasta inventar partidos locales y candidatos independientes, pasando por la tradicional compra de votos y el voto corporativo. Por muy poco, pero lograron ganar. En Coahuila, ni así ganaban, de forma tal que asistimos al primer robo de una elección en veinticinco años. El Tribunal a modo certificó el asalto.
 
En 2018, repitieron el intento, y acusaron a su principal adversario, y a su familia, de lavado de dinero. Como eso no sirvió para el avance de su propio candidato, acabaron negociando el triunfo del otro autoritarismo. Con toda claridad lo dijo López Obrador, en el mismo evento del lunes, al agradecer que Peña Nieto no se hubiera metido en la elección. En realidad, quiso decir que no se metió en su contra, sino a su favor; pero, entre autoritarios, se entienden.
 
Se dejan ver partes de lo negociado. El PRI se roba Nuevo León completo: los dos principales municipios, más las senadurías, otra vez con respaldo de un Tribunal a modo. Sale Elba Esther de la cárcel. Se modifica el proceso contra Javier Duarte. Habrá quien vea en esto puras coincidencias, pero para quienes hemos conocido cómo funciona la justicia en México por décadas: está ya bien claro que cualquier sueño de contar con Estado de derecho en este país no es sino eso, un sueño.
 
México está en proceso de convertirse en una democracia iliberal, como ya hemos comentado aquí. Seguiremos llevando a cabo elecciones, pero ya no en igualdad de condiciones entre partidos, ni contando con información independiente. Ahora, existe un reflejo del alma nacional, que tendrá años enteros para hacer campaña, empleando no solamente su estructura territorial, sino la gran habilidad comunicacional de su líder. Para reducir la corrupción y el dispendio, dicen, habrá menos dinero a partidos, de forma que sólo el del gobierno tendrá recursos, como lo hizo el PRI en sus buenos años. Y la información, bueno, pues la transmitirán los reporteros que se portan “muy bien”, como les dijo el líder.
 
Los demás continuaremos padeciendo este proceso de limitación de libertad de expresión y de reunión, que los simpatizantes de López Obrador han promovido por décadas. Hasta ahora, desde la turba. No sé si mañana lo harán desde el gobierno.

 
Publicado originalmente en El Financiero (México, D.F.)
Sobre Macario Schettino

Se desempeña como Profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en Ciudad de México. Es colaborador editorial y financiero del matutino El Universal. Publica periódicamente en el sitio web del think tank estadounidense The Cato Institute, en español.