INTERNACIONALES : JAMES PHILLIPS

Golfo Pérsico: las amenazas de Irán y una eventual conmoción en los mercados mundiales del crudo

El comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, General Alireza Tangsiri

29 de Agosto de 2018

El comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, General Alireza Tangsiriadvirtió este próximo-pasado lunes que Irán mantiene control sobre el Golfo Pérsico, y que la Armada de los Estados Unidos nada tiene que hacer allí. Tangsiri declaró que Irán cuenta con un control total sobre el golfo, así como también sobre el Estrecho de Hormuz, que lleva hacia el primero. 'Podemos garantizar la seguridad del Golfo Pérsico, y no hay necesidad para la presencia de elementos foráneos como los Estados Unidos y otras naciones, cuyo domicilio no es aquí', agregó.

Aún cuando no queda claro a qué se refería el uniformado con 'control', lo cierto es que, durante mucho tiempo, la dictadura islamista de Irán ha venido amenazando con la clausura del Estrecho de Hormuz, de ser atacado, o si se diera el caso en que Teherán se viese incapacitada para exportar su propio crudo a través del estrecho. 

Irán, Golfo Pérsico, Estrecho de HormuzLa Administración Trump se ha propuesto el objetivo de recortar a cero las exportaciones de petróleo iraníes, a través de un sistema de sanciones que cobrará vigor a partir de noviembre, pero es improbable que se alcance ese objetivo, habida cuenta de que China y otras naciones -que rechazan las sanciones estadonidenses- continúan importando crudo procedente de Irán. 

Con toda probabilidad, las expresiones de Tangsiri consignen una señal de la confianza de Teherán de cara a su fuerza militar; o bien un acto destinado a subrayar el rechazo iraní a las sanciones, que Washington ha prometido potenciar. Como también podría comportar el objetivo de disuadir a Estados Unidos ante la posibilidad de que tome medidas más duras contra Teherán; y también la meta podría coincidir con optimizar los ingresos obtenidos en exportación de crudo, alterando el precio del barril en los mercados con declaraciones altisonantes.

Así las cosas, el Estrecho de Hormuz es uno de los nodos de tránsito marítimos más importantes en el planeta. Aproximadamente 18.5 millones de barriles de crudo -esto es, más del 30% del crudo transportado por mar- transitó el estrecho solamente en 2016.  El estrecho es la vena yugular a través de la cual el grueso de las exportaciones de crudo procedente del Golfo Pérsico fluye hacia Asia y Europa. Aún cuando Estados Unidos ha reducido significativamente su dependencia ante las exportaciones de crudo, un incremento violento en el precio del barril provocaría un daño económico de proporciones, y ha de tomarse en consideración que muchos aliados de Washington en Europa y Asia importan porciones sustanciales para sus necesidades económicas, de esta región. En oportunidad de la guerra entre Irán e Irak, ambos lados atacaron instalaciones petroleras de su oponente, como también instalaciones destinadas a logística. Irán atacó a los buques-tanque del neutral Kuwait, y también a sus terminales portuarias. De igual manera, sembró -de manera clandestina- minas anfibias en vías utilizadas en el Golfo Pérsico, mientras que su aliado Libia hizo lo propio en el Mar Rojo.

Estados Unidos derrotó a las tácticas iraníes, modificando la bandera de los buques-tanques kuwaitíes, despejando las minas depositadas por Irán, y escoltando a buques a lo largo del Golfo Pérsico. Pero una cifra importante de navíos comerciales acusaron daños importantes en lo que fue llamada como la 'Guerra de los Buques-tanque' entre 1984 y 1987. 


Así es que, si Irán intentase obstaculizar la logística internacional de crudo en el estrecho, la Armada de los Estados Unidos y fuerzas aliadas tomarían medidas decisivas para reabrir las vías comerciales 'en cuestión de días', conforme lo señalado por el Almirante James Stavridis, ex comandante supremo de OTAN.

De todas maneras, la protección de los sistemas logísticos a través del estrecho no sería sencillo. Irán se jacta de contar con un amplio arsenal de misiles antinavío, de diseños chino y ruso, que ciertamente consignan una importante amenaza contra buques-tanque civiles, así como también contra naves de guerra. En tal escenario, los misiles desplegados por Irán en su franja costera serían complementados por bombas y misiles guiados por láser -eventualmente disparados por aeronaves militares de Teherán -que también cuenta con bombas guiadas por televisión. 


Adicionalmente, Irán también cuenta con minas antibuque, incluyendo un modelo de minas moderno, ampliamente superior a las del estilo de las minas de contacto empleadas desde la Primera Guerra Mundial y en los años ochenta. Las minas podrían ser desplegadas por los tres submarinos iraníes de clase Kilo, otros tantos minisubmarinos, helicópteros o pequeñas lanchas rápidas disfrazadas de embarcaciones pesqueras. Las fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria de Irán han desarrollado tácticas de swarming o enjambre, empleando botes de ataque rápido, y podría desplegar comandos navales entrenados para atacar utilizando pequeños botes, minisubmarinos, e incluso utilizando aparatos del tipo Jet Ski.

Más aún; la Guardia Revolucionaria también cuenta con equipos de demolición submarina con capacidad de atacar a navíos anclados, a plataformas petroleras, y otras instalaciones. Amén de amenazar al Estrecho de Hormuz, Irán ha incrementado su capacidad para provocar disrupción en los sistemas logísticos de crudo a través del Estrecho Bab el-Mandeb, en el cuadrante sur del Mar Rojo. La Guardia Revolucionaria, como es sabido, ha trabajado íntimamente con los rebeldes hutíes de Yemén, quienes ya han ejecutado misiles antibuque, ataques en botes pequeños, y han detonado botes-bomba de forma remota contra navíos estacionados en las costas de su país.

Las recientes amenazas compartidas por la Guardia Revolucionaria consignan un recordatorio de que Irán ciertamente mantiene la capacidad no solo de amenazar a sus vecinos inmediatos, sino también al circuito marítimo internacional, a las exportaciones globales de petróleo, y a las economías de todo país que dependa seriamente de las importaciones petroleras -sin importar en qué geografía se localicen.



Artículo original, en inglés, en éste link

 

Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.