INTERNACIONALES : MADYSON HUTCHINSON POSEY & ANTHONY B. KIM

Túnez, prueba de que la democracia puede funcionar en el mundo árabe

Mientras que la turbulencia social y conflictos de variada índole...

07 de Agosto de 2018

Mientras que la turbulencia social y conflictos de variada índole han logrado prevalecer en no pocas geografías de Oriente Medio desde acontecida la Primavera Arabe de 2011, Túnez ha buscado afanosamente consolidar una transición hacia la democracia, sin mediar baño de sangre alguno. En 2014, el país avanzó a pasos agigantados, adoptando una nueva constitución, y luego llevando a cabo sus primeras elecciones parlamentarias bajo el mandato de esa misma carta magna.

Presidente de TúnezTal como normalmente sucede con cualquier democracia joven, el gobierno de Túnez continúa haciendo frente a desafíos de magnitud. Al tope de la lista de pendientes del gobierno, revistan la faena de revitalizar la economía y de construir confianza para que el público se aferre al sistema democrático. Esta meta no es poco ambiciosa, y los líderes del gobierno habrán de seguir trabajando junto a la robusta y vibrante sociedad civil tunecina, y con su juventud, para lograr que su democracia funcione.

El surgimiento de oportunidades laborales y de entrenamiento para los jóvenes son factores particularmente cruciales, conforme estos últimos representan un amplio sector de la población. La juventud, asimismo, es el futuro de Túnez. A los efectos de solidificar el respaldo de esta por la democracia, es vital que, desde temprano, los jóvenes tunecinos experimenten los beneficios de una economía libre. Cualquier fracaso a la hora de satisfacer estas expectactivas podría resultar en una desilusión generalizada con la democracia, nutriendo riesgos de inestabilidad.

En un andarivel económico más amplio, deberán también llevarse a cabo reformas estructurales de manera decisiva, para probar que el flamante sistema democrático puede llevar una prosperidad creíble y mensurable para los ciudadanos tunecinos de a pie.

En el pasado, Túnez se ha respaldado en créditos internacionales a efectos de potenciar su economía, a la sombra del incremento en los precios del crudo y un turismo en retroceso. Sin embargo, un fallo a la hora de optimizar las actuales condicioens económicas tiene menos que ver con el apoyo financiero recibido de parte de socios internacionales, y más que ver con los propios desperfectos de Túnez, particularmente en lo que se refiere al mantenimiento de reformas de carácter crítico. Se precisan más reformas del sistema regulatorio para garantizar crecimiento económico y para abrir la puerta a todos los tunecinos ante novedosas oportunidades económicas.

Para los Estados Unidos, el solo hecho de que Túnez se abrace a un sistema democrático convierte a este país en un activo con inmejorable potencial. Si Túnez se vuelve estable y democrático, no solo podrá oficiar de aliado estratégico de Washington, sino que también servirá de modelo para futuras democracias en la región.

Desde la revolución de enero de 2011, Estados Unidos ha comprometido más de US$ 1.4 mil millones en asistencia financiera para respaldar la transición de este país hacia la democracia. El apoyo financiero de Estados Unidos para Túnez ha puesto el foco en una matriz de áreas de importancia crítica, que involucran el resgardo y la optimización de la seguridad interna y externa de esta nación, la promoción de prácticas democráticas para un buen gobierno, y en el respaldo de un crecimiento económico sustentable.

El éxito de Túnez, su acercamiento a la democracia y la libertad económica también consignarán un éxito para los Estados Unidos. En una presentación conjunta llevada a cabo en 2015, los analistas del think tank estadounidense The Heritage Foundation, Kim R. Holmes y William B. Taylor, del Instituto Para la Paz, explicitaron con contundencia que Túnez es un aliado crítico en una región donde los aliados con democracia y economías estables son escasos, y particularmente necesarios.

Y eso sigue siendo cierto, al día de hoy. Los socios efectivos y que se reconocen estratégicos trabajan en conjunto para tomar decisiones difíciles que sirvan para hacer frente a problemas de magnitud, pero consolidando cambios significativos.

Estados Unidos y Túnez deberán continuar abrazándose a esta desafiante sociedad, conforme ambas naciones logran avanzar. El resultado puede coincidir con Túnez sirviendo como remarcable ejemplo de democracia en el amplio mundo árabe.



Artículo original, en inglés, en éste link

 

Sobre Anthony B. Kim

Es investigador de temas económicos en la Fundación Heritage, Washington, D.C., con foco en librecomercio y libertad económica. Como analista senior de libertad económica en el Centro para el Comercio Internacional y la Economía (CITE), Kim es responsable principal de coordinación para la preparación del Indice de Libertad Económica. Sus trabajos son publicados en el sitio web The Daily Signal.