INTERNACIONALES : ANA R. QUINTANA & MACARENA MARTINEZ

México: la violencia electoral pone en jaque a la democracia

Hoy domingo, México espera llevar a cabo las elecciones para la presidencia del país...

01 de Julio de 2018

Hoy domingo, México espera llevar a cabo las elecciones para la presidencia del país y un aproximado de tres mil puestos electivos. Pero ni siquiera los dirigentes políticos que se han ofrecido como candidatos son inmunes a un pernicioso esquema de violencia que se ha adueñado de la realidad cotidiana.

Hasta el momento, solo en el actual ciclo electivo, 130 candidatos han sido asesinados, y centenares han sido agredidos físicamente desde septiembre. Los aspirantes a puestos de nivel local son el objetivo del grueso de la violencia. 

Aaron Varela Martíinez, entonces candidato para el estado mexicano de Puebla, fue ultimado en marzo. Candidato por el partido Morena, su eslogan anticorrupción rezaba 'No mentir, no traicionar, y no robar'. Sin que se conozca cuál es la organización específica que se halla tras los asesinatos, aspirantes y funcionarios en la mira suelen ser aquellos que piden por el fin de la corrupción y el delito.

López Obrador, MéxicoEl homicidio más reciente tuvo lugar el 21 de junio. el candidato del PRD (Partido Revolucionario Democrático), Fernando Angeles Juárez, se registró solo una semana antes de las elecciones generales. Angeles Juárez llevó adelante una plataforma anticorrupción y contra la delincuencia organizada. Su asesinato condujo al arresto de la totalidad de la fuerza de policía local por parte de autoridades federales en la ciudad de Ocampo, en Michoacán. Nadie ha sido acusado de ser el perpetrador del homicidio, pero las autoridades federales sospechan que la fuerza policial local se exhibe en franca connivencia con el crimen organizado, y ello fue causa del asesinato. 

El homicidio de la alcalde María Santos Gorrostieta en 2012 llegó a los titulares en los medios de comunicación del planeta. Gorrostieta, quien representaba a una ciudad en el estado de Michoacán -uno de los que hoy se muestran más acorralados por el delito- supo proyectar una línea dura contra los cárteles de la droga. Gorrostieta sobrevivió a dos intentos de homicidio, perdiendo la vida su esposo en uno de ellos. En 2012, se marcó nuevamente a Gorrostieta para ser asesinada, esta vez con éxito. Seis años más tarde, los homicidas de la ex dirigente aún no han sido individualizados. Esta suerte de esquema de corrupción continúa siendo un asunto de primera magnitud en la totalidad de los niveles del gobierno mexicano.

La espeluznante desaparición de 43 estudiantes es un caso tristemente ejemplar, en donde dirigentes políticos se conjuntan con organizaciones criminales. En septiembre de 2014, los estudiantes se trasladaban desde una zona rural del país, hacia Ciudad de México, para asistir a un funeral programado. En el camino, fueron interceptados por oficiales corruptos de la policía, que trabajaban para funcionarios políticos igualmente corruptos. A la postre, los agentes de la fuerza entregaron a los estudiantes a otro grupo criminal, que asesinó a la totalidad de ellos y prendió fuego a los cadáveres -a los efectos de ocultar la evidencia de las muertes. Al cumplirse el cuarto aniversario de la desaparición de los estudiantes próximamente, el caso continúa sin ser resuelto.

En el día de la elección nacional, la ciudadanía mexicana sigue exhibiéndose fuertemente dividida entre sus opciones para la presidencia, aún cuando el candidato de izquierdas, Andrés Manuel Lopéz Obrador (conocido bajo el acrónimo AMLO) encabeza, por estas horas, las encuestas. Sin embargo, un factor que contribuye a disolver las profundas divisiones en suelo mexicano es la percepción de que se necesitan medidas urgentes para morigerar los episodios de violencia, la corrupción y el auge de las organizaciones criminales de proyección transnacional. Sin importar quién sea el triunfador, la prioridad para la nueva Administración deberá coincidir con el combate de los referidos flagelos, y con la creación de oportunidades económicas para la ciudadanía.

 

El corrupto sistema político en México, conforme se ve claramente, ha puesto en jaque a la democracia del país.


Artículo original, en inglés, en éste link

* Desarrollado con la colaboración de Macarena Martínez, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C.

 

Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales