ESTADOS UNIDOS: SEN. CHUCK GRASSLEY

Mis preguntas a Mark Zuckerberg: ¿cómo manipula Facebook la información personal de los usuarios?

La historia y el crecimiento de Facebook consignan una suerte de espejo...

11 de Abril de 2018
La historia y el crecimiento de Facebook consignan una suerte de espejo para muchas de las firmas tecnológicas de los Estados Unidos de América.
 
Fundada por Mark Zuckerberg en 2004, Facebook ha estallado, durante los últimos catorce años. En la actualidad, Facebook cuenta con 2.13 mil millones de usuarios activos al mes, en todo el mundo; más de 25 mil empleados, y oficinas en trece ciudades estadounidenses y otros muchos países.
 
Mark ZuckerbergAl igual que con su base de usuarios en franco aumento, la información recopilada sobre usuarios de Facebook también se ha disparado. Así ha sucedido en universidades, escuelas y estatus de relaciones personales. Hoy día, Facebook cuenta con accesos a docenas de nodos informativos, que van desde la medición de los avisos en los que Usted hace click, los eventos a los cuales ha asistido, y llegando hasta su locación -basándose sus sistemas en los datos proporcionados por el teléfono móvil que Usted utiliza.
 
No es secreto que Facebook hace dinero con ese volumen de información, a través del ingreso por publicidad; aunque muchos parecen mostrarse confundidos por este hecho -o bien lo desconocen. Facebook generó ingresos por US$ 40 mil millones en 2017, y el 98% de esa cifra proviene de anuncios publicitarios insertados en Facebook e Instagram.

La recolección significativa de información también tiene lugar en Google, Twitter, Apple y Amazon. Un portafolio de servicios y productos en permanente expansión, ofrecido por estas firmas, garantizan oportunidades de magntiud para que esas mismas organizaciones incrementen cada vez más datos sobre sus clientes.
 
A medida que obtenemos una mayor cantidad de servicios gratuitos o bien de bajo costo de adquisición, el consumidor promedio en los Estados Unidos parece aceptar aquéllo, pero proporcionando cada vez más información personal.
 
El potencial para el futuro crecimiento e innovación respaldado en la recolección de información no tiene límites. Sin embargo, el potencial para que se cometan abusos también es significativo.
 
Mientras que los prolegómenos de Cambridge Analytica siguen saliendo a la luz, ha habido un notorio quiebre en la confianza del consumidor y, con toda probabilidad, una transferencia inapropiada de información. El Comité de Asuntos Judiciales en el Senado de los EE.UU. está llevando a cabo, en estos días, audiencias separadas para explorar la cuestión de Cambridge, y otras, que remiten a la privacidad de los usuarios.
 
Más importante aún, estos eventos han dado inicio a una discusión más amplia, vinculada a las expectativas de los consumidores y al futuro de la privacidad de la información en nuestra sociedad. Ha quedado expuesto que los consumidores no comprenden ni aprecian la dimensión completa del problema, ignorando hasta qué punto sus datos son recolectados, protegidos, transferidos, utilizados o manipulados de manera errónea.
 
Se ha utilizado información para desarrollar campañas publicitarias y políticas por décadas. La cantidad y categoría de información obtenida, sin embargo, ha transitado cambios dramáticos.
 
Las campañas políticas, incluyendo las de los presidentes George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump, todas por igual, han recurrido a estas cantidades crecientes de datos, a los efectos de enfocarse en formatos de microtargeting y de personalización en numerosas plataformas de redes sociales -especialmente Facebook.
 
En rigor, la campaña del presidente Obama desarrolló una aplicación que utilizaba las mismas características de Facebook y Cambridge Analytica, con miras a capturar información originada no solo en usuarios de aplicaciones, sino de millones de sus amigos. El director digital de la campaña Obama for America 2012 describió la aplicación de recolección de datos como algo que 'terminará siendo la más novedosa herramienta tecnológica en desarrollo para esta campaña'.
 
Si bien la efectividad de estas tácticas en redes sociales puede debatirse, lo cierto es que su empleo en los últimos años -a lo largo del espectro político- y su importancia, no son motivo de duda.
 
Nuestra política en relación a la seguridad y la privacidad de la información debe mantenerse a tono con estos cambios. La privacidad en lo que respecta a datos debe ser ponderada en función de las necesidades y expectativas del consumidor.
 
Como mínimo, los consumidores deben contar con la transparencia necesaria para informarse previo a tomar decisiones en relación a si acaso compartir sus datos, y deberá informársele cómo aquéllos serán utilizados. Los consumidores deberán contar con información clara, no con políticas opacas y laberínticas páginas que expliciten consentimiento.
 
La industria tecnológica comporta la obligación de responder ante la creciente oleada de preocupación sobre la privacidad y seguridad de datos, a los efectos de restaurar la confianza del público. El status quo ya no es una fórmula aceptable.
 
Más todavía, el Congreso de los Estados Unidos de América deberá determinar cómo fortalecer los estándares de privacidad, con el objeto de garantizar la transparencia y la comprensión para los miles de millones de consumidores que utilizan estos productos.


Artículo original, en inglés, en éste link


Chuck GrassleyChuck Grassley (@ChuckGrassley) es Senador por el estado americano de Iowa por el Partido Republicano, y se desempeña como presidente del Comité de Asuntos Judiciales del Senado de los Estados Unidos de América