INTERNACIONALES: JOSH MESERVEY

Somalia: fuerzas kenyatas habilitan movimientos de dinero hacia organización terrorista

Las Fuerzas de Defensa Kenyatas han sido desplegadas en Somalia desde 2011...

04 de Abril de 2018

Las Fuerzas de Defensa Kenyatas han sido desplegadas en Somalia desde 2011, a los efectos de ejecutar operaciones contraterroristas. Sin embargo, un reciente informe desarrollado por Naciones Unidas acusa a los kenyatas de continuar con la inveterada práctica de habilitar el comercio de turba en Somalia -actividad prohibida por ONU en 2012, habida cuenta de que generaba divisas frescas para al-Shabab, núcleo terrorista islamista contra el cual, irónicamente, Kenya se ha involucrado en amargos combates.

Al-Shabaab, terrorismo africanoDesde que llegara a conocimiento del público mundial en 2006, al-Shabab (afiliado a al-Qaeda) ha perpetrado centenares de ataques en el seno de Somalia, ganándose la designación del Departamento de Estado americano de organización terrorista, en 2008. En octubre de 2017, ejecutó uno de los ataques terroristas más letales en la historia, cuando dos camiones cargados con explosivos pusieron fin a la vida de más de quinientas personas en Mogadiscio, capital de Somalia.

Con frecuencia, el grupo ataca en cercanías de Kenya, llevando a cabo algunas de las peores masacres padecidas por esa nación. La toma de rehenes ejecutada por la organización -episodio que tuvo lugar en el centro comercial Westgate en Nairobi, en septiembre de 2013- condujo a casi setenta muertes y casi destruyó el edificio por completo.

En 2015, al-Shabaab asesinó a un total de 147 personas -mayormente estudiantes- en la Universidad Garissa, al este de Kenya. Asimismo, el grupo ha secuestrado a ciudadanos kenyatas y extranjeros por igual en Kenya, y ha atacado a trabajadores dedicados a la asistencia humanitaria en la periferia del campo de refugiados de Dadaab. En réplica al crecimiento emergente de al-Shabaab, la Unión Africana estableció, en 2007, una fuerza multinacional para el mantenimiento de paz en Somalia, conocida como AMISOM, a criterio de intentar recuperar control de territorios hasta entonces en manos de al-Shabab, y estabilizar a la región. Tras invadir Somalia en octubre de 2011 en su propia campaña versus al-Shabaab, Kenya fusionó fuerzas propias con las de AMISOM, el siguiente año.

AMISOM tuvo éxito en su misión de expulsar a al-Shabab de sus principales posiciones, aunque el núcleo aún controla una porción significativa de territorio al sur de Somalia. Las fuerzas kenyatas incluso liberaron el puerto de Kismayo, uno de los más importantes puertos en Somalia para la exportación de turba. Algunos estimaban que la recaptura de esa terminal portuaria consignaría un golpe letal para al-Shabaab, dada su dependencia financiera ante la misma. Pero éste no ha sido el caso.

En lugar de reforzar el cumplimiento de las normas de prohibición emitidas desde Naciones Unidas al respecto del comercio de turba, las fuerzas kenyatas -según se ha informado- toleraron su continuidad, a cambio de mantener para sí una tajada del negocio. Los kenyatas perciben un aproximado de US$2 por bolsa, y podrían estar llevándose casi US$ 12 millones al año gracias a ese acuerdo de palabra. De tal suerte que la colaboración de las fuerzas kenyatas habilita a al-Shabab para que se anote suculentas ganancias con la turba. En lo que ha consignado una estimación conservadora, Naciones Unidas ha evaluado que el grupo terrorista se lleva no menos de US$ 10 millones anuales, sobre la cifra de entre 4.5 millones y 6 millones de bolsas de turba exportadas anualmente. Principalmente, al-Shabab se beneficia de la percepción de impuestos a vehículos que transportan la turba hacia ciudades portuarias -como Kismayo- para exportación.

La lucha contra al-Shabab ya es ardua, en virtud de los elevados niveles de corruptela y la disfuncionalidad del gobierno somalí, y su evidente falta de progresos a la hora de crear un ejército nacional eficiente para el país. El hecho de que las fuerzas kenyatas se rehúsen a reforzar la prohibición sobre la turba solo hace que la faena sea aún más difícil. Por sobre eso, el dinero que ingresa en sus arcas viene de la mano con un alto costo en vidas -tanto kenyatas como somalíes.


Artículo original, en inglés, en éste link


 

Sobre Joshua Meservey

Es analista de políticas públicas relativas al AfricaMedio Oriente, para el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Sus análisis son publicados en la web The Daily Signal.