INTERNACIONALES: OLIVIA ENOS & SO YEON LEE

Camboya está perdiendo su democracia: será hora de sanciones más duras

El Partido del Pueblo de Camboya, actualmente en el poder, se quedó con la totalidad de las 58 bancas...

21 de Marzo de 2018

El Partido del Pueblo de Camboya, actualmente en el poder, se quedó con la totalidad de las 58 bancas en disputa en las recientes elecciones para el senado. Los analistas no fueron sorprendidos por el resultado, habida cuenta de que la democracia en ese país ha venido registrando una espiral descendente desde las elecciones de julio de 2013 -y los prolegómenos fueron a peor a partir del arresto del principal líder de la oposición, Kem Sokha, en septiembre pasado.

Camboya, Hun Sen, primer ministroLos Estados Unidos de América y la comunidad internacional habrán de monitorear de cerca el precipicio institucional de Camboya, y poner en marcha medidas que contribuyan a sindicar como responsables de la situación al líder político camboyano, Hun Sen (foto), y al Partido del Pueblo de Camboya. Ya muchos de estos hechos se han registrado en los últimos seis meses, los cuales allanaron el camino para una nueva victoria electoral del partido oficialista.

El 6 de octubre de 2017, el Ministerio del Interior camboyano realizó una presentación judicial para disolver al partido de oposición, afirmando que el Partido Nacional por el Rescate de Camboya se había conjuntado con el gobierno de los Estados Unidos de América para derribar al gobierno en ejercicio. El espacio político opositor fue oficialmente disuelto por la Corte Suprema de Camboya, el 16 de noviembre.

Amén de haber disuelto a la oposición, Hun Sen comenzó a reprimir a la sociedad civil, clausurando el principal matutino impreso en idioma inglés, el Cambodia Daily, amenazando y luego expulsando del país a agencias internacionales de monitoreo electoral, como fue el caso del National Democratic Institute. Tales maniobras pertenecen al manual político de Hun Sen, en la cual se reprime a voces que potencialmente podrían asistir a la oposición, al acercarse algún acto comicial.

La respuesta del gobierno de los Estados Unidos al desmoronamiento de la democracia en Camboya se ha endurecido. Inmediatamente después de la disolución del Partido Nacional por el Rescate de Camboya en noviembre, el gobierno de EE.UU. retiró su apoyo en el desarrollo de las elecciones presidenciales del pasado 29 de julio. Luego, ya en diciembre pasado, el Departamento de Estado emitió una restricción de visados para funcionarios del gobierno camboyano.

Y, precisamente la pasada semana, en respuesta a la nula transparencia registrada en los comicios del 25 de febrero, la Casa Blanca anunció su decisión de 'suspender o recortar, de manera significativa, numerosos programas estadounidenses de asistencia en el orden del Tesoro, vinculados con USAID y con asistencia militar, programas que tenían el objetivo de respaldar al Departamento General de Impuestos, la capacidad de las autoridades del gobierno local, y a las fuerzas armadas camboyanas (...), siendo que cada uno de los citados elementos se ha visto vinculado a estos retrocesos'.

Tanto la rama ejecutiva como el congreso han, sin embargo, se han quedado cortos en la sanción de funcionarios camboyanos dado su involucramiento en actos que comprometieron la democracia en su país. Aún cuando la amenaza de sanciones podría conducir a un cambio en el cálculo decisional de Hun Sen, es posible hacer mucho más.

En primer lugar, el gobierno de los Estados Unidos debería amenazar -y luego, cumplir- con un sistema de sanciones específicas contra funcionarios sobre quienes se detecte estén comprometiendo a las instituciones democráticas en Camboya. En segundo orden, Estados Unidos habrá de continuar presionando, tanto en el ámbito público como en el privado, para lograr la liberación de Kem Sokha, previo a las elecciones presidenciales de julio. Tercero: Estados Unidos deberá presionar a Hun Sen para que garantice acceso a ONGs internacionales que puedan seguir de cerca los comicios.

La situación en Camboya es pesimista. Sin que se registre un esfuerzo coherente y continuado de parte de los Estados Unidos y actores clave en el concierto internacional -como ser la Unión Europea-, los escasos vestigios de democracia que hoy se verifican en Camboya podrían perderse, para siempre.

 



Artículo original, en inglés, en https://www.dailysignal.com/2018/03/15/cambodia-losing-democracy-time-tougher-sanctions/

 

Sobre Olivia Enos

Es asistente en investigación en el Centro de Estudios Asiáticos en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos se publican en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos).