POLÍTICA ARGENTINA: MATIAS E. RUIZ

Argentina y la mutación de los liderazgos: cambios en el control de los servicios de inteligencia

La síntesis del presente texto remitía, inicialmente, a la mutación y recurrente proceso...

14 de Marzo de 2018
Del campo de las neurociencias:

El líder ya no encarna cargo formal, jefatura ni control, sino más bien un rol y una acción que cualquier individuo puede ejercer desde su posición, a los efectos de influir en otros y de motorizar ideas y procesos. Una persona ya no es líder; lidera. Ya no se encuentra arriba ni en el centro; no se sitúa siquiera en las estructuras, sino que forma parte del círculo donde se piensa y se produce la acción.

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La síntesis del presente texto remitía, inicialmente, a la mutación y al recurrente proceso de decadencia que hace a los servicios de información en la República Argentina. Sin embargo, deviene en imperativo categórico sumergirse en el abordaje de conceptos novedosos en materia de liderazgo -que, invariablemente, impactan en la temática de referencia.
 
Así, pues, luego de la Segunda Guerra Mundial, se popularizó la sentencia que rezaba: 'La prostitución y la inteligencia son las dos actividades más antiguas del mundo. La única diferencia entre ambas es que una de ellas carece de principios'.
 
Ex SIDE, Inteligencia, Espionaje, ArgentinaDicho esto, en ocasiones pareciera ser que aquellos que portan el disfraz de espía han sido condenados a, indefectiblemente, ser percibidos como hombres y mujeres carentes del menor atisbo de honor y códigos. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser ésta -coincidiendo la opinión generalizada con el retrato hollywoodense del espionaje, que se sintetiza en inacabables ejercicios kafkianos de traición recíproca.
 
A efectos de arrojar luz sobre ciertas realidades, será necesario precisar que el idioma universal de los operadores del espionaje hace las veces de mano de truco viciada de actos intrincados con la meta de derrotar al oponente. No obstante ello, el tradecraft involucra una esencia de inquebrantable lealtad entre antiguos adversarios.
 
Ya en un andarivel más operativo del análisis, desde 1983 hasta la fecha, comenzarían a confluír los 'profesionales' con los 'favores políticos'. Como es obvio, la referencia remite a la ex Secretaria de Inteligencia de Estado (SIDE).

De tal suerte que, al extremismo de derecha del Proceso de Reorganización Nacional se le sumaría luego la columna de la tristemente célebre 'Coordinadora' con asiento en la Unión Cívica Radical (cuyo protagonista central fuera Enrique 'Coti' Nosiglia) y, más adelante, la Variante Menemista (Hugo Anzorreguy; 'Tata' Yofre). La que sería seguida tiempo después por la fugaz pausa personificada en Fernando De la Rúa (Alianza), rematando con la 'ocupación' kirchnerista -cuyos cerebros portaban consigo el poco sutil objetivo de vaciar cajas y volcar todo esfuerzo existente de inteligencia a promocionar el programa socialista-latinoamericanista del Modelo K.
 
Asoma, entonces, una conclusión: esta apretada síntesis certifica que deviene en virtualmente imposible gobernar una estructura a partir de visiones e ideas precisas, cuando los orígenes de esa misma estructura exhiben un carácter en extremo heterogéneo.
 
Adicionalmente, será menester apuntar que los servicios satélite de inteligencia en las Fuerzas Armadas han acusado un fenómeno de peculiar naturaleza. Los mencionados sobrevivieron a las décadas del ochenta y noventa bajo la premisa de mutar en 'útiles' y 'necesarios' pero, sin prisa pero sin pausas, terminaron siendo acorralados bajo normativas legales, so pena y amenaza permanente de disolución. Esto es precisamente lo que sucedió con los espectros del espionaje de Fuerza Aérea Argentina y Armada Argentina.
 
El Ejército, por su parte, acusó recibo de prolegómenos bastante diferentes. El ahora detenido General César Milani, al tiempo que exhibía alegremente la consolidación de modificaciones profundas en el proceder de la inteligencia militar -y que involucraban la manipulación de una multimillonaria contabilidad secreta-, confeccionaba un subsistema de inteligencia paralelo bajo su tutela -intrincado servomecanismo que, ahora mismo, es objeto de investigación judicial a partir de verificarse su participación en el Caso Nisman.
 
A posteriori, para muchos el diagnóstico remite a una ausencia declarada de servicios de información profesionales o a un escenario que, en el mejor de los casos, contabiliza activos ineficientes. ¿Es certera esta conclusión? Naturalmente que no.
 
'Hoy día, los servicios de inteligencia están ahí afuera; en la calle', apuntaría -no sin énfasis- una antigua fuente de consulta de este medio.
 
Un ejemplo inmejorable para ilustrar semejante escenario se halla en el libro intitulado 'Confesiones de un Desertor', de Víctor Ostrosvsky. La obra se circunscribe a una descripción pormenorizada del que ha sido calificado como el mejor servicio de información del planeta, el Mossad (HaMossad leModiʿin uleTafkidim Meyuḥadim, Estado de Israel), caracterizado por una estructura mínima de ejecutivos formales ('katsas'), y un mundo de patrióticos colaboradores y voluntarios diseminados por todo el globo (los denominados 'sayanim').
 
En idéntico tren de pensamiento, muchos han trazado paralelismos con la 'Inteligencia del Vaticano' en control de los sacerdotes jesuitas (precisamente, la Orden de Su Santidad Francisco), descripción que nada tiene de descabellado.
 
¿Se parece el escenario descripto al que hoy caracteriza a la República Argentina? En efecto; las similitudes son remarcables.
 
Mientras que la reformulación de la ex SIDE ha dado en llamarse Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y sus activos se ocupan del regenteo de la coyuntura, la inteligencia de Estado continúa siendo administrada por Jaime Stiuso -que tiene a disposición medios, redes y bases informativas de alcance letal.

En simultáneo, y a pesar de que el Servicio de Inteligencia Naval (SIN) fue disuelto por la gestión kirchnerista a partir de los prolegómenos y derivaciones de Trelew, lo cierto es que el liderazgo callejero es ordenado y conducido desde algún piso localizado en inmediaciones de la intersección entre Avenida Córdoba y Florida.

Y así se da en otras ramas del espionaje doméstico. 
 
Tomándose en consideración todo lo expuesto, habrá de comprenderse que, en la República Argentina, el control actual de la información reposa en activos o agentes externos que gobiernan sistemas y subsistemas de colaboradores, sin siquiera administrar presupuesto alguno. En la práctica, el liderazgo se pone en juego con rigor diario, quedando las estructuras formales en meros 'espías de escritorio'.
 
En paralelo, los servicios de información extranjeros toman parte de las mesas de intercambio de datos superfluos, pero la información profunda que sirve verdaderamente a quienes gobiernan es rastreada en los profesionales externos que manejan la informalidad del café de la esquina carentes de seguridad alguna, y que exhiben una pesada carga de exactitud en cada frase pronunciada.
 
¿Confluirán, alguna vez, las coyunturas con los profesionales? Es altamente improbable, habida cuenta de que jamás habrá dinero suficiente para pagar a 'los que saben'. Estos Caballeros del Open Source prefieren verificar lo actuado por ellos en los titulares de los matutinos o en los zócalos de los noticieros televisivos. Y acaso muchos de ellos así lo entiendan: están llamados a compartir un legado.

Muchos esperamos que no abandonen este plano de la existencia sin compartir antes sus memoriaspapiros.

 
Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.