INTERNACIONALES: DANIEL KOCHIS

Elecciones en Suecia: agresión rusa y aumento del delito, variables de influencia

Cuando los ciudadanos suecos se dirijan a las urnas en el próximo mes de septiembre...

02 de Marzo de 2018

Cuando los ciudadanos suecos se dirijan a las urnas en el próximo mes de septiembre, el escenario local llevará a argumentar sobre la influencia de variables tales como el aumento del delito y las preocupaciones sobre el comportamiento agresivo de Rusia, en los comicios. En enero, un hombre falleció en una estación de tren situada en las afueras de Estocolmo, luego de recoger una granada de guerra abandonada, la cual confundió con un juguete. En agosto de 2016, un niño británico de ocho años de edad fue asesinado en un ataque con granadas, en un departamento en la ciudad de Gothenburg, mientras visitaba a miembros de su familia.

Los ataques con granadas son, quizás, el ejemplo más perturbador en relación al aumento del delito en Suecia. La cifra de atentados con este tipo de explosivos ha aumentado dramáticamente, contabilizándose ocho en 2014, y una sorprendente cifra de 52 en 2016. Tales ataques han sido vinculados a pandillas y al crimen organizado y, en general, tienen por objetivo a las fuerzas de policía. Por ejemplo, en noviembre pasado, un individuo arrojó una granada a un grupo de oficiales de policía, en la ciudad sueca de Uppsala.

Estocolmo, SueciaLos ataques con explosivos, sin embargo, no consignan el único peligro asociado al imperio de la ley en Suecia. En octubre pasado, una comisaría de policía en el sur del país fue atacado con fuegos de artificio y piedras. La misma noche, el hogar de un agente del orden en la localidad de Vasteras, en cercanías de Estocolmo, fue atacada con una andanada de doce disparos de armas de fuego. Estos atentados contra las fuerzas de seguridad civiles difícilmente son los únicos ejemplos. Como tales, no sorprende que un reciente estudio de opinión -llevado a cabo por un sindicato de policías suecos- hallara que el 70% de los agentes de policía del país se sienten más vulnerables hoy día de lo que se mostraban dos años atrás.

En un intento por impedir los ataques con granadas, a partir de julio de 2017, Suecia aumentó las penas por portar y emplear granadas de mano ilegales. En el mes de diciembre, el gobierno sueco propuso una amnistía de tres meses (que habrá de dar inicio en octubre de 2018), a efectos de retirar ese material explosivo de las calles de la nación, aunque la propuesta aún deberá ser aprobada en el parlamento.

En otro apartado, la violencia en Suecia se ha disparado a tal punto que, en enero, el primer ministro sueco Stefan Lofven compartió detalles sobre la eventualidad de desplegar al ejército para aplastar los episodios. 'No será mi primer opción el traer a los militares, pero estoy preparado para hacer lo que sea necesario para lograr que el peligro del crimen organizado sea extinguido', dijo. De acuerdo al Consejo Nacional de Suecia para la Prevención del Delito, los incidentes violentos se incrementaron en 4.010 casos en 2017, comparándose esas cifras con 2016. Mientras que el país asistió a la disminución de delitos tales como robo, otros -en donde se incluye a los ataques sexuales- han visto un incremento significativo. 

En julio de 2017, el mayor festival de música de Suecia anunció que, a raíz de los ataques sexuales, cancelaría su edición 2018. En tanto es vital reconocer que el Estudio Sueco sobre el Delito solamente cubre las flagrancias informadas por la ciudadanía, el año 2017 fue testigo de un perturbador aumento del 10% en el número de violaciones informadas en Suecia, con 7.230 episodios denunciados en 2017, 663 más que en el año anterior.

El gobierno sueco apunta a consolidar una definición legal más amplia para el delito de violación, y a que se denuncien los incidentes con mayor periodicidad. Esta explicación es hoy tema de debate en Suecia. Muchos argumentan que los ataques sexuales en efecto se han disparado en el país, y que las denuncias no explican ese incremento, pero que 'la discusión abierta sobre el tema es reprimida por los tabús'. Sin dudas, la recurrencia del delito en Suecia continuará siendo el tópico de mayor preocupación en tiempos de campaña electoral. Una encuesta desarrollada por la firma sueca Sifo detectó que el delito es la variable que más preocupa a los ciudadanos suecos -realidad que mantendrá el tema en la palestra al sobrevenir las elecciones del otoño.

En esos comicios por venir, Lofven -socialdemócrata que se encuentra en el poder desde 2014- encabeza una coalición con el Partido Verde, en pos de la reelección. Estudios de opinión sobre preferencias anticipan que la coalición gobernante se hará de un 36.4% de los votos, por detrás del 39.2% que cosecharía la coalición de partidos conservadores encabezados por el Partido Moderado. El estudio refiere que el espectro populista de los Demócratas por Suecia se hará del 14.8% de los sufragios, y que el Partido de Izquierda (antiguamente conocidos como Partido Comunista de la Izquierda) obtendría el 7%.

Unos pocos partidos políticos, incluyendo a los Demócratas Cristianos y los Verdes, se ubican por debajo del mínimo necesario para obtener bancas en el parlamento. Si sucediera que estos partidos no alcanzaren a obtener bancas, la constitución de una coalición entre la centroizquierda (Verdes) y el centroderecha (Demócratas Cristianos) se haría más difícil.

Suecia ha transitado cambios de magnitud desde las últimas elecciones parlamentarias de 2014. El debate sobre la inmigración continúa bajo tratamiento en el país, luego del ataque terrorista de abril de 2017 en Estocolmo, que puso fin a la vida de cinco personas. El perpetrador del atentado, un ciudadano uzbeko, había recibido una negativa para obtener asilo, en junio de 2016. Cuando la policía se movilizó para deportarlo, en febrero de 2017, se refugió en la clandestinidad. Recientemente, salió a luz pública que el terrorista de Estocolmo se hallaba en contacto con miembros de carrera del Daesh (Estado Islámico), tayikos, antes y después de que condujo un camión contra una multitud en el centro de Estocolmo.

En simultáneo, Suecia se ha visto seriamente afectada por la crisis migratoria. Es un país de aproximadamente diez millones de personas, habiendo recibido 163 mil pedidos de asilo en 2015, en la cúspide de la crisis de los refugiados. En 2017, Suecia otorgó 135.459 permisos de residencia, siendo éste el mayor número de permisos (con un incremento del 35.5%) otorgados a auspicios de reunificación familiar. Por estas horas, Suecia ha aceptado más migrantes per cápita que ninguna otra nación europea.

Los efectos de la crisis migratoria en Suecia han impactado en las finanzas públicas, y ello llevó al gobierno de Lofven a reducir algunos beneficios para los migrantes recién arribados. Por lo general, los migrantes que arriban a Suecia tienen dificultades para ingresar al mercado laboral, lo cual consigna que los índices de desempleo son elevadas entre quienes llegan al país desde el extranjero, incluso después de una década de residir allí.

Los comicios de septiembre también se desarrollarán a la luz de la agresión perpetrada por la Federación Rusa. Conforme se describiera en el Indice de Fuerza Militar de los Estados Unidos (preparado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation), el punto cúlmine puede rastrearse hacia 2013:

En marzo de 2013, dos bombarderos rusos y cuatro jets de combate despegaron de San Petersburgo, y ejecutaron un ataque simulado en la región de Estocolmo. Expertos suecos han consignado que tal simulación, en rigor, involucraba un escenario en el que se ejecutaba un ataque con armas nucleares contra dos objetivos en Suecia.

La fuerza aérea sueca no respondió, conforme se hallaba en un bajo estado de alerta en el receso de las Pascuas. En lugar de ello, OTAN desplegó dos jets de combate daneses desde una base en Lituania, a los efectos de interceptar a las aeronaves rusas.

En 2014, Suecia intentó -sin éxito- localizar un submarino extranjero (del que se pensaba era de origen ruso) que merodeaba por sus aguas territoriales. La consecuencia de estos incidentes vinculados a la seguridad, junto con la invasión rusa de 2014 en Ucrania, han dado pie a que Suecia comenzara a invertir en la Defensa. En 2016, reintrodujo una fuerza militar permanente en la estratégica isla de Gotland, en el Mar Báltico. En septiembre pasado, Suecia ofició de anfitrión en lo que fueron los más amplios ejercicios militares en 23 años, en conjunto con fuerzas de Finlandia, Dinamarca, Estonia, Latvia, Lituania, Francia, Noruega, y 1.300 elementos de las fuerzas armadas estadounidenses.

En diciembre, Suecia anunció la creación de su primer nuevo regimiento (a estacionarse en Gotland) desde la Segunda Guerra Mundial. El ministro de Defensa Peter Hultqvist expresó que la decisión de crear ese recimiento fue resultado del 'empeoramiento de la situación' regional. El deteriorado carácter de seguridad también ha empujado a Suecia a invertir US$ mil millones adicionales en gastos para la Defnesa, a lo largo de los próximos tres años.

La agresión rusa ha vigorizado el debate público en Suecia, en lo que respecta a la pertenencia a OTAN. Un estudio de opinión de 2017 -desarrollado por el Pew Research Center- halló que el 47% de los ciudadanos suecos encuestados se mostraban a favor de la membresía a OTAN, registrándose un rechazo del 39%, y un 14% de indecisos. El gobierno de centroizquierda en ejercicio ha buscado cada vez mayores vínculos -y más cercanos- con OTAN, pero su respaldo por la membresía sueca a la Alianza fue declaradamente escaso. Los cuatro partidos de oposición -del centroderecha; el Centro, los Demócratas Cristianos, los Libertarios y Moderados- respaldan todos, en conjunto, la posibilidad de que Suecia adhiera a OTAN.

En junio pasado, el presidente ruso Vladimir Putin amenazó abiertamente a Suecia, declarando que, si acaso ese país se adhiriera a OTAN, 'interpretaremos que es una amenaza adicional contra Rusia, y habremos de ponderar cómo eliminar esta amenaza'. Quizás no represente sorpresa que las autoridades suecas, de acuerdo a informes, planeen enviar panfletos con material de defensa civil a casi cinco millones de hogares.

La amenaza encarnada por Rusia involucra propaganda y desinformación, y consigna una particular preocupación de cara a los próximos comicios.

 

El pasado mes, Suecia anunció la creación de una nueva agencia, a efectos de contrarrestar la propaganda rusa. Al anunciar planes para la nueva entidad, Lofven expresó que la misma habrá de potenciar el trabajo ya existente a cargo del servicio de inteligencia sueco y de los servicios de seguridad federales. Con menos de siete meses hasta los comicios parlamentarios, las encuestas refieren que el resultado exhibe un virtual empate técnico.

Mientras los votantes evaluarán el peso de las políticas económicas oficiales -incluyendo impuestos y aspectos vinculados a la seguridad laboral- al decidir su voto, las preocupaciones en materia de seguridad -que involucran al aumento del delito y a la agresión por parte de Moscú- están llamadas a desempeñar un rol definitivo a lo largo del año, afectando eventualmente los resultados.



Artículo original, en inglés, en http://dailysignal.com/2018/02/21/russian-aggression-rising-crime-rates-factor-swedish-elections/

 

Sobre Daniel Kochis

Es Analista de política exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Su trabajo es publicado también en el sitio web The Daily Signal.