INTERNACIONALES: A. QUINTANA & DR. J. CARAFANO

Rex Tillerson: esfuerzos con miras a obstaculizar el avance de los adversarios de EE.UU. en América Latina

El Secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, acaba de clausurar su periplo multinacional por la América Latina...

09 de Febrero de 2018

El Secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, acaba de clausurar su periplo multinacional por la América Latina y, bajo prácticamente cualquier punto de vista, las jornadas consolidaron un sonoro éxito. Extrañamente, los titulares no reflejaron la exitosa visita a Tillerson a líderes en México, la Argentina, Colombia, Perú y Jamaica.

Como tampoco esos titulares han dedicado mayor espacio a las recientes declaraciones del Canciller de México, Luis Videgaray, quien expresara que la relación de su país con la Administración Trump se caracteriza por una mayor cercanía que la que había con el anterior presidente estadounidense. Se trató de un comentario compartido por Tillerson en la Universidad de Texas, Austin, previo al periplo latinoamericano, refiriéndose al éxito y a la vigencia de la Doctrina Monroe. Como es costumbre, los críticos de la Administración Trump se mostraron extemporáneos e intrusivos. No reconocen que, en rigor, la Doctrina Monroe jamás tuvo que ver con el intervencionismo estadounidense. De hecho, se trató, precisamente, de lo opuesto -conforme expresado en su primer párrafo:

… las naciones del continente americano, a partir de la condición de libertad e independencia que han asumido y mantenido, no han de ser consideradas como sujetos de colonización futura por parte de ningún poder europeo …

Hezbolá, terrorismo en ArgentinaEn ese instante de la Historia, los países de la América Latina estaban consiguiendo su independencia, ante sus colonizadores europeos. Simón Bolívar y sus tropas habían liberado recientemente las naciones andinas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela -otrora dominios coloniales del Reino de España. Hacia 1826, la gran mayoría de la región había consolidado sus procesos independentistas frente a agresivos imperios coloniales.

En rigor, el respaldo a la noción de la soberanía latinoamericana se basó mayormente en principios antes que en capacidades reales. En la década de 1800, las fuerzas armadas estadounidenses eran muy pequeñas. El Ejército apenas contaba con seis mil hombres. En contraste, el ejército de Francia contaba 100 mil hombres en 1813, y el ejército de la Gran Bretaña, cerca de 250 mil. Las opciones ofensivas de los Estados Unidos de América eran notorias por sus limitaciones.

La idea de impedir un mayor involucramiento europeo en la América Latina se ideó teniendo en cuenta el interés de los Estados Unidos y el de estas naciones, que recientemente habían obtenido su independencia. Jamás se trató de establecer al Hemisferio Occidental como una zona de control estadounidense. Periódicamente, EE.UU. ha trabajado en esfuerzos de cooperación con el grueso de la región, a los efectos de impedir que potencias europeas hostiles estableciesen plataformas en la región. Este esfuerzo mancomunado continúa al día de hoy, y ha compartido dividendos. Con las excepciones de Cuba y Venezuela, la América Latina se caracteriza hoy por la plenitud de democracias sólidas. Doce de los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos han sido firmados con países de esta región.

Como tal, aquél mismo principio de contrarrestar a potencias agresivas debe mantenerse vigente. El Indice de Poderío Militar Estadounidense (desarrollado por el think tank The Heritage Foundation, en Washington, D.C.) ha identificado a peligrosas tendencias en la región:

Los enemigos geopolíticos de los Estados Unidos han explotado, y continuarán haciéndolo, la proximidad de la región al territorio continental estadounidense, buscando profundizar relaciones diplomáticas con los socios regionales de EE.UU., a criterio de contrarrestar la influencia estadounidense.

Uno de los adversarios primarios de los Estados Unidos, Rusia, desarrolla hoy sociedades estratégicas a nivel regional, en la forma de cooperación militar, comercialización de armamento, acuerdos comerciales, e incluso cooperación en operaciones antinarcóticos. Adicionalmente, está la visita que, con alta exposición en los medios, llevó a cabo el Grupo de Acción de Fuerzas de Superficie (de la armada rusa) a Cuba, Nicaragua, y Venezuela. Rusia echó mano de un ejercicio regional para desplegar dos bombarderos estratégicos en Venezuela y Nicaragua y, tras su anexión de Crimea, anunció planes con miras a construir bases militares en Nicaragua, Cuba, y Venezuela.

La República Popular China (PRC) ha sido otro actor que se ha caracterizado por su activo rol en la región. Gran parte del involucramiento chino ha puesto el foco en la expansión de relaciones económicas de orden bilateral e inversiones de magnitud en proyectos de infraestructura. En la actualidad, China ha propuesto invertir US$ 40 mil millones en la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua, del que se espera rivalice con el Canal de Panamá.

La creciente presencia de la República Islámica de Irán en la América Latina ha incrementado las preocupaciones en los Estados Unidos. Teherán ha invertido gran parte de la pasada década en potenciar sus relaciones económicas y diplomáticas, particularmente en las naciones del ALBA.

La ambiciones imperiales de Rusia consignan una directa amenaza a la seguridad de los Estados Unidos de América y de sus socios regionales. La erosión que Rusia hace de las libertades individuales fundamentales en su propio territorio comparte una obscura perspectiva de su versión de cooperación. Por otro lado, el modelo estadocéntrico para desarrollo económico ingeniado por Pekín, subraya con contundencia que ese enfoque nada tiene de benigno, y que ha sido diseñado para promocionar las ambiciones geopolíticas del régimen.

Allí donde la aproximación estadounidense exige la optimización de requisitos en lo que hace a transparencia de gobierno, la carencia de estándares por parte de China viene con la consecuencia del debilitamiento de los valores democráticos compartidos en nuestro hemisferio. De la mano con el vínculo comercial chino, sobrevienen las presiones diplomáticas a países de la América Latina para que interrumpan relaciones con Taiwan.

Admás de Rusia y China, Irán también genera preocupaciones de importancia en la región. La insistencia con que Teherán promociona funestas políticas de Estado, como ser el respaldo reiterado al terrorismo, continuará consignando un desafío para los Estados Unidos de América. Hezbolá, en su rol de proxy de Teherán, ha establecido presencia en la región y cuentra entre sus filas con reconocidos traficantes de estupefacientes, armamento y mercaderías varias. El objetivo de generar disrupción en este tipo de actividades ilícitas no es 'intervencionismo americano', sino una política regional sustentable. 

El destino está en la geografía, y los enemigos de los Estados Unidos continuarán explotando la proximidad de la región con el territorio de EE.UU., para cosechar beneficios. Las apuestas son altas y el jefe de la diplomacia estadounidense habrá de continuar en el futuro sus visitas a la región latinoamericana, aunando esfuerzo mancomunado contra estas serias amenazas.



Artículo original, en inglés, en http://dailysignal.com/2018/02/08/tillersons-efforts-to-prevent-foreign-adversaries-from-expanding-in-latin-america-is-wise/

 

Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales