INTERNACIONALES: OLIVIA ENOS

Tras el resurgir de la conflictividad global, EE.UU. ha de mantener este importante programa

En los próximos días, el congreso estadounidense votará en torno de una legislación relativa...

06 de Septiembre de 2017

En los próximos días, el congreso estadounidense votará en torno de una legislación relativa a gastos, que involucrará recortes para programas de defensa y de política exterior. Entre estos ítems que podrían ser víctima de recortes, figura el Instituto de los Estados Unidos Para la Paz, think tank financiado por el gobierno estadounidense, y dedicado a la promoción y el desarrollo de la paz en el mundo.

Institute of PeaceEn un mundo en el que Corea del Norte ha llevado a cabo su sexta prueba nuclear, un mundo en el que las personas en Burma podrían hacer frente a un próximo genocidio, con la hambruna asolando a Sudán del Sur, y donde el conflicto se ha hecho plaga en Oriente Medio, la presente es una instancia poco recomendable para desfinanciar a un think tank dedicado a cultivar la paz y a hacer frente a conflictos de orden global.

En tal sentido, el trabajo del Instituto Para la Paz morigera la presión que el gobierno estadounidenses porta sobre sus hombros, llevando a cabo investigaciones sobre el terreno con miras a desarrollar mejores prácticas en lo que hace a asistencia humanitaria y desarrollo. Más que un think tank, es un do-tank, que toma posturas sobre política exterior y las transforma en acción. Los think tanks Heritage Foundation y el Instituto Para la Paz trabajan en conjunto, proponiendo ideas de cara a desafíos de índole religiosa, como ser la persecución contra los musulmanes de etnia rohingya en Burma, y el extremismo en Paquistán.

Así las cosas, la libertad religiosa se ha convertido en una prioridad para la Administración Trump; el Instituto Para la Paz ha probado su efectividad, al trabajar con pueblos de distintos credos con el objetivo de promocionar la libertad religiosa en el extranjero. Por ejemplo, la Heritage Foundation y el Instituto Para la Paz oficiaron de anfitriones para un evento en enero pasado, del que participó el líder paquistaní Bilawal Bhutto, hijo de la ex primer ministro asesinada Benazir Bhutto. Extremistas de filiación islamista asesinaron a Bhutto en 2007. El evento de referencia tuvo la meta de dotar de voz a voces musulmanas moderadas, y brindar esperanza para un Paquistán con mayores libertades y prosperidad.

El Dr. James Jay Carafano, vicepresidente para política exterior y de defensa, y Lisa Curtis, ex senior fellow para el Sudeste de Asia en la Heritage Foundation—hoy, directora de carrera para asuntos dedicados a Asia Central y Sur de Asia en el Consejo de Seguridad Nacionalasí lo argumenta:

No obstante, aquellos programas que contribuyen en forma directa a objetivos vitales para los Estados Unidos en materia de prevención de conflictos y construcción de la paz en el globo, deberían quedar exceptuados de los recortes presupuestarios. Muchos de esos programas son administrados por el Instituto por la Paz de los Estados Unidos.

Al cierre, no existen dudas: existe la necesidad de equilibrar el presupuesto federal y de recortar programas innecesarios. Pero el Instituto Para la Paz no es uno de ellos. El congreso debería reflexionar con la debida cautela, previo a desfinanciar a un think tank de semejante importancia y proyección.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/09/05/conflict-emerges-around-world-us-must-not-defund-critical-program/

 

Sobre Olivia Enos

Es asistente en investigación en el Centro de Estudios Asiáticos en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos se publican en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos).