INTERNACIONALES: MIKE GONZALEZ

Cambios en la política de EE.UU. hacia Cuba: la voz de la disidencia

La misiva enviada por el principal núcleo de disidentes cubanos al presidente estadounidense Donald Trump...

19 de Junio de 2017
La misiva enviada por el principal núcleo de disidentes cubanos al presidente estadounidense Donald Trump, agradeciéndole por su reciente decisión de prohibir el comercio con servicios de inteligencia, de seguridad y fuerzas armadas de la isla, consigna un oportuno rechazo contra el confortable abrazo que ofreció Barack Obama al régimen castrista y contra aquellos que aún defienden el convenio.
 
La carta fue remitida por Berta Soler, de parte del grupo que ella misma conduce, las Damas de Blanco. Estas valientes mujeres cubanas -la mayoría de ellas, de ascendencia afroamericana- sufren padecimientos y acoso constantes, golpizas y condenas de prisión a manos del régimen de Raúl Castro, toda vez que intentan marchar por las calles de La Habana los días domingo.
 
Cuba, Donald Trump'Estos días, Señor Presidente, cuando la mayor parte del mundo replica con un silencio ensordecedor ante el acoso, las detenciones arbitrarias, los allanamientos de nuestros hogares y los robos contra opositores pacíficos, activistas de derechos humanos y mujeres indefensas, sus palabras de aliento son más que bienvenidas', redactó Soler.
 
'Hemos de continuar peleando por nuestros derechos, dado que reconocemos que es nuestro deber liberarnos, aunque no podemos hacerlo solas. Asimismo, es la obligación de los pueblos que aman la libertad en todo el mundo. Estados Unidos deberá seguir siendo el primer defensor de aquellos que carecen de derechos y libertades en el mundo', agregó.
 
Enviada el próximo-pasado sábado, un día después de que Trump comunicó las nuevas restricciones en la ciudad de Miami, la carta cristaliza todo aquello que está en juego. Uno acierta a entender la íntima comprensión de la naturaleza peligrosa del régimen cubano en la perspectiva de estas mujeres -estando, del otro lado, aquellos que han salido a respaldar la política de Obama, que han minimizado la brutalidad y la devastación económica desplegada sobre Cuba por el régimen comunista.
 
Acaso la crítica más ácida contra la doctrina Trump ha provenido del arquitecto de la política desarrollada por Obama, esto es, su ex consejero Ben Rhodes. En editoriales y tweets la pasada semana, Rhodes ha zigzagueado entre insitir que los cambios de Trump no tendrán efecto, y la advertencia de que comportarán un duro golpe contra el comercio.
 
A Rhodes se ha unido una cofradía de periodistas de ideología progresista, especialmente de las cadenas National Public Radio (NPR) y MSNBC, cuya líder de las relaciones con la Cuba de Raúl Castro, Andrea Mitchell, emitió su show desde La Habana la semana pasada.
 
Trump no ha cejado en sus críticas contra el régimen de Raúl Castro y su dictadura militar ininterrumpida de seis décadas.
 
'Durante casi seis décadas, el pueblo cubano ha sufrido bajo el dominio comunista. Al día de hoy, Cuba sigue regenteada por la misma gente que asesinó a decenas de miles de sus propios ciudadanos, que buscaron extender su fallida ideología y su sistema represivo por todo el hemisferio, y que alguna vez intentaron almacenar armas nucleares enemigas a apenas noventa millas de nuestras costas', dijo Trump en Miami.
 
La Ola, Obama, Raúl Castro, Dictadura'El régimen de Castro ha enviado armamento por vía marítima a Corea del Norte, y ha fogoneado el caos en Venezuela. Al tiempo que arroja a prisión a inocentes, ha recibido a asesinos de policías, secuestradores de aeronaves comerciales y terroristas. Ha respaldado el tráfico transnacional de personas, los trabajos forzados y la explotación de todos ellos en todo el globo. Esta es la verdad elemental sobre el régimen de Raúl Castro'.
 
'Mi Administración no se ocultará de esas verdades, ni se excusará ante ellas, ni hará glamour de ellas. Como tampoco cerraremos los ojos ante ellas. Sabemos lo que está sucediendo allí, y recordamos lo que ha sucedido en el pasado', dijo el mandatario estadounidense, en clara referencia a su predecesor.

Barack Obama se trasladó a La Habana en mayo pasado con su familia completa, asistió a un partido de baseball junto al dictador Raúl Castro (foto: CubaNet.org), e incluso hizo 'la ola' con él en las tribunas. En ningún momento le recordó a Castro la cuestión de no reprimir a disidentes.
 
Y, en efecto, los grupos de derechos humanos informan que las golpizas políticas y los arrestos (casi diez mil, solo en 2016) se han incrementado.
 
Los argumentos explicitados por Rhodes y Mitchell se reducen a la expresión que versa 'Seguro, el Señor Castro no es Thomas Jefferson; pero hay peor gente que él por allí'.
 
En una columna de opinión en el matutino The Atlantic el viernes pasado, Rhodes echó la mayor responsabilidad por la economía en ruinas de Cuba al embargo estadounidense de las pasadas seis décadas, antes que en el sencillo hecho de que el comunismo solo ha sabido confesar su carácter fallido en todo sitio allí donde fue implementado.
 
'Sí; el gobierno cubano tiene su parte de culpa', concedió Rhodes al pasar. 'Pero hay allí docenas de gobiernos autoritarios; no imponemos embargos contra China, Vietnam, Kazajistán o Egipto'. En su escrito, Rhodes se refiere a los disidentes cubanos como 'la disidencia que Estados Unidos respalda'.

Mitchell compartió idénticos comentarios la pasada semana, sugiriendo en un punto que, aún cuando Castro no lleve a cabo elecciones, líderes mundiales como Recep Tayyip Erdogan (Turquía) y Rodrigo Duterte (Filipinas) son peores.
 
Estos y otros comentarios explicitan los motivos por los cuales Raúl Castro gana a partir de la indiferencia. Erdogan y Duterte representan una amenaza para la democracia en sus países, pero fueron elegidos democráticamente -guste o no- y lideran naciones que son aliados de los Estados Unidos bajo tratado, lo cual complica el escenario.
 
Los hermanos Castro no han llevado a cabo elecciones libres desde que se hicieron del poder en 1959, y lideran un régimen virulentamente antiestadounidense que, tal como dijera Trump, continúa los esfuerzos por desestabilizar a la región.
 
Solo es posible declamar que la apertura de Obama hacia el castrismo ha sido revertida, si presta oídos sordos a la brutalidad del régimen de Raúl Castro, y a la amenaza que éste representa tanto para los intereses estadounidenses como para los intereses cubanos.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/06/18/how-dissidents-are-responding-to-trumps-change-in-cuba-policy/


 
Sobre Mike González

Es vicepresidente de comunicaciones en la Fundación Heritage (Washington, D.C.), y periodista con veinte años de trayectoria, habiendo reportado desde Europa y Asia. Durante la Administración del ex presidente estadounidense George W. Bush, asistió en temas fiscales y de política exterior en audiencias dentro de Estados Unidos y en el exterior, inicialmente en la Securities and Exchange Commission (SEC) y luego en el Departamento de Estado.