POLÍTICA ARGENTINA: PABLO PORTALUPPI

Espejos: Venezuela y Santa Cruz

La línea que transita desde la Venezuela de Nicolás Maduro hasta la Santa Cruz de los Kirchner...

26 de Abril de 2017
La línea que transita desde la Venezuela de Nicolás Maduro hasta la Santa Cruz de los Kirchner no sólo tiene la particularidad de unir dos regímenes similares, sino que funcionan como tristes muecas de una mascarada que logró colonizar buena parte del continente sudamericano. A la vez que expone crudamente una marcada ideosincracia en la región que permite, más que una forma de gobierno, una manera de entender la política. Así mismo, en materia de derechos humanos, comparte una hipocresía desfachatada y obscena.
 
Carlotto, ChávezAsistidos -en el terreno ideológico- por las falencias de experiencias capitalistas fallidas durante los años noventa y por los altísimos precios de las materias primas -en el andarivel operativo-, la Argentina de los Kirchner, el Brasil de Lula y Dilma, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y la Venezuela de Hugo Chávez lograron embelesar a una sociedad latinoamericana necesitada de estímulos y de cierta reivindicacion. En tal sentido, no faltan quienes apuntan que las corrientes que fluían en aquellos años no se mostraban mayormente distintas a las fuerzas que permitieron la victoria de Trump en Estados Unidos en 2016. El problema es que la ilusión de falsa riqueza que generada por el desprolijo capitalismo noventista fue suplantado por el engaño de hacerle creer a la gente que podía acceder a lo que quisiera en cuanto así lo deseara, con la perpetua ayuda del Estado. Nada dura para siempre -menos aquello que carece ostensiblemente de bases sólidas.
 
Así, pues, resulta llamativo que el espectro filokirchnerista se horrorice ante los disturbios con los docentes, al pretender éstos instalar la carpa itinerante frente al Congreso, o ante el proyecto que prevé endurecer penas a los piqueteros, cuando en las calles de Caracas el chavismo que ellos admiran ejerce un control salvaje de las manifestaciones públicas, o que nada digan cuando un sindicalista santacruceño afirma que 'el gobierno de Alicia Kirchner no tiene diálogo. Confronta y reprime. El kirchnerismo, en su provincia, ajusta y reprime'. Lo que muestran las imágenes de Venezuela es que el remedio empleado por los regímenes populistas de izquierda cuando se quedan sin dunero es idéntico a aquel del que se han valido las dictaduras o las democracias de baja intensidad a la hora de aplicar sus políticas de ajuste: una cruenta represión. Los colectivos chavistas que disparan a mansalva contra ciudadanos indefensos operan en clara sintonía con los escuadrones de la muerte paramilitares de la Argentina de los setenta. Ante esto, los organismos domésticos de 'derechos humanos' ejercitan una patética hipocresía.
 
Sin embargo, siempre detrás de todos los actos de violencia y golpismo, se oculta alguna mano negra, a veces proveniente de lugares impensados. Tal es la tesis que plantea una investigación que realizara el periodista investigador estadounidense -aunque confeso admirador de Hugo Chávez- Brian Nelson, al respecto del intento de golpe que sufriera el ex presidente en 2002. Nelson demuestra que se destruyeron pruebas de los asesinatos presuntamente cometidos por milicias chavistas, se bloquearon procesos judiciales, se suspendieron los debates en la Asamblea Nacional, se compraron testimonios. Y explicita las metodologías empleadas para financiar una campaña de altos decibeles para nutrir la legitimidad de Chávez. Tras aquella fallida intentona, el régimen bolivariano se ha radicalizado, ha profundizado sus políticas, y dio forma a su perfil definitivo.
 
Luego de las escenas de violencia vividas en la residencia oficial de la Gobernación en Santa Cruz, donde se congregaron cientos de personas para protestar por la situación económica de la provincia y por la presencia allí de la ex presidenta Cristina Fernández, la gobernadora Alicia Kirchner salió a decir que el Gobierno Nacional le exige una reducción de su amplia planta de empleados públicos a cambio de fondos. Ni más ni menos, el relato servido en bandeja. Casi ocho de cada diez empleados en la provincia sureña depende directamente del Estado. Alicia incrementó en un 10% la plantilla estatal.
 
Venezuela, por su parte, exhibe la inflación más alta en el mundo, una escasez que impide a la ciudadanía adquirir artículos de primera necesidad, y un 80% de pobreza. Y un dato revelador que entra en franca contradicción con el relato propuesto por el chavismo (y el kirchnerismo): en 2007, a 8 años de asumido Hugo Chávez, el endeudamiento era de 30.000 millones de dólares, mientras que en 2012, poco antes de su muerte, la cifra llegaba a los 200.000 millones. Por estas horas, la argentina Santa Cruz gestiona un crédito con la Nación para paliar en parte su frágil economía.
 
Según un informe de reciente publicación, en 2016 la provincia austral recibió un 85% menos de asistencia de la Nación en concepto de ATN respecto a 2015. Se explica: aquel año fue el último del kirchnerismo en el poder, y la ayuda que recibía Santa Cruz no era proporcional a su importancia geográfica y política. Casi el 90% del presupuesto provincial está destinado a gastos corrientes. Hay que reconocer, sin embargo, que Río Gallegos no es el único caso: en Mar del Plata, la ciudad más importante del interior de la provincia de Buenos Aires, el 80% de sus ingresos se destina al pago de sueldos. Como muy bien señalara un importante funcionario del gobierno bonaerense, 'Así, es inviable cualquier economía'. De todos modos, Alicia Kirchner ya avisó: 'No voy a echar a nadie'.  La realidad provincial es caótica: la administración de justicia está paralizada, aún no comenzaron las clases, y en los hospitales se registra una retención de tareas.
 
'José Romero, de 17 años, fue detenido al salir del subte en Caracas. Un guardia nacional le pidió su identificación. Pese a que el joven se la dio, lo detuvo sin mayor explicación. Fue trasladado a un lugar desconocido donde estuvo incomunicado, amenazado de muerte y golpeado. Fue obligado a permanecer de rodillas durante 12 horas, sin agua, comida ni poder ir al baño. Durante la noche, los guardias le dijeron que lo iban a violar y uno de ellos le levantó la camisa y lo quemó'. Este relato es apenas uno de los noventa casos recopilados por Human Rights Watch, que estuvo de visita en Venezuela en marzo de 2014. Según palabras de su Director para las Américas, 'La magnitud de las violaciones de derechos humanos en el Estado venezolano demuestra que no se trata de casos aislados'.
 
Entre la Venezuela chavista y la Santa Cruz kirchnerista hay mucho más que una simple línea imaginaria.
 
 
Sobre Pablo Portaluppi

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Periodismo. Columnista político en El Ojo Digital, reside en la ciudad de Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Su correo electrónico: pabloportaluppi01@gmail.com. Todos los artículos del autor, agrupados en éste link.