INTERNACIONALES: JAMES J. CARAFANO

El eventual lado positivo de la crisis norcoreana

No solo es improbable que el actual desafío militar de Corea del Norte conduzca...

16 de Abril de 2017
No solo es improbable que el actual desafío militar de Corea del Norte conduzca a un conflicto militar; antes bien, es probable que la totalidad de las naciones involucradas se alejen de los problemas, entendiendo que cada cual ha logrado algo para sus objetivos. De hecho, la actual podría ser la tormenta perfecta de una crisis diplomática en la cual todos ganen -por ahora.
 
Pyongyang atrae la atención del mundo. La diplomacia de la familia de Kim exige que el mundo vea a su régimen como una amenaza peligrosa e impredecible. De otro modo, ¿por qué alguien se preocuparía en lidiar con la nación más pobre del planeta en el otro lado del mundo?
 
Por lo general, el desfile militar anual no atrae más atención que un buen chiste en un show televisivo de prime time. En esta oportunidad, el furibundo saludo de Kim Jong-Un a sus tropas concentró la atención de los medios del mundo. La pregunta para Kim es cómo transformar la promoción del miedo en una ventaja estratégica.
 
Corea del NorteSeúl y Tokio han obtenido una importante garantía de compromiso de parte de Washington, y Estados Unidos se ha apresurado en mostrar a ambos que EE.UU. honrará sus obligaciones en materia de defensa recíproca. Nada expresa mejor la preocupación estadounidense que el despliegue de una armada de buques y una flota de bombarderos con capacidad nuclear.

Pekín ha utilizado la crisis para establecer un rapport con el nuevo presidente estadounidense. Antes que plantarse con absoluta firmeza ante Donald Trump o antes que intentar distraerlo, el presidente Xi Jinping adoptó una postura de 'hagamos un trato'.

 

Washington debe, también, lucir firme. En poco más de una semana, Trump se reunió con líderes extranjeros de primer nivel, incluyendo a Xi; se ocupó de la situación en Corea; y administró una crisis en Siria Para una Administración que cuenta con un presidente con poco conocimiento de política exterior, desde luego se trató de una performance bastante decente.

El hecho de que Trump navegara a través de la crisis de manera tan correcta, al menos hasta el momento, consigna un indicador esperanzador de que se manejará con madurez y responsabilidad en lo que hace a política exterior. En efecto, todo apunta en esa dirección.

Al obsequiar espacio a todos los jugadores involucrados, como para que éstos tengan siempre algo que ganar, Washington ayudó a desactivar una crisis, en lugar de escalarla.

 

La pregunta es: ¿y qué hacemos ahora?

 

Empezar la jornada sin dar inicio a la Tercera Guerra Mundial no resuelve el problema de una Corea del Norte con armas nucleares. La Casa Blanca precisa de una política exterior responsable y sustentable en el tiempo. Los chinos no solucionarán el problema. Voluntariamente, Kim jamás entregará su arsenal nuclear.

 

El solo hecho de conversar no conducirá a ninguna parte. Lo que se requiere es un plan serio de largo plazo que pudiera generar oportunidades futuras para des-escalar el conflicto -objetivo que Bruce Klingner, analista experto en asuntos sobre Corea en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, ha promocionado mucho antes de que la crisis diera inicio.

 

La buena noticia es que Trump ha capeado el temporal, hasta ahora. La Administración está haciendo uso del manual correcto: máxima presión, pero sin promover a un cambio de régimen.

 

Pero puede hacerse mucho más.

 

Naturalmente, Estados Unidos precisa enviar señales claras de que no planea incrementar las tensiones.

 

Mientras que el anuncio de los próximos pasos de cara a la crisis asoman positivos, la cuestión de las sanciones -incluyendo el refuerzo de la legislación estadounidense existente- podría perfectamente ser interrumpida por parte de China. Esto remite al problema de costumbre: China siempre cumple menos de lo que promete. Trump no debería aguardar demasiado tiempo hasta que Pekín cumpla, sin antes elevar la temperatura de las sanciones.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/04/15/the-possible-upsides-of-korea-crisis/

 

 

Sobre Dr. James Jay Carafano

Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.