INTERNACIONALES: ANA QUINTANA & GABI ANCIOLA

Venezuela: el gobierno, contaminado por la corrupción, no puede con la crisis humanitaria

No hace demasiado tiempo, los recursos naturales y el petróleo convirtieron a Venezuela...

28 de Marzo de 2017

No hace demasiado tiempo, los recursos naturales y el petróleo convirtieron a Venezuela en la nación más rica de América del Sur. Hoy, las políticas del presidente Nicolás Maduro han dejado al país en ruinas.

Sin que ello represente sorpresa, Maduro se ha vuelto ya en extremo impopular, haciéndose acreedor a un rating de aprobación ciudadana inferior al 20 por ciento, en todo el país. Y se ha hecho merecedor de tal índice. Recientemente, Maduro ha entregado el control total de las importaciones de alimentos a las fuerzas armadas, permitiéndoles regentear el racionamiento de comida en toda Venezuela.

Maduro, TareckSin embargo, y en lugar de llegar a las miles de personas que padecen hambre, los funcionarios militares incurren hoy en tráfico de alimentos, haciendo de su responsabilidad un negocio ilícito. La rampante corrupción militar ha estimulado el florecimiento de mercados negros de alimentos, escenario en donde militares obtienen ganancias de la venta de ítems que exhiben mayor demanda. Las fuerzas armadas bolivarianas, que en su momento juraron proteger a la nación y defender a sus ciudadanos, están llenándose los bolsillos comerciando raciones de comida, mientras el país en su conjunto lucha por sobrevivir.

Y los resultados están a la vista. Los alimentos son tan escasos, que los adultos pierden hoy, en promedio, algo de nueve kilos por año, dado que se ven forzados a sacrificar su propia alimentación para darles esos alimentos a sus propios hijos. De acuerdo a la Federación de Maestros de Venezuela, el 40 por ciento de los maestros evitan asistir a clases, dado que deben hacer filas de hasta nueve horas al día para obtener alimentos básicos, como ser harina y huevos.

Gran parte del tiempo, los padres mantienen a sus hijos en sus hogares, así no se desmayan debido a la baja ingesta de alimentos; en otros casos, evitan que generen apetito, impidiéndoles realizar actividades como jugar y correr. Bajo estas condiciones, a los estudiantes se les priva de educación -y, más importante, de oportunidades para una mejor calidad de vida.

Pero la crisis no se halla confinada a una sola región de Venezuela: afecta a todo el país. Los ciudadanos venezolanos se respaldan en la adquisición de bienes con precio inflacionado y controlado por las autoridades del gobierno. Esto es lo que los venezolanos experimentan día a día bajo el gobierno de Maduro. La gente padece hambre y acusa una grave desnutrición. Se ha registrado un alarmante incremento en las tasas de mortalidad, y enfermedades otrora erradicadas han regresado. La malaria es una entre muchas enfermedades y tribulaciones que registran un incremento en su ocurrencia, dada la escasez de agua potable y limpia, y dado el acceso restringido a productos de higiene personal.

El sistema sanitario de Venezuela también exhibe una profunda crisis. Miles de pacientes carecen de tratamientos médicos básicos, y otros tantos han quedado en lista de espera para intervenciones quirúrgicas que podrían salvar sus vidas. Ello se debe a la carencia de provisiones médicas básicas y a la escasez de personal. Tal escasez y falta de insumos abarca a los antibióticos, líquido intravenoso, jeringas, guantes y gasas estériles. Los hospitales venezolanos en mucho recuerdan a una zona de guerra, y acusan condiciones deplorables.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el 76 por ciento de hospitales públicos carecen de medicinas básicas y de insumos que, de acuerdo a doctores en medicina, deberían existir en cualquier institución que se precie de funcionar normalmente. Las mujeres eligen ser esterilizadas, frente al temor de quedar embarazadas y de no poder contar en ese momento con la atención médica apropiada para un infante.

¿Qué hace el gobierno al respecto? Maduro niega que exista una crisis humanitaria en Venezuela, mientras suprime activamente toda oposición interna. Es hora de que las naciones que dicen pronunciarse por la democracia y la libertad adopten un rol más activo y se informen sobre las deplorables circunstancias que atraviesa Venezuela.

El régimen de Maduro continúa garantizando impunidad para sus principales funcionarios, incurre en operaciones de lavado de dinero, controla los medios de comunicación en su totalidad, incluyendo la medicina y la provisión de alimentos en todo el país, mientras mantiene al pueblo en un estado de privación. Si nadie procura tomar partido con el objeto de detener esta crisis humanitaria y de abuso de derechos humanos en Venezuela, se registrará un agravamiento de la situación, con implicancias que afectarán no solo a aquellos que sufren en este país, sino a otros en la región -como ser las naciones vecinas.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/03/27/corrupt-venezuelan-regime-failing-to-quell-humanitarian-crisis/

* Artículo desarrollado con la colaboración de Gabriela Anciola -postgrado en Ciencia Política con foco en Relaciones Internacionales-, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.)

 

Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales